miércoles, noviembre 29, 2006

Porque me gusta

Las propuestas matrimoniales que me he tomado más en serio en estos últimos días, son dos. La primera es de Jeremi, lo conocí hace unos meses, y yo no me di por enterada, pero él ya había avisado a sus papás que se casaría conmigo y que fueran ahorrando para el casorio. Cuando se corrió la voz por toda la familia, e incluso cuando le avisó a mi mamá antes que a mi, me duró la emoción por mucho tiempo y hasta recordarlo me provoca mucha gracia y ternura, ya que Jeremi tiene siete años, y según él, acordó con sus papás que cuando sea grande se casará conmigo.
Cuando lo conocí, mi mamá lo cuidaba y recuerdo que las primeras veces que nos vimos, era en extremo atento, hasta casi me regala unas joyas de su mamá que sacó del ropero de su casa, obviamente ella estaba presente, así no pude hacerme de alguna maña para quedármelas, je, je, je, naah, no se crean, las hubiera devuelto de todos modos.
Cuando le preguntaron el porqué quería casarse conmigo, su respuesta fue simple y llana “porque me gusta”. Indudablemente uno de los mejores, o el mejor de los piropos que he recibido.
La segunda se dio en mi trabajo, donde debo aclarar, soy la maestra más joven y la única soltera, desde que empecé a trabajar ahí, un maestro siempre me piropea de acuerdo al color que vaya vestida, cada vez que voy de amarillo dice que soy una sinvergüenza, (me lo dice en una forma de rima, pero sinceramente no me acuerdo), cuando voy de rojo, dice que despierto pasiones, o cuando simplemente me ve sentada, me saca una frasecilla de algún verso bonitoso de Quevedo, entre nuestros breves diálogos, abre una invitación para ir a tomar unas cervecitas, que por cierto, nunca cumple, porque yo siempre estoy puestísima para eso, y más con gente que suele ser muy inteligente y sabía, como lo es este señor de casi setenta años.
Este señor con el que disfruto los cortos momentos en que puedo hablar con él, en los que sin preguntarlo confiesa su corriente de pensamiento, de la escuela crítica de Frankfurt, Habermas, Adorno, y a la única persona (aparte de mi maestra de sociología) a quien le he escuchado considerarse un “anómico”. Palabra que conocí en los cuatro tipos de suicidio de Durkheim, y que desde ahí arrastro con cierto encanto. Indudablemente resulta una monada de señor, hace unos días discutíamos con la recepcionista el consumo de la marihuana, y como es el maestro más respetado de la escuela, pues nada se le discute, ni alega, cuando hace confesiones como “¡claro que he fumado!”… obviamente una maestra novel, insigne, y decrépita como yo, no puede abrir la boca más que para reírse.
Cierta ocasión estaba platicando con la Lolis y llegó Don Maestro Respetable, y como siempre en sus discursos misóginos que hace a propósito con nosotras, nos dijo:

Don Respetable: ¿Qué hacen aquí?, ustedes deben estar en su casa, haciendo el quehacer.
Soltera Maestra Decrépita (ósease yo): No, pos yo no tengo quien me mantenga, por eso trabajo.
Don Respetable: ¡Quédese en su casa! ¿a qué viene a perder el tiempo aquí? Deje que la eduque la televisión para que consiga marido y la mantenga.
Soltera Maestra Decrépita: Por eso no veo televisión y cada vez se me acercan menos por eso…
Don Respetable extendió su mano y la dirigió hacia a mi: ¡Vamos al registro civil!
La Lolis, Don Respetable y yo, nos atacamos de la risa, el señor caminó y se alejó. Cuando volvió a pasar junto a nosotras preguntó: “¿Qué? ¿Esa risa fue un si?”, y volvió el ataque de risas.

