Me he propuesto un reto, escribir diariamente en este blog. Por lo menos hoy hago constatar mi compromiso de postear, así sea un párrafo breve.
El taller de narrativa termina el próximo sábado ¡buuu!, Fadanelli está harto de nosotros. La semana antepasada, nos dijo que todo lo que nos tenía que decir, ya lo ha dicho. Como por ejemplo, la respuesta a una pregunta estúpida, que alguien le hiciera en otra ocasión: si estaría en una isla desierta, ¿cuáles serían los 5 libros que se llevaría?, ‘no me llevaría libros, me llevaría cinco viejas’.
He aprendido algunas cosas, pero lo que más me agrada, es que cada vez me siento más incompetente para ser escritora. Conocí a muchos chavos chingones para la letrada, no me molesta decir que son mucho mejores que yo, de ahí comprendí que mis pretensiones son cada vez más pequeñas y eso me provoca cierta paz. El buscar la genialidad lo hace a uno, más estúpido de lo que realmente es, y la frustración se vuelca en algo insoportable que no te das el permiso de admitir.
En el taller de narrativa confesé que tenía este blog, la verdad es que me pesa que la gente que apenas me conoce lo lea. Me escudo en la libertad del anonimato cibernético. Compartí la dirección con el Guille, pero dudo que lo haya leído, quiero pensar que por obra divina todavía no lo haya leído.
Ayer terminaron de fregar a una comadre que llevó un escrito al taller, Da Jandra y el Fadanelli, le dijeron que su escrito no tenía valor literario, que no era más que una anécdota, y ahora me sigo preguntando ¿no por eso seleccionaron a 20 personas cuyo talento se reflejara en lo que escribiesen? ¿no por eso están ahí? ¡cómo chingan la madre!
En la sesión tuvimos de invitado al artista Miguel Calderón, volví a abrir la bocota, para preguntarle algo y confesar el rotundo fracaso del happening, que hicimos hace unos meses... un gran pendejo tuvo que interrumpirme ‘te hubieras desnudado, así, sí hubiera funcionado’... no me enojé, pero si respondí cual orgullosa puta, ‘si me hubieran pagado, sí lo hubiera hecho’, así que mi mensaje implícito era obvio: ¡cobro cabrones!
¿Luego por qué uno tiene volverse al bando de las feministas?, ¡qué necesidad!
Sin duda he concluido: Liliana es una puta, yo, ya no quiero ser escritora, pero mi nuevo reto será escribir por 30 días seguidos en este blog ¡qué bonito contraste!
3 comentarios:
Espero que ese compromiso se haga realidad, aqui he seguido leyendote con regularidad, por cierto, un gusto volver a escucharte.
mmm interesante, por aca andaremos siguiendo esos post consecutivos, un beso.
Puta=Licencia literaria (usté lo dijo)
Eres uno de los placeres que se deben de degustar a diario!!
Besos mi hermosa...
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