domingo, julio 24, 2011

Amy Winehouse

Murió, ¡noooooooo!

Me faltan 3 meses para cumplir 28, cuidaré mi vida mucho más estos siguientes tres meses.

lunes, julio 18, 2011

Mi máscara de Felipe Calderón

'He regresado', les he dicho a mis amigos, pero a nadie le sorprende, un año es como un instante que se va sin tanta trascendencia, cuando aparentemente nada esencial cambió.
Sobreviví y me enorgullece decirlo, aunque a ciencia cierta, pocos saben de lo que hablo cuando un invierno en medio de la nada, comida refrigerada por muchos meses, kilos de ropa y una blancura casi infernal, no tienen nada en común con una tierra tan calurosa, olorosa y colorida como Oaxaca.
Hace unos días, mis amigos teatreros me invitaron a participar en una de sus 'acciones', dicho acto se desarrollaría en la Central de Abasto.
En Oaxaca, y supongo algunos países latinoamericanos, los mercados están al aire libre y regularmente los vendedores viajan desde sus pueblos natales, para ofrecer sus mercancías. La Central de Abasto de Oaxaca, es un lugar abundante en diversidad de personas, desde vendedores que han hecho de sus puestos una mini sala con muchos espejos y aparadores de ropa cara, comedores con manteles de flores en colores chillantes, mendigos que por años gritan en el mismo lugar su cantaleta para pedir caridad, puestos de flores siempre frescas, hasta señoras putonas que tienen más pinta de madres de familia moralistas.
Calles deshechas por la lluvia, pestilencia por las alcantarillas bloqueadas de porquería, olores de comida rica entremezclados con el humo de los autobuses, artesanos, santería, carnes, quesos, semillas, pan... color, diversidad.
Nunca encontré tanto placer para contemplar la Central de Abasto, como ahora la observo, después un de blanco y una plastificación total de los grandes supermercados del primer mundo, tan carentes de calor humano y diferencia, la belleza en el barroco de la fealdad, me resulta riquísima.
Liliana, mi directora de teatro, me invitó a su 'acción', que consistía en caminar por el área seca de la Central de Abasto, con una mascara de un personaje público que representara una imagen de poder, logramos reunirnos cerca de quince teatreros.
Antes de que ellos eligieran a los personajes que representaran una imagen de poder, hicieron una encuesta, los más recurrentes fueron: Felipe Calderón (Presidente de México) Gabino Cué (Gobernador de Oaxaca), Flavio Sosa (ex-líder de la APPO), Barak Obama (Presidente de EE.UU.), Carlos Slim (el hombre más rico de México y el segundo a nivel mundial), El chavo del 8 (cómico mexicano), Ulises Ruíz (anterior Gobernador de Oaxaca), Benito Juárez (uno de los ex-presidentes mexicanos más queridos por la historia) Bob esponja (caricatura gringa), entre otros.
La tarea era sencilla: debíamos ir vestidos de un mismo color, amarrarnos a la cara la foto del personaje que eligiéramos y andar caminando sólo por el área seca del mercado, para ver la reacción de la gente. Como llegué tarde a la hora de la repartición de personajes, debía elegir entre personajes cuyas caras a mi parecer no tenían mucho riesgo, a excepción de uno, que nadie quiso portar: por tanto elegí a Felipe Calderón, allá voy caminado con mis senos bien marcados por mi blusa negra y la jeta de nuestro lustroso, bienintencionado y amado presidente mexicano.
Las reacciones eran típicas de 'te verías más bonita sin esa máscara' hasta las mirada de ¿estás pendeja?; obvio, la gente va a comprar a la Central, y siempre se está alerta de que ningún malandrín te vaya a asaltar o a robar las pocas pertenencias que tienes, los compradores no van a divertirse, ni a encontrarse con teatreros chiflados como nosotros.
Entre las cinco mujeres que llegamos, una se puso la imagen de Gabino Cué, y no faltó el agresivo que dijo, 'si no te la quitas te golpeo y si te la quitas te meto a los baños', los otros compañeros con su respectiva mascara salieron al rescate.
El área seca que consta de tiendas de ropa y zapatos, es una de las zonas menos concurridas, así que pronto me aburrí y me fui a los pasillos exteriores, mucha gente ni siquiera se percató de mi máscara, otras preguntaban 'qué significaba eso'; ¿por qué la gente considera que todo acto creativo o artístico debe tener una razón para entender o querer decir?
A mí, simplemente se me dio la gana decirle a mi directora: sí, sí Liliana, si te voy a ayudar porque hace mucho que no tengo nada interesante o con riesgo que hacer, por lo mismo se me dio la gana hacer un Felipe Calderon amable y contoneado por una mujer, cuyo rostro y risita de Donadie, se escondía tras de un pedazo de papel.
Otros espectadores decían 'Adiós señor Calderón', yo saludaba con el gesto ensayado en los balcones de cualquier mandatario, muchos sin mucho qué pensar, pero supongo sorprendidos por un Señor Presidente con tetas y nalgas escurridas, sólo miraron.
Una de las sensaciones que siempre he disfrutado del teatro y que recordé en la Central, fue el acto de contemplación y admiración, uno se vuelve adicto a llamar la atención y así fuera a riesgo de recibir mentadas de madre, lo hice.
Una de las líderes del mercado dijo: '¡qué bueno muchachos que lo hacen, para que la gente despierte!' aún no estoy segura, ¿despertar de qué? ¿hicimos a la gente despertar de algo?

lunes, julio 11, 2011

En este afán de avanzar, retrocedí en las cosas básicas que en un momento ya había dominado.