Geisha

domingo, noviembre 26, 2006

El conflicto está resuelto


Me han preguntado hasta el cansancio ¿qué pasa en Oaxaca?, y está vez no pretendo hacer un ensayo para justificar lo que me a llevado a conclusiones que no son del todo gratas ni siquiera para mi. Distanciarme de mis amistades que en su mayoría desaprueban a la Asamblea Popular, ha sido el primer efecto secundario de mi fallida imparcialidad que traté de mantener meses anteriores. No daré razones que justifiquen el destrozo del centro histórico, tampoco el retraso de clases en los centros educativos, ni las muchas perdidas de empleos, de ingresos, y demás causas de lo que mucha gente se queja, porque no tengo, ni hay argumentos para sustentarlas.
Los medios dan datos inexactos de los desaparecidos, detenidos, muertos y los rumores parecen proporcionar más tintes de verdad que la prensa. Cada vez los enfrentamientos son más atroces, cada vez tenemos a más gente muerta.
Ayer sábado, me uní a la protesta en una de las tantas megamarchas realizadas durante estos meses, esta vez se inició en San Bartolo Coyotepec (pueblito conocido mundialmente por producir el barro negro), en dicho municipio es donde se encuentra la secretaría de seguridad publica y la casa de gobierno, recientemente trasladada a dicha comunidad. Hace unas semanas las autoridades y nativos del lugar, balearon a un grupo de maestros, por tal motivo se decretó que en San Bartolo ningún centro educativo de carácter público abriría sus puertas, de ahí que la marcha saliera de ese punto como medida de protesta por los asesinatos.
La indignación creció cuando nuestro gobernador declaró hace unos días, en los medios “que el conflicto magisterial había sido superado”. A mi madre y a mi, nos caló hasta los huesos presenciar la muestra de cinismo más vil del teatro político.
Ayer caminamos por casi cuatro horas, cerca 19 kilómetros, gritando consignas, viendo a la gente cansada de no ser escuchada, pocos jóvenes y los que llegaron venían de fuera, Michoacán, Chiapas…
Terminé agotada, mi mamá llevaba, por si las moscas, unas cocas por si nos tocaba algún gas, creo que en esos momentos me siento más cerca de ella, Chelito aún levemente enferma de la garganta gritaba junto conmigo.
Esas horas parecen tan largas, pero tan cortas para pensar que simplemente eres una voz minúscula que pretende contribuir a detener esto, a seguir impidiendo que haya más muertos, más barbarie condenada por causar daños materiales, ¡carajo! eso se reconstruye, las vidas no.
Todavía no se me quita ese nudo de impotencia, no sé quienes murieron, pero aún así no puedes dejar de voltear la vista y pensar: pude haber sido yo, o puedo ser yo la próxima a la que vayan a botar al mar, para que nadie haga nada.
Nos fuimos temprano del centro, no nos tocaron los gases afortunadamente, pero vimos como se preparaban las bombas molotov, tal vez muchos de los que vimos ya se fueron al hoyo. En los medios se condenan los actos vandálicos, pero es la simple y atroz respuesta de que "el conflicto magisterial esta resuelto"... no lo hubiera dicho ese cínico que no se va.
Carmen se apasiona, llora y en su voz me quiero encontrar. Ella no necesita ser una estadista para entender las cosas por las que se manifiesta con cualquier persona que le da la palabra, puede convencer hasta al más apasionado, pero no a su hija burócrata que apenas voltea a ver lo que pasa, y que critica a los "sappos" como la escoria más vil, que esta siendo masacrada.
Si me muero un día de estos, espero que también sea por inconforme.

