miércoles, mayo 12, 2010

Lo primero que hice...

Estoy de nuevo en casa y lo primero que hice, fue ir a tomarme el café con mi cuate el Colibrí Zurdo...


Me pusé los tacones blancos...



Y un vestidito cortito, cotitooo y con super escote...


Debía ir a la biblioteca, en el camino me encontré al mai...
La nueva edición de Almadía de José Vasconcelos.


Para terminar el día a carcajeadas con mis amigos en medio de muchos malos chistes sexosos...



¡Qué felicidad estar en casa de nuevo y con buenas noticias!


martes, mayo 11, 2010

Respiro aire limpio

Suelo hartarme rápido de las cosas. Mi nivel de desesperación aumentó, las ansiedades son mitigadas con mis nuevas adicciones frustradas, helados de yogur agrio para suplir las nieves del pueblo, tocino frito en lugar de quesillo fresco, zopes con harta grasa en lugar de las memelas y tlayudas, ahora hasta he vuelto a tomar cerveza con gusto y placer, ya saben que para alcohol sólo vino tinto.
Dejé los chistes y las conversaciones metalingüísticas de Memo y Beteta, por ir a gritar entre las multitudes gooool, reafirmo lo que siempre he negado: soy una mujer enajenada.
Mi nena me ha puesto los pies sobre la tierra. Eres mi tía, no mi mamá.
¿Gordo me llevarás al béisbol?
La verdad es que ando con pasión desenfrenada y soy presa fácil de cualquier lengua juguetona, cuyo uso sea distinto al de emitir palabras.
Estoy en casa, en la cochera ya no está mezcal, ni siquiera existe mi cuarto y ni mi cama, todo está en cajas, sólo hay un rastro mío en la pared, con una foto de cuando fui niña.
Mirna lloró, nos despedimos en la terminal. El señor que venía al lado mío, en el autobús, me invitó una torta de mole ¡cuánto extraño el mole!
Y justamente hooooy, hooy hooooooooooy, que no estoy allá, hay pachanga en la casa del maistro. ¡Me lleva la chingada!

lunes, mayo 10, 2010

Mamaces




Y uno recuerda que festejó el día de la mamá bailando en la primaria, ahora se miran a los retoños bailando para ti.

¡Felicidades a las mamaces!

miércoles, mayo 05, 2010

La misma gata revolcada

Poco a poco me deshago en gajos. Nuestra historia es la misma que cuento desde hace años y sabes, se me dado la gana ya no escribirla, porque estaría llena de lugares comunes, de odios desatados, y del arte único, universal y estético, que tengo para desilusionar a todo hombre que tengo cerca de mí.

Ojalá las cosas hubieran sido diferentes, pero no, sigo racionalizando mis instintos, sigo desatando las pasiones a diestra y siniestra, sigo enamorandome como una boba y fingiendo ser la víctima que no soy.

Me sigo deshaciendo en gajos y con ello asumo con riesgo la que siempre he sido.

lunes, mayo 03, 2010

Tacones de nuevoo!!




Me dijeron que fuera vestida como si estuviera en el mejor trabajo de mi vida (neeeh).

sábado, mayo 01, 2010

Gourmet canino de libertad

En este momento las dos más grandes responsabilidades que tengo son: regar las plantas y darle de comer a Choky. ¡Maravilloso no!
En mi casa, regar las plantas era algo rudo y rápido, una cubeta de agua, una jícara y ¡zaz!, aquí aprendo que esos quehaceres tienen su respectivo ritual mamón ¡hasta las hojas tienen que ser limpiadas con un trapo húmedo!
Llenar la jarra especial para regar plantas, esperar a que los chorritos les den suficiente agua a las masetas…al primer instante deseo hacerlo como en mi pueblo ¡qué chingao! Rudo y rápido.
Me he dado cuenta que esa rudeza y esa rapidez, son partes de mi personalidad, cualidades o desperfectos que debo mejorar, hasta en la cama ¡rayos!
Siempre he sido quisquillosa con los perros, bueno, realmente con todos los animales.
La soledad es profunda y absurda.
Hoy hablé con el perro, pues regresé a la casa sólo para darle agua limpia y fresca, y le dije ¡cállete güey! ¡deja de ladrar! Le llené su latita de comida especial para perros (segunda cosa mamona y absurda).
¿Qué ser vivo puede decir que vivió realmente, si en su alimento diario tiene que probar la misma mierda química? Es más que inmunda la vida para el pobre Choky, por tener que vivir en la azotea de una casa, en esta ciudad tan esplendorosamente ruidosa y apestosa.
Debió conocer el paraíso de ser perro de provincia. Nosotros nunca le hemos dado un cariño a un perro, pero hoy me dio tanta lastima la terrible soledad de ambos, que le acaricié la cabeza.
He decido no platicar más con Choky, porque se me saldría contarle y describirle mi casa de Oaxaca, donde la mayor parte consta de tierra y un amplio campo de milpas y animalejos silvestres, donde los perros caminan, orinan, cagan y se pelean como se les pegue la gana, o intentan seguir a los ciclistas con ladridos para no aburrirse por la pasividad de la calle.
La comida, aunque siempre es escasa, mi madre por lo menos le tendría un gourmet muy variado, a diferencia de esas apestosas croquetas que compra la gente más pedigree, que sus propios perros.
Mi madre, siempre se asegura de tener caldos de huesos de pollo o de pescado. Retaca el satén viejo (porque nosotros si somos ecologías y reciclamos) donde comen los perros, de tortillas y los huesos de la sobra.
Sin duda sus cagadas, serían más apestosas, casi iguales a las de su dueño ¿pero acaso compartir el mismo olor en la cagada no es una muestra de cariño y respeto hacía nuestros seres queridos?
Yo sólo cumplo órdenes precisas. Hoy fui al aurrera, compré sus croquetas, regresé a casa, lo primero que hice fue ir a ver si aún tenía qué comer y agua. Me disculpé con él, porque yo tampoco había comido y ni de donde sacarle un rico hueso con un poco de carne. Ahora que estoy sola, sé que nadie vendrá a ver si ya comí, si tengo agua caliente para bañarme, pero a cambio puedo dormir en la cama que quiera, con quién quiera y regresar a la hora que quiera.
La libertad tiene su costo, ¡oh pero que bien se siente!