viernes, octubre 27, 2006

Ahora si...

Siempre he tenido ganas de conocer y hacer amistad con algún personaje cuyas capacidades intelectuales, artísticas o creativas, sean mounstrosas. Sólo he conocido a un tipo de esos, del que me puedo considerar amiga, y cuya admiración me ha remitido a estatus de mala alumna.
Curiosamente cuando el buen “Mantecado”, como le solía decir a sus espaldas, porque obviamente me hubiera dado una gran cachetada si se enteraba que le decía así; corregía nuestros mediocres escritos adolescentes y uno que otro se le ocurría decir una estupidez, como era común en mi (Liliana y su gran bocota que mejor ya no la hago hablar), el debate se tornaba, agresivo, humillante para quienes argumentábamos cosas poco defendibles, y por lo menos esa idiotez me ayudó a aprender mucho de aquel buen maestro, que a ciencia cierta nunca lo fue, pero que yo lo consideraba como tal.
Cómo olvidar que él fue el primero que me llevó a un teybol, según para que conociera el mundo, y muchas otras cosas de las que puedo hacer una larga lista, solo menciono la primera porque me produce cierta gracia… pero no iba a hablar del Mantecado, realmente quería hablar de un personaje al que admiro, y al que le debo mucho, tanto como a mi primer cuate mounstroso, con la diferencia que este ni siquiera me conoce, el gran diálogo que he podido entablar con él se remite al “buenos días, buenas tardes, buenas noches señor”; se me ocurrió hablar de él porque hace unos días en la calle donde esta ubicada su casa, le fueron a tirotear en la madrugada, y me llegó el horror de pensar “¿qué será de nosotros cuando se muera?”.
Si, Francisco Toledo, el pintor juchiteco, que ha menudo sale en la jornada para protestar por cuanta cosa sea protestable (osease todo) en mi Estado. Independientemente del escándalo por evitar que pusieran un mc donal´s, en el centro histórico, por ser el primero en alzar la voz por el destrozo que hubo a la remodelación del zócalo, el mediador en muchos de los conflictos en los que vivimos, al que a menudo se le pregunta su opinión, por tal o cual matanza, por tal o cuál asunto político, por tal o cuál elección, por tal o cuál trabajo artístico, más allá de su labor de líder de opinión, yo le debo muchas visitas a las letras, a las exposiciones fotográficas, a las proyecciones cinematográficas, a la música… y todo esto gracias a las fundaciones que ha creado, el Instituto de Artes Gráficas, cuya biblioteca es una de las importantes colecciones de arte en América latina, dentro de esta fundación tenemos un centro fotográfico, una fonoteca, un cine club, una biblioteca para ciegos, muchos eventos literarios y conferencias, de los que me declaro usuaria.
Aunque nunca haya cruzado palabra con este personaje, puesto que le guardo cierta reverencia, realmente lo estimo, supongo que nunca me atreveré a hablarle, mucho menos entablar una platica amistosa o personal, pero me considero producto de la labor que ha hecho en Oaxaca, por él he conocido libros, amigos, he ido a conferencias, he visto pelis maravillosas, he comido riquísimo en el mercado orgánico que hace un año fundó, y espero que siempre tengamos IAGO, Pochote (cine), Álvarez Bravo (centro fotográfico), y demás lugares.
La gente que no conoce la importancia de su trabajo, ya no artístico, sino educativo cultural, lo mira como un greñudo con huaraches, haraposo de manta, o el ermitaño al que le chocan las fotos, creen que para ser alguien famoso o de éxito, debe ser un fufurufo de carrazos, bien vestido, viviendo en el extranjero; señores, pues he de confesarles, que yo me siento orgullosa de conocer aunque sea de vista a este maravilloso señor, al que veo leyendo el periódico “el país” sentado en las escaleras, al que veo caminar en las calles y me responde el saludo, al que a veces invita a Carlos Monsivais para repetirnos lo pendejos que somos al no poderle preguntar cosas más interesantes en sus conferencias, al que siempre tengo ganas de conocer y no me atrevo a hablarle, y le tomo fotos mientras camino detrás de él para que no se dé cuenta… ese es mi cuate el Toledo (ja, hasta sonó como Chavelo).

Geisha

3 comentarios:

Horus dijo...

Qué ganas de conocerlo en persona... como tu... como a ti...

Jj dijo...

La mirada de ese hombre tiene tanta calma y encierra tanta fuerza, dios no podría verlo a los ojos sin voltearme. ¿tu como haces?

Bob dijo...

Casi como consejo: Atrevete, osa en algún momento dirigirle la palabra, normalmente estas personas son tan humanas como tu o como yo y cuando se dan cuenta que el unico interes es conocerles, lo permiten. No te guardes las ganas de agradecerle todo eso que te ha dado, bien vale la pena porque te va a dirigir a su lugar preferido y despues de que él te lo describa, lo viviras más intensamente.