Geisha

jueves, noviembre 23, 2006

Señora Toy

Carmen Maria es la vendedora ambulante de una secundaria, las secretarias y los intendentes le compran a crédito, licuadoras, sábanas, cobertores, vajillas, electrodomésticos, cidis y dvdes piratas, su automóvil siempre es el mercado del “después me lo pagas en cómodos paguitos, manita”.
A Carmen la conocen por la señora “Toy”, su apellido de origen chino, le hizo heredar su sangre comerciante. Lleva más de siete años en el negocio de medio vivir, con un lujo por año, se esmera en apagar las luces cuando nadie las ocupa, ahorra hasta la última gota de agua y compra ropa usada de sus amigas que visten bien.
Años atrás, pertenecía al sector de confianza de petróleos mexicanos, sus muchos años de escalar peldaño por peldaño, desde lavar baños, manejar pipas, hacerla de vigilante, nominista, secretaria, hasta la “honorable” contadora, se fueron al carajo, gracias a uno de esos recortes de personal que las reformas laborales y gubernamentales, hacen para reducir presupuestos, injustos para los que la necesidad les hace doblegar el orgullo tras años de humillaciones, diez de mayos no festejados en las escuelas de sus hijos, vacaciones no disfrutadas, y tardes sin ver televisión en compañía de sus críos.
A sus cincuenta años, conserva una cintura que no cualquier señora de su edad tiene, las nalgas redonditas de sus pantalones pegados todavía hacen voltear a las miradas masculinas que disfrutan la estética de las caderas istmeñas.
Por ser la primera letrada de la familia, se le ha otorgado la autoridad moral de ser la “mamá grande de sus hermanos”, la prestamista a la que nunca le devuelven el dinero, la que ayuda a denunciar a los golpeadores maridos de sus hermanas, la que regaña los vicios de los alcohólicos drogadictos de la familia, y también la bella viuda amante.

Diálogos moralistas parte I

- Me encabrona que mi papá sea un mediocre, todavía esta bueno para irse a trabajar, y deje de andar pidiendo dinero a la gente.


Liliana la abrazó para contenerle las lágrimas a punto de escaparse de sus ojos.
- Algo he aprendido en los últimos años Carmen, así tus padres sean los peores, así te regañen sin razón, así te hayan hecho daño, así sus argumentos para reprenderte sean retrogadas… “Los papás siempre tienen la razón, y no hay que juzgarlos”, eso es algo que no voy a discutir, entiéndelo, y ya párale de reprochar eso a tu padre.
Después de unos minutos, Carmen alzó la cara y perpleja preguntó.
- ¿Por qué me dices Carmen?
- Así te llamas ¿no?
- Pues soy tu madre.
Liliana rió descaradamente.

Geisha

miércoles, noviembre 22, 2006

Luego, luego

Disculpen, lo sé, lo sé, trato de publicar seguido, pero ando con pocas ganas de escribir.

Me fui de pinta a Puebla, regresé con ese feo sentimiento de ¡otra vez en casa!, suena feo, bastante, hasta a mi no me agradó.

Perro me ha dicho que deje madurar el post que iba a publicar y no me gustó, así que le haré caso luego lo subo.

Geisha

miércoles, noviembre 15, 2006

Jacksu

Los conocí en el autobús, iban para el mismo destino que yo, sin unas reservaciones previas y con la aventura del alcohol y el tabaco en sus maletas. En el transcurso ni siquiera nos dirigimos la palabra, sólo uno de ellos se apresuró ha avisarme que mi almohada en forma de salchicha, se había caído mientras acomodaba mi mochila.
Bajé del autobús con el terror de pensar que en esa ciudad nadie me esperaba, que si perdía de vista a esos tres chicos estaría rotundamente sola.
Destino, casualidad o causalidad, encontramos el momento de socializar mientras un tipo de turismo nos daba la bienvenida e informes, me uní con ellos a la mancuerna en busca de un hotel. A esas horas no era posible encontrar una habitación desocupada, pero al paso de la mañana era seguro encontrar una posibilidad para descansar.
Rompí mi regla de no fumar en la mañana y dado el cansancio, acepté los cigarros que fraternalmente me ofrecieron.
Jacksu, fue la primera en admirarse de mi origen, yo, una oaxaqueña, maestra, mujer, y para colmo viajando sola sin plan fijo. Al paso de nuestros breves diálogos, comprendí que eso no era casualidad, que mis atinadas ganas de viajar a la aventura y encontrarme con ellos en la terminal, en el autobús y ahora en la odisea de alojarnos en un hotel, era como una situación que encajaba en un plan mágicamente trazado. Indudablemente Jacksu, fue la persona que me inspiró confianza para unirme a su grupo, pues sin ella, aunque Héctor y Luis tuvieran las intenciones más angelicales, dudo que les hubiera proporcionado la confianza que aprendí a tenerles en unas horas.
Entre nuestra plática, encontramos un punto de convergencia que nos hizo estrechar un lazo de amistad, de esos raros que se construyen en un dos por tres. Me enteré que Jacksu, también era maestra, integrante de un frente anarco-feminista, y que el día siguiente sería su cumpleaños, nacida un mes de octubre, una mujer del signo libra. En su voz encontré una seguridad aunada de una convicción que me recordaban a mi madre, de esas que sin pizca de amenaza cobarde, actúan con firmeza.

