martes, enero 27, 2009

Nostalgia

Todo se fue al carajo. No puedo liberarme tan fácilmente del pasado. Desde hace tiempo tenía el pendiente de guardar mis documentos de la vieja a computadora a la no tan nueva, y hoy que me decidí respaldar algunas de mis fotografías, cometí el error de eliminar los virus de la memoria usb y todo valió madres.
Se borraron las carpetas con fotos de las que no tenía respaldo, entre los datos que más valoraba estaban algunos correos de mi marido y mis fotos con él. ¿Será un mensaje para dejarlo ir?
Después de esa gran perdida, todo se volvió sin sentido, devaluado. Quedé a expensas de decisiones que nunca antes pensé en cometer, ¿cómo recuperar esos cuatro años que se fueron virtualmente?
Retomé una de las practicas que he notado en cada uno de mis hermanos. El fin de semana encontré una foto vieja de cuando era niña. Volverla a ver, ahora después de tantas perdidas, después de sentir que han pasado casi 20 años cuando mi mamá, mandó a ampliar una foto de cada uno de sus hijos, y que han pasado casi 24 años cuando mi papá la tomó, me hicieron verla con un valor excepcional que nunca había podido contemplar.
En la imagen, creo que tengo un año, camino sonriendo jalando un teléfono de juguete, mis ojos son curiosamente rasgados, el contexto que ambienta y que ahora me resulta majestuoso, son el piso de tierra del patio, los tendederos de ropa, más al fondo los lavaderos, la muestra fiel de cuando nuestra carencia familiar era un rito de supervivencia. Mi cabeza pelona, aún recuerdo ese vestido rojo con encaje que llevo puesto, unos guaraches de platico, me resulta increíble ver la gusana graciosa que era, y ahora la energúmena en la que me he convertido, creo que me llegó la hora de la nostalgia, la misma que supongo sintieron mis hermanos, cuando cada uno de ellos decidió poner su foto infantil en sus nuevas casas, con sus nuevas familias. Encontré un gran tesoro, pero perdí 4 años de letras e imágenes con él. Nada se da, sin nada a cambio.

lunes, enero 26, 2009

Postmortem

Estoy en la etapa postmortem del amor. Nah, amor no se le puede llamar a un enculamiento prolongado de más de un año ¿o será que si estaba enamorada? Digamos que con mucha falta de afecto probablemente, un gran problema que me ha llevado a cometer cada bobería... causa por la que algunos hombres me han bailado de lo lindo, ja, no puedo negarlo, las bailadas fueron sabrosas y divertidas, con grandes lecciones que uno aprende para revertirlas.
Hoy veía un video donde el energúmeno con el que andaba, completaba su tatuaje de águila ¡Dios!, vi su pierna flaca, su típica camisa futbolera y su cara de malandrín ¡osea jelouu! ¡cómo pude enamorarme de eso! Bueeh, tenía cierto don, no sé si su novia opine lo mismo, pero hacia buenas chambas orales, aunque para la retórica fuera muy bruto, de ahí en fuera, me arrepiento, me arrepiento, ¡me arrepiento de haberle dicho alguna vez que lo quería!
Era bueno para hacer reír, en más de una ocasión muchas de mis amigas me dijeron que era naco sin remedio, cierto, lo es, comenzado porque le va al américa, sus libros favoritos son los de Dan Brown, y desde que sé de su existencia no deja su idolatría por Bunbury, ¡ordinario! Más que ordinario ¡yo me enveneno con mixtos o con sublimado corrosivo!
Hoy mi mamá con cara de susto me preguntó algo que me pareció una broma del mal gusto... ‘te voy a preguntar algo, y pues, ya ni modo, eres mi hija, ¿te gustan las mujeres?', por un segundo pensé en contestar afirmativamente, pero naaaah, era demasiado para ella, no me hubiese perdonado. No tuve más remedio que carcajearme.

martes, enero 20, 2009

Fresa de chocolate

Hoy volví a morder un chocolate, esta vez un Carlos V; y esta noche terminaré comiéndome el otro pedacito de chocolate suizo que me queda. Hace años, cuando aprendía a tocar chelo, estaba depre (oh que raro en mi) porque creo que había terminado con mi novio el chelista callejero. Esa vez, Emiliano fue a la tienda y me compró unos chocolates, me dijo que eran buenos para cuando se está deprimido. Los dulces tuvieron su efecto, me cambiaron el ánimo, pero más por el gesto de él.
En ese entonces muy pocos eran amables, y también en ese entonces Emiliano era adorable, y creo que estaba algo enamorada de él.
La última vez que recuerdo haber estado a gusto con él, (excluyendo las veces en las cantinas caguameras) fue un 14 de febrero, lo encontré en la calle, como regularmente nos vemos, sin previo aviso, él invitó las cervezas, supongo que después yo pagué las tortas en el ‘Pavito’, ya estando entre ebria y pacheca, con los últimos cinco pesos que me quedaban, compré unas fresas con chocolate, solo nos dieron dos, los besos tenían sabor a fresa y chocolate.

