Para Jacquelin.
Hace tiempo prefería hablar de trivialidades, tenía mil razones para justificar mi ceguera voluntaria, cada vez que emitía juicios del ambiente que se vive aquí en mi Estado, las voces eran más débiles.
¿Cómo empezó todo? Empezó desde las cadenas de pobreza, marginación, desempleo, y miles de cosas, de las que podría hacer una larga lista, siguieron reproduciéndose de manera más acentuada aquí en Oaxaca. La versión oficial dataría en que hace cinco meses, en mayo, fecha en la que cada año el sindicato magisterial se planta en el zócalo, para hacer su mítico paro con demandas de rezonificación, que en términos más claros es el aumento salarial y de prestaciones, el gobierno estatal sólo ofreció unos cuantos millones, pero la bolita de la rezonificación se la echaron al gobierno federal que se hizo de la vista gorda y ni siquiera metió las manos. La oferta fue rechazada por el magisterio y el paro se prolongó hasta que cumplido el mes, el 14 de junio, las fuerzas policíacas iniciaron un desalojo, sin la utilización de armas de fuego, pero si de gas lacrimógeno y unas cuantas golpizas a quienes se resistiesen.
Las demandas laborales del magisterio pasaron a segundo plano, al conflicto se sumaron nuevas organizaciones entre las que destaca la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, (pleonasmo según Carlos Marín) y la causa ya no fue la rezonificación sino, la destitución del gobernador Ulises Ruiz Ortiz. Desde esa fecha la ciudad ha estado bloqueada, como reacción y medida de seguridad para impedir que las fuerzas paramilitares entraran en cualquier momento.
Esta situación provocó el descontento de la sociedad oaxaqueña, la ola mediática de desprestigio hacia el conflicto ha sido impresionante, y no sólo de una, sino de ambas partes, del gobernador se le cataloga como un fascista, incapaz de gobernar (hasta llegaría pensar, que adjetivo le queda grande), a la APPO, como un grupo de vándalos que han hecho de la ciudad un caos. Gran parte de la sociedad civil (clase mediera, hablando que aquí la clase media es la que tiene pan y trabajo), aún después de haber matado, desaparecido, encarcelado, a maestros, dirigentes; creen que es necesario que el conflicto se solucione por medio de la fuerza, a los maestros los ven como a personas que carecen de autoridad para educar a los niños, y me pregunto ¿Necesitamos que nos cacheteen más?
Prefieren la paz impuesta del tirano, hasta hace tiempo yo también pensaba que era mejor la tranquilidad, después de vivir este conflicto, de haber sido explotada en trabajos en los que ofrendas la vida por una bicoca de dinero, de ver como la gente se humilla por un empresario déspota, de ver como la educación se enfoca a hacernos obreros obedientes, de ver como esa cultura occidental nos hace discriminar al hermano indígena, de ver como a nuestras madres, padres, han sido despedidos de sus empleos porque se niegan a corromperse, de ver como a mis propios alumnos bajo su visión justifican la irracionalidad del intolerante.
Todos se quejan, que si sus negocios, que si su trabajo, que si la seguridad; la auto conmiseración los hace ver el camino fácil de la violencia. Hasta hace tiempo protestaba por todo aquello que nos ha causado estragos en nuestra salud, en nuestra economía, en nuestra familia, trabajo, pero ya era de esperarse que un conflicto de este tipo explotara en cualquier parte de este país, ahora me siento orgullosa de vivirlo, de ser parte, y aunque no soy militante, ni pongo barricadas, después de un proceso largo de reflexión encontré la dosis perfecta para intoxicarme de la causa y decir ¡ya basta!, somos muchos los inconformes.