A mi no me molesta que ese tal Tiziano Ferro nos haya dicho bigotonas, lo de menos es comprarme un pinche rastrillo y quitármelos, pero a él, dudo que se le quite lo pendejo; a mi, lo que realmente me ofende, me molesta, es que siga habiendo mujeres asesinadas, desaparecidas, violadas, y que nadie haga nada, eso si me ofende.

Desde ese momento supe que Jacksu tenía que ser mi amiga, aunque en un principio sentía que se mostraba un tanto mamona conmigo (posteriormente confesó, que en el autobús ella me había sonreído, acto que nunca ví, y por tanto pensó que le había dado el cortón, supongo que por eso ella se comportaba levemente molesta) pero era del tipo de viejas cojonudas que me gustaba conocer, o que casi nunca había conocido.
Entre nuestras primeras palabras y al enterarse de mi oficio y ciudad natal, ella mostró su simpatía y hasta pregonó ¡viva la APPO!, confesó que se había involucrado en la manifestación que estaba en el DF, y conocía a oaxaqueños admirables por su capacidad discursiva e intelectual, en ese momento me sentí avergonzada, ni yo era un espécimen brillante, ni oradora, ni activista de algún bando, ¡como era posible, que personas de fueran de mi Estado, estuvieran más atentas de lo que pasaba en mis narices!, fue ahí cuando realmente me sentí rotundamente avergonzada.

Nos conocimos a las 5 de la mañana, a las 10, los cuatro nos hospedábamos en un hotel, a las 3 comíamos en un restaurante, mientras juntos hicimos coro al trovador que entonaba a Silvio, Aute, Filio, Sabina, Milanés…, a las 6 metíamos nuestra cuchara a la viennetta de capuchino que terminó siendo un cenicero de colillas cigarreras, a las 9 nos paramos al único evento del cervantino que pude ver, un grupo de ingleses de opera pop, o algo así.
Buscamos un bar con cerveza barata del que terminamos saliendo, porque la cerveza estaba adulterada con agua, caminamos por las callejonadas y túneles que nos hacía eco, al son de nuestras afinadas voces que imitaban a Alex Lora, una que otra ranchera, o populacha; finalmente la lluvia nos hizo regresar al cuarto, donde cuatro botellas de tequila, junto con 13 cajetillas de cigarros nos aguardaban. Cuando llegó la hora de dormir, conocimos las sinfónicas melodías de instrumentos de viento que nuestras nalgas emitían, no paré de reírme mientras Héctor y Luis se echaban la culpa de bochornosos perfumes gástricos, mientras sacudían las cobijas para esparcir su fragancia. Jacksu no dejó de disculparse por ellos y quejarse con el clásico e infantil ¡wacala!
Justo veinticuatro horas después, gemía en una habitación del siguiente piso, supongo que mi satisfacción era tal que hasta oídos de mis nuevos amigos llegó, eso me lo dijo Jacksu mucho después de aquel incidente, yo estaba confiada de que las paredes y la cama, eran lo suficientemente fuertes para soportar la fricción y mis gemidos… ¿o gritos?... sinceramente no me acuerdo que tan escandalosa fui.

La última vez que la vi, me dio una hojita que constantemente leo, y donde me bautiza como una Cuauhtcihuatl (mujer águila, en nahuatl); eso fue hace un mes, un recuerdo tan grande, tan sublime que todavía no cabe en mi consciencia de lo maravilloso y grato que ha sido haberles conocido.