Prefiero contarles esto, a seguir escribiendo las razones de por qué sigo comiendo chocolates.

viernes, enero 16, 2009

Cuestión de ayuda

Destapé un chocolate. Bely me los trajo de Francia. Nunca he salido del país. Mi amiga me dijo que los chocolates europeos eran los mejores, no les encontré lo maravilloso, la única diferencia es que son menos dulces a los mexicanos.
¿Por qué cuando tengo algo importante que decirle a mi madre, piensa que estoy embarazada?, no lo sé, pero en todo caso a estas alturas, un embarazo sería el menor de los males, incluso, ni siquiera me parecería un mal (y me admiro de lo que digo).
Esta vez la gotita que derramó el vaso, fueron las tipas con las que trabajo, desde hace tiempo pedí en una escuela que me cambian una, sí, UNA, uNa, unAAAA! hora de clase porque chocaba con mi otro trabajo, ya estaba todo listo, cuanto tuvo que meter su cuchara otra tipa, que resulta ser mi otra jefa inmediata, y por su huevos, no me quisieron hacer el cambio.
Todos sabemos que sus justificaciones, son con plena mala fe de no quererme ayudar. ¿Qué le hiceeeeee? de verdad ¿Qué le hiceeee? Sé que no soy la mejor profesora, sé que tengo mis bemoles, pero juro ante Dios todopoderoso, que intento hacer bien las cosas en medida de mis capacidades, porque estoy muy consciente que me falta experiencia en muchas cosas; estos últimos años he sido más eficiente y todo lo que me pide de chamba se lo doy a tiempo, en verdad que soy una ñoña, porque trato de apegarme a las reglas y exigencias que me piden, y sobre todo, porque le tengo mucho cariño a mis alumnos y a mi oficio, por eso me cuesta enfrentar, que entregue un extra a mi chamba, y no se me es considerado un favor, ¡pero hay un Dios que todo lo ve!
Desde que tengo memoria, las necesidades me han enseñado a ser independiente, mala costumbre, porque siempre, siempre, me resulta lo doble de difícil lograr las cosas, todo por no querer pedir ayuda, esta vez no lo soporté, se la he pedido a quien sin pedirla, siempre me la ha dado, mi madre, y no hay mejor paliativo que escuchar un ‘no te preocupes, todo va a estar bien’.
Para evitar seguir sintiendome de la verga, me he comido la mitad de un chocolate suizo, me dije que los comería en ocasiones especiales, éste es más dulce que el francés. Todavía no se me quita el coraje y la pena.

sábado, enero 10, 2009

Incapacidades de la edad

De un día para otro, ya no pude jugar con las barbies. Creo que eso fue cuando tenía diez años. Me volví completamente incapaz de armar todo el set imaginativo, de la casita debajo de una mesa, muebles diseñados con objetos inservibles, el muñeco con tintes de Chuky, que suplía al Kent de la muñeca rubia. Las historias que me inventaba desde hacer una boda, crear conflictos porque siempre había algo malo, incluso hasta simular que la Barbie y su marido dormían juntos y hacían el amor, sin siquiera tener idea de lo que era una cópula, sólo bastaba decir que la Barbie se podía embarazar con solo desearlo.
Esto no fue de un día para otro, pero si me declaro sin ánimos de seguir desgastando mis noches en un bar. Prefiero dormir. Hoy me harté, al grado de gritarle a la cantante del grupo que fuera a clases de canto. Al llegar, pregunté el precio de una piña colada, y terminé pidiendo una cerveza, ya que el costo del coktail era lo equivalente a lo que me pagan en una hora de clase. Bailé por unos momentos más y sin más, tomé la decisión de irme a las doce en punto, cual cenicienta proletaria.
Volví a casa con los pies cansados. Fui al refri, tomé la caja de frut loops, la leche y un plato, soy niña buena. Todos mis amigos dijeron que me iba por el ‘látigo’, es mejor que piensen eso, a que se enteren que estaba harta y que hubiera vociferado algunas desagradables palabras. Salí del bar sola. Muy pocas veces soy amable con los demás, no era de esperarme que lo fueran conmigo. Voy a dormir, no quiero despertar.

sábado, enero 03, 2009

Chaquetas nocturnas (todo por un café que no me dejó dormir anoche)