Los del sur tenemos una gran escuela, vivimos la pobreza, el desempleo, la desigualdad, la violencia contra las mujeres, la marginación, en casa ni siquiera contamos con los servicios básicos, la represión política, la represión de los universitarios, el desprestigio de ser los que en educación tengamos el nivel más bajo de conocimientos del país, pero les aseguro que de consciencia y de coraje no. Tenemos una gran escuela, aprendimos en cinco meses, que si podemos protestar y ser escuchados, que todavía hay gente capaz de luchar por una causa, de esa gente aprendemos más que en clases de cívica y ética, que nos enseñan valores en papel.
Esta ha sido una prueba de resistencia de ver como dos malos contrincantes se defienden con los dientes, y como la incapacidad de uno, lucha por hacernos creer que seguimos siendo estúpidos.
Tal vez nuestra estupidez se mantuvo maquillada, por pensar que no hubiese otros muchos oprimidos capaces de alzar la voz y manifestarse, como lo hacen ahora.
Si eres de los que se ríen porque haya maestros muertos, porque un reportero haya sido asesinado por una bala represora, y ahora quieran argumentar que ese mismo comunicador era un guerrillero proAPPO; no es secreto que URO desde que inició su gobierno tiene un serio problema con los medios; si eres de esos, duda de tus capacidades sensitivas e intelectuales, y de tu condición humana también.
Somos más a los que nos duele ver matanzas que siendo del bando que sean nos afectan, porque tengo un hermano militar, porque tengo una hermana burócrata priísta, que siendo incapaz de levantar un arma, es un persona que sus ideas radicales en pro de la intervención de la fuerza, es capaz de preservar este estado de desigualdad siendo más letal que la violencia misma, porque tengo una madre acobardada por la edad, y con los frenos necesarios para no meterse en el movimiento, y porque soy maestra y mi deber es despertar dudas, abrir posibilidades en las ideas y pensamiento de jóvenes, porque lacera el hecho de que mis maestros, mis ahora colegas sean asesinados por una causa que yo también defiendo.
No alabo las medidas que ha sido tomadas, ni la radicalización de un grupo como otro, pues han ocasionado grandes costos a toda la población, la complejidad de la organización se ha desgastado, los comentarista hablan de Oaxaca, hablan de las posibilidades de solución ¡carajo! Podrán opinar misas, pero sus palabras no sirven de nada si no escuchan lo que nosotros, los ciudadanos, los maestros, los alumnos, pedimos. Representamos el semillero de inconformes en este tiempo que ya no sólo exigimos pan, sino un poco de respeto a nuestra ideas y a nuestra condición de humanos y no de animales que nos pueden matar cuando se les antoje.
No solo lacera ver muertos, sino la confusión en que la sociedad se ha visto inmersa, quienes no entienden que las causas van más allá de la destitución de un gobernador, atacan a los militantes como viles vándalos ¿qué no ven que al igual que nosotros, quienes militan son padres, madres de familia, estudiantes, civiles que se unen por una causa?, ahora si me encabrona tanta ceguera. El conflicto se torna aun más difícil, cuando la guerrilla interna se vuelve más peligrosa, cuando la misma ciudadanía se pelea entre ella.
Oaxaca permanece silente, no podemos salir de casa, la información en la televisión como siempre es inexistente, los únicos medios de comunicación, solo son dos estaciones; radio universidad, operada por la APPO, tiroteada ayer y cuyos teléfonos de línea local han sido bloqueados, la otra radiodifusora clandestina se dedica a desprestigiar al magisterio y a la asamblea, es obvio que está dirigida por el ex gobierno estatal y al escucharla se me enjuta la garganta de no poder hacer nada y escuchar argumentos tan irracionales.
Sigamos hablando de trivialidades, para estresar a la razón, para cachetear la apatía, para promover las acciones en nuestra vida cotidiana, para insultar a la pereza, para creer que la felicidad existe y engañarnos que somos los mejores en coger.
¿Lloverá hoy?, ayer un chubasco limpió las gotas de sangre en el asfalto. El sol salió, pero ambiente tiene frío y yo tengo coraje.
Qué triste se oye la lluvia en las casas de cartón...
Geisha