Geisha

domingo, noviembre 12, 2006

Un 12 de noviembre de 2003

Pensé que hoy tendría palabras de sobra, a cambio tengo silencios. No puedo ofrecer más.
Por ser un fecha conmemorativa (para mi), comparto algo que no es mío.


Se la pasa en su cuarto, encerrado y solo, a veces escucha música toda la mañana y la tarde, a veces abría la ventana para que entrara un poco del aire que tanto le gusta por esta fechas, "promesas”.
Además de todo esto, sentía enorme tristeza y nostalgia, cuando veía el sol ponerse a las cinco cuarenta de la tarde, un aire calido rodeaba su cuerpo; cuando esto pasaba, no importaba si él estuviera en un café o en la calle, lo llenaba de enorme soledad, no podía creer que ante increíble espectáculo, que ante maravilloso fenómeno natural, de ver y sentir el ocaso, él estuviera solo, no pensaba en si alguien más lo vería, quería tener a alguien a su lado, alguien a quien pudiera tocar, y pasarle ese calor que tanto le gustaba sentir.
Las noches en su cuarto eran igual que las tardes, de encierro, con música y mucha oscuridad, no dormía, no se lo permitía su conciencia, sus recuerdos; que sé yo, pasaba las noches pensando, mirando hacia el techo, llorando, impotente de actuar cuando saliera el sol, cuando lograba dormir, se perdía completamente en el mundo de los sueños, aun así , sentía exactamente lo mismo que si estuviera despierto o pensando en cualquier otra cosa, aun así en los sueños, no tenía esperanza, no veía salida, aun en los sueños él estaba solo, sin nadie, por más que se concentrara, por más que dejara de respirar o gritar con todas sus fuerzas, él seguía solo.... aún en los sueños... él lloraba.
Pensaba: el mundo y la vida no son eternos, son cosas pasajeras, prestadas para un segundo sobre este universo... aun así, en ese segundo he tenido tanto dolor y soledad, tanta hipocresía y soberbia que cualquiera que la hubiera sentido, hacia ya mucho se hubiera dado un tiro y volarse lo sesos.
Quería que alguien más cobrara consciencia de todo, del dolor, de la soledad, del amor, de confiar; él quería tanto volver a confiar, amar, sentir, dejar de llorar, pero no podía, no lo dejaba en paz, el mundo, las cosas, el humano al que tanto había admirado hasta llegarlo a odiar.
Un día llegó a su cuarto... se acostó sobre su cama, miró hacia el techo, buscó alguna forma de animalito entre los ladrillos que formaban su techo, el sonrió, no importaba la edad que tuviera o dejara de tener, el sexo, hombre o mujer habría sentido lo mismo, él sonrió, una lagrima se le escapaba de entre su rostro hasta llegar a su cama, él sonrió, el aire era tan cálido e hiriente, cierra los ojos, se duerme, sueña… él se ríe.

Esta vez no firmo yo, sino una memoria de requiem.

miércoles, noviembre 08, 2006

Búscate a otro

Búscate a otro, yo no te convengo.

Le dijo del otro lado de la bocina, mientras ella no objetó, ni se contuvo algún tipo de réplica.

Pensó que tenía la experiencia suficiente para notarlo, no era así, después de dos años de llamadas constantes, nunca se dio cuenta que las muchas veces que le repetía que la quería de manera burda, eran producto de algunas líneas blancas aplastadas en un espejo. Ella pensó que sólo era el desvarío de unas cervezas.
Cuando le confesó sus sobredosis, aunque no lo imaginaba de él, no dejó de admirarse, no porque fuera cosa del otro mundo, sino porque nunca lo notó. Era un clásico de ella enamorarse de alcohólicos, drogadictos, anómicos, suicidas, que encajaran con el papel de su mutua soledad.
Esas llamadas eran sólo una búsqueda de esperanza, eran sus dosis de juicio y una que otra luz que le devolvieran un poco de los recuerdos de su país a él.
Ella, aunque progenitora de fantasmas, sabía en el fondo que sólo representaba un sustento emocional del cual él dependía, nunca creyó prudente romper con las propuestas matrimoniales, con las que ella no soñaba. No tuvo que hacerlo, él daba su última palabra. Búscate a otro.
Ella pensó que ya no era necesario buscar, ya no quería buscar.