Por momentos muy breves, me he permitido creer en los discursos baratos de la ‘autovaloración’. Cuando mi ánimo es demasiado deprimente, no hay mejor droga que creer algunas de esas cosas, por no llamarlas estupideces. Nunca he entendido la lógica de que cuando un hombre te gusta tienes que hacerlo esperar, ¡qué carajos!, si me gusta lo tomo y punto, aunque en medio de tantos putazos, he aprendido que las mujeres tenemos unas condición biológica que no podemos cambiar, enamorarnos.
Por circunstancias ajenas, y largas masturbaciones mentales, como la de ayer, ya que regresé de viaje y se me ocurrió comprar un café en la terminal, no pude pegar el ojo toda la noche, muchas cosas rodaron por mi casa, incluso una que hasta hace tiempo me parecía boba y repugnante: casarme.
Hablando de masturbaciones nocturnas ¿no les ocurre que algunos de los mejores pensamientos que solemos tener es cuando te chaqueteas?, digo, no el sentido erótico, sino que te llegan chispazos de lucidez.
Entre este mar de situaciones, se me ha quedado grabada una frase ‘Las mujeres son de otra especie distinta a la humana’(Burroughs), traducida que humana se refiere al género masculino. Mi debate es permanente, resolver el asunto de ‘estar o no estar sola’, yo sé que es un tema que ha enfermado en muchas ocasiones este blog, comenzando porque si estoy acompañada tenemos temporadas de crónicas Kamanostras, y otras de melancolía y maldición absoluta.
Hoy a inicio de año y con fechas pasadas tan emotivas como la navidad, me encuentro entre ese abismo incierto del ‘nirvana’, estado que en mis términos, se refiere a dos arduos meses de abstinencia sexual, cero drogas, muy poco tabaco, muy pero muy poco alcohol, y harta carne de puerco en las cenas, solo por las fiestas, porque soy casi vegetariana y no por gusto, sino porque comer diario carne sale caro.
Sigamos con el debate, hace unos días, volví a ver a un tipo que conocí hace tiempo y con el que no pude consumar algo que pensaba que me iba a dar mucho placer, a cambio de ello, me dejó una gran lección; ‘prohibido involucrarse con hombres bonitos, sin antes checar el material’, el que sea guapo nunca es garantía de que haga buenas chambas. ¿Qué pasó con él? Nada. Y eso es lo que me preocupa, que no haya pasado NA-DA, ¿por qué? ¡oh cielos! ¿Dios por qué me hiciste niña buena de nuevo?, rechacé su ofrecimiento y oportunidad de reivindicación, ja, ja, ja, y en verdad el tipo me gusta, me gusta, mucho.
He sufrido una mutación repentina, retorné a mis tiempos de niña bien portada ¡aunque usted no lo crea!, la razón, supongo fueron los duros golpes a mi ego en el campo literario y supongo la condición natural, necesaria e inminente del ‘cambio’.
Desde que perdí mi celulófono, tuve buen pretexto para ya no comunicarme con esos barbajanes que hicieron el año pasado un tanto conflictivo, aunque también placentero. Enrique sin más, desapareció después que nuestra última Kamanostra estuviera nefasta a causa de su pachequéz y alcoholización casi consuetudinaria. Todavía recuerdo que mi último pensamiento amable hacia él fue ‘está bien, le daré un ultimátum, o se decide o me pierde’, ja, ja, ja, ¡soy el colmo de la pendejez, por una extraña razón, en otro momento en el cual pude ver las cosas clarito, me dije ‘¿eres estúpida o queee?, ese cabrón ya no rinde, es un patán, tuvo la amabilidad de engañarte mientras te enamorabas de él, es un grosero y TÚ todavía tienes la grandiosa idea de hacerle un ‘ultimatum’, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ¡No tienes madre!
Fue ahí cuando los discursos de superación personal, fueron efectivos, ¡si! Yo valgo mucho para ese pendejete. Bueh... probablemente me termine enamorando de otro pendejete, pero ya con la experiencia necesaria de mandarlo a... cuando se pase de ojete.
Por otra parte, también en esta etapa me he acordado mucho de otro gran amigo bloguero, y he venido meditando una de sus ideas, recuerdo que él decía que creía en el amor ‘único’, porque cuando se casara iba a estar con una mujer que amara tanto, que ni siquiera tuviera necesidad de serle infiel.
Lo paradójica de esta idea, es que cuando me la comentó, ya iba a casarse, y andaba conmigo, ¡oh cielos!, tengo un imán bárbaro para los hombres infieles (ja, pues si no existen hombres fieles ¿de qué demonios hablo?).
Me he dado cuenta, que yo también creo en el amor ‘único, irrepetible e irrevocable’, baaah, ¿a quién quiero engañar?, sé que aún no lo creo del todo, pero por lo menos debo de empezar con mentiritas pequeñas a mi corazoncito, digo, es lindo creer de vez en cuando en utopías, aunque todo apunte a ser una mierda.