Geisha

martes, noviembre 07, 2006

Requiem

Instrucciones no seguidas
Favor de no resucitar, los cuerpos se pudren después de tres días bajo tierra, donde poco a poco los gusanos invaden el cuerpo podrido para empezar una nueva vida en el mundo subterráneo de los muertos e insectos.

Favor de callarse la boca cuando un hombre abre las piernas de una mujer y rompe con cuatro gotas de sangre el umbral, mientras no soporta el dolor y rocía semillas blancas en su cuerpo.

Favor de tocar las puertas antes de entrar, para evitar situaciones embarazosas y de embarazo también.

Favor de lavar las sábanas, manchadas de leche y salsa roja, para no dejar pruebas del delito.

Favor de tomar pastillas, para aniquilar la indeseable esperanza de vida.

Favor de lavarse los dientes después de besar al de las anginas inflamadas.

Juguemos a hacernos las fuertes, mamá.
Geisha

domingo, noviembre 05, 2006

Marcha

Como han leído mis estimados lectores he pasado por diversas etapas en las de este conflicto que vivo en mi ciudad, empecé quejandome, y hoy me uno a la causa. Me quité la apatía, dejé de ser espectadora y me uní a la mega marcha de hoy, a la voz del pueblo, a las consignas de lenguaje popular con las que grité bajo el sol, ¡maravillosoo de verdad! ver gente de lo más humilde, jóvenes, niños, incluso personas discapacitadas que alzabamos los gritos ¡somos mayoría!

Esta vez Chelito y yo, quedamos de acuerdo que si iríamos, mi madre se sacó un poco los nervios ante mis culeras consignas, de "nada, nada que, si no vamos es por pinches cobardes huevonas"; ante la mala cara de su marido, que fue mas de miedo y colapso, no le quedó de otra que acompañarnos.

La bandera anarquista no pudo faltar, y recordé a mi amiga la Jacque, otro culisimo de vieja… de la que hablaré más adelante, claro, si ella me lo permite.

¡¡Ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó!!

Después que la PFP intentase este dos de noviembre, el desalojo de los brigadistas en ciudad universitaria, la gente reaccionó, ahora más que nunca las voces se unieron a una mega marcha, realizada hoy domingo.
El principal foco de reacción ha sido la estación de radio universidad, tomada desde el 14 de junio, donde podría decir es el motor primario de este movimiento; como estudiante de comunicación debo admitir que ha sido la influencia de este medio el que ha movilizado, conscientizado a una la gran mayoría del pueblo oaxaqueño, en las que me incluyo.

Dentro de los locutores improvisados que tiene radio universidad, hay una mujer en especial, cuya voz nos ha terminado convenciendo, es la de una vieja cojonuda, hasta apenas hoy conocí quien era, una mujer de cabello blanco, con una convicción que contagia hasta el más apático, esta señora es La Doctora, nunca dice su nombre, pero su tono de voz inconfundible, le ha dado una autoridad impresionante con la gente que la escucha casi diez horas en la radio.
¡De estos culos de viejas debería haber más!


¡No somos dos, no somos cien, pinche gobierno cuéntanos bien!

Hasta hace unos días nuestro ex gober, decía que era una minoría la inconforme, pero les aseguro que una marcha que rebasó los 7 kilómetros de gente, no representa una minoría. Las voces que gritaban la destitución del cargo, ya no hablaban por una asamblea, por un magisterio, por unos estudiantes, sino por la salud de un pueblo cada vez más atento de lo que pasa en su entorno.

Geisha

viernes, noviembre 03, 2006

Lecturas


Soy de las que creen, que hay lecturas que tienen su momento para leerse, es decir tienen su momento preciso para entenderse, es como la clásica pregunta que hacen los no lectores, a los escritores que promocionan un libro en esas conferencias donde se nos critica hasta el hartazgo que somos un país de soquetes que apenas leemos un libro al año; ¿Con qué empezar a leer?, mientras el escritor le recomienda algún título que para su gusto cree es el adecuado, puede que aquel no lector, de acuerdo a sus gustos le agrade, o que lo termine odiando u opinando que no le encontró nada de interesante puesto que no lo encuentra compatible con su entorno individual, y dado nuestra naturaleza de desprestigiar lo que no nos gusta, digan “es una porquería”.
Yo soy de las personas con cierto retraso mental, que se le dificultan las cuestiones que no puedan hacerse reconocibles con el mundo social, gnóstico, ideal, etc, que vivo; recuerdo que siendo una morra tomé un libro de Nietzsche y por más que lo leía y releía no entendía ni pio, esa vez me lo recomendó un tipo que según le había hecho cambiar su visión, y yo, curiosa, quería experimentar lo mismo; mi edad, mi experiencia me lo impedía. Otro caso fue cuando una amiga, muy inteligentosa, me dijo que el libro más maravilloso para ella era Demian, de Hesse, vagabundeé por él dos o tres veces y no le encontré nada extraordinario; o puedo hablar de mis pendientes con Borges, que lo he dejado reposar en mi librero, para retomarlo cuando me sienta lista. Algo parecido me ocurrió con Rulfo, fueron años de conflictuarme con él, hasta que encontré la manera adecuada de comprenderlo, mirar al campo, o conocerlo a través del cine.
Pero realmente inicio con un tema del que no iba a hablar… hace tiempo escuchaba una discusión, de esas en las que no opino y me dedico a escuchar o ser espectadora, sobre ¿qué tan dueño es el escritor de su texto cuando se lee por otros?, el lector se vuelve dueño también de esas palabras cuando las comprende, asimila, y lo hacen pensar, pero yo añadiría algo más, se adueña de ellas cuando cree que hay algo de si mismo en estas, por eso que el acto de leer sea un acto muy sugestivo, individual, donde incluso pareciera que se discute o dialoga, entre el lector y el escritor.
Por otra parte, llegué a esta reflexión cuando en cierto blog, un sartal de mujeres se adjudicaban un escrito, una elegante prosa con tintes de enamoramiento, me hubiera encantado entrar en la controversia y ser una de esas tantas defensoras de “es mío y punto”, pero por más que lo deseaba, no había pruebas de que estuviese en esas letras, ningún rastro, ninguna sombra de mi empatía ahí, no tenía caso defender lo que ni siquiera podía hacer mío.
Posteriormente, regresé y vi otro texto, largo, de esos a los que dedico tiempo , mucho tiempo, mucha saliva, y le doy filo a los dientes de mis neuronas para masticarlo, no era un prosa romanticosa, no tenía las palabras bonitas como el anterior, pero ahí si pude encontrar residuos de mí, y aclaro, no porque diga que quien lo escribió, lo hizo pensando en mi, sino porque pude apropiarme de lo que decía, pude traducir esas palabras con lo que vivo, de ahí que sea creyente que hay lecturas que comprendemos más que otras, de acuerdo por el momento que pasamos.
El texto habla, o por lo menos lo que comprendí, sobre el valor del hombre de acuerdo a su capacidad productiva, las situaciones que el capitalismo ha ocasionado gracias a su laissez faire, donde el exceso de libertad se convierte en algo tal letal, como no tenerla, un mundo donde hay muchos más trabajos, pero mucha más gente que se abarata, para conseguir subemplearse y para ir medio viviendo, ya no vivir cómodamente, sino sobrevivir con un sueldo de hambre, en Oaxaca eso no es novedad, mientras a los empresarios les formas una gran riqueza, te pagan mil veces menos de lo que vale tu trabajo (creo que me traumé con Marx y su plusvalía).
Desigualdades como esas, provoca reacciones, movimientos populares, gente armada, manifestantes en calles, lucha, protesta, represión (hablando del conflicto de Oaxaca), gente y más gente inconforme.
La situación del desempleo en gente mayor, es una de las tantas marginaciones, exclusiones que frustran a muchas personas, refiriéndome a un caso que se me vino a la mente, mi madre, una ex contadora desempleada por un recorte de personal, muchos años estuvo consagrada a su trabajo, al que puedo decir amaba tanto como a sus propios hijos. Tras salir de una rutina con diez horas días de laborar, tardó o tal vez nunca ha aceptado que le despidiesen, era feliz haciendo lo que hacía, ella me ha confesado que todo lo que luchó por terminar una carrera, se había ido a la basura con su trabajo; creo que desde ahí empezó a enfermarse más, adelgazó y le puso más aumento a sus lentes.
Pero no todo fue catastrófico, recuperé a mi madre cuando tenía quince años, hizo lo que nunca pudo cuando trabajaba, me fue a dejar a la escuela, fue a los diez de mayo, y hasta hizo la comida entre semana y tendió su cama, cosa inédita en años anteriores.
Encontré una tarea muy larga, Hobsbawn de lo que recuerdo, fue con quien aprendí a odiar a los judíos, ¡ah como duele la historia con él!, recordé que no me gusta la economía, y tengo una cita pendiente con El capital, con Giddens, incluso le pediré un nuevo paseo a Dieterich para que me ayude con ese lingüista al que le traigo ganas, o podría suprimir todo esto y ¿poner barricadas en las calles?, creo que ya las puse en mi cabeza.
Supongo que por eso nos gusta leer tanto cosas de sexo, definitivamente nos encontramos ahí salivando, gimiendo, chaqueteando la cabeza con letritas, desestresando el estrés.
Todo el texto es tuyo, si llegaron hasta aquí, tal vez pudieron apropiarse de algo, tal vez encontraron una negativa para mis afirmativas, pero ciertamente como ocurre con los textos largos, pocos llegan a adueñarse de él. Me dará mucho gusto haber dialogado contigo, si es que te masticaste algunas palabras de esta humilde y copiona servidora, que piensa con motivo que otros piensen.

Geisha

miércoles, noviembre 01, 2006

Nunca

-¿Fuiste al panteón?
-Has dado en el clavo. Si, fui a ver la tumba de mi abuelo.

Días después me morí.

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-Mamá, te presento a la novia de Rodrigo.- Dijo Fausto, mientras incrédula, la señora abría la boca sin darse cuenta de lo letal de sus palabras.
-Dejé a Brenda llorando en su tumba, casi se desmaya.
La abuelita, prosiguió, tal vez justificando, tal vez disculpando, tal vez metiéndole una daga en el corazón de puta.
-Los hombres siempre tiene muchas mujeres.
Nunca olvidó las palabras de las señoras, hubiera preferido que le dijeran puta sin tantos rodeos, no guardó rencor, pero nunca olvidó, nunca lo olvidó.

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Magdalena siguió siendo la primera en llegar a las misas mensuales, a los aniversarios, a los cumpleaños, a las reuniones sin ser invitada y le siguió encendiendo una vela en su altar de muertos.
Nunca le dijo que lo amaba, pero mayor prueba no hubo para corroborarlo.

Geisha

División

Las calles fueron abiertas, mi admiración fue tal cuando pasamos sin tomar el clásico atajo para llegar al centro, la ciudad aun tiene poco transito, y casi nada de transporte público.
Desde la madrugada los operativos de limpia son evidentes, gentes con brochas, rodillos, tapan las pintas en contra de Ulises.
Los limpiadores se quejan, están hartos, “la APPO tiene la culpa de este caos”.
Un centro de acopio se organiza para premiar a los de la PFP. Otro más se establece para brindar atención medica a los manifestantes en el IAGO, donde también se ha instalado una mesa para levantar actas por la violación de los derechos humanos.
Altares, tapetes de arena, en tributo a los nuevos muertos, aglomerados en Santo Domingo, maestros que se unen en una sola voz, “¡el pueblo, unido, jamás será vencido!”, ese es el problema, el pueblo está divido.

Geisha