¿Dónde pongo tanta estupidez, tanta lentitud y miedos desbordados?

Ya sé. En el caño de suciedad y mierda, dónde debieron irse hace dos días, para que no vuelvan más.




viernes, julio 01, 2011

La necesidad tiene cara de perro


Hoy fui a pedir trabajo en una de las escuelas en las que antes laboraba, con detalle puse esmero en las cosas que me da orgullo mencionar en mi currículum, y otras que por puro requisito antes las metía, pero que ahora me dan la suficiente vergüenza como para borrarlas, he tenido muchos trabajos que por supuesto nunca mencionaré, pero me da curiosidad saber cuál hubiera sido la reacción de la encargada que hoy me hizo la entrevista con referencias tales como: 'colaboradora de la revista joven besa culo de tal partido', 'premio al papel más corto en la obra de teatro fulana tal', ' 'obrera recepcionista del motel La manzana perdida'...
En mi vida he hecho cientos de trabajos, incluso el de nanny universitaria en casa de ricos gringos, ¿pero díganme si ustedes rechazarían 15 dolaritos por hora?
Les decía, regresé al Instituto donde hacía dos años trabajaba de 'catedrática' y donde por cierto me han dicho (no lo sé de cierto), siguen pagando $ 75 pesitos la hora igual a 6.25 dólares ¡gran diferencia!
En fin, le decía a la encargada del departamento, que mi especialidad en enseñanza eran las áreas de Lecto-escritura, Literatura y Comunicación oral, ella me dijo que justo en esas áreas se estaba haciendo mucho énfasis para mejorar en los alumnos, y que para dar esas clases debía hacer un examen y posteriormente hacer una clase muestra.
Sin darme cuenta, cuando vi en unos segundos, me dio un hoja que debía corregir en el uso de mayúsculas, signos de puntuación, etcétera.
Fueron diez minutos, en los que pude cagarme de la risa, despotricar una típica queja, sentirme ofendida y decir ¡cómo es que a mí me hacen eso!, o bien, pensar seriamente, 'constructivamente' el asunto y agarrar al toro por los cuernos, si se toman medidas extremas, como esa de hacer examen a Licenciados para comprobar conocimientos mínimos de ortografía, es porque la cosa es sumamente preocupante, quiere decir que todavía hay gente con cédula que no sabe distinguir que la palabra 'heludir' no se escribe con hache, o que todos los verbos en pasado simple se acentúan, por recordar algunas de las palabras que recuerdo del examen, o que 'exámen' no lleva acento.
Lo que me causó sorpresa de la dichosa prueba de una cuartilla, fue su contenido, porque el azar, la coincidencia o lo que sea, hizo que el mensaje fuera alevosamente agresivo a mi persona, ja, ja, ja.
Llegué de Estados Unidos hace dos semanas, y la dichosa cuartilla era un texto de un tipo que había recibido una beca de una tal Fundación Katz para estudiar en Estados Unidos, lo que recuerdo es que la última palabra que corregí fue 'umillarme', con saña escribí la hache 'humillarme'.
El día que yo reciba una beca para estudiar en los EE.UU. así sea de una Fundación que evada impuestos, la aceptaré, y no me importa que EE.UU. sea un país que explote al hombre por el hombre, si después de ir y venir me he dado cuenta que las cosas aquí son peores, explotación del hombre por hombre y hablando monetariamente, de 15 a 6.25 dólares, hay una diferencia de 8.75 dólares, ¡Y qué importa la explotación!

Hace unos minutos me he puesto a investigar el texto y lo he encontrado, resulta que es de Jorge Ibargüengoitia.


La ley de Herodes

Sarita me sacó del fango, porque antes de conocerla el porvenir de la Humanidad me tenía sin cuidado. Ella me mostró el camino del espíritu, me hizo enten der que todos los hombres somos iguales, que el único ideal digno es la lucha de clases y la victoria del pro letariado; me hizo leer a Marx, a Engels y a Carlos Fuentes, ¿y todo para qué? Para destruirme después con su indiscreción.
No quiero discutir otra vez por qué acepté una beca de la Fundación Katz para ir a estudiar en los Estados Unidos. La acepté y ya. No me importa que los Estados Unidos sean un país en donde existe la explotación del hombre por el hombre, ni tam poco que la Fundación Katz sea el ardid de un capitalista (Katz) para eludir impuestos. Solicité la beca, y cuando me la concedieron la acepté; y es más, Sarita también la solicitó v también la aceptó. ¿Y qué?
Todo iba muy bien hasta que llegamos al examen médico... No me atrevería a continuar si no fuera porque quiero que se me haga justicia. Necesito jus ticia. La exijo. Así que adelante...
La Fundación Katz sólo da becas a personas fuertes como un caballo y el examen médico es muy riguroso.
No discutamos este punto. Ya sé que este examen médico es otra de tantas argucias de que se vale el FBI para investigar la vida privada de los mexica nos. Pero adelante. El examen lo hace el doctor Philbrick, que es un yanqui que vive en las Lomas (por supuesto), en una casa cerrada a piedra y cal y que cobra... no importa cuánto cobra, porque lo pagó la Fundación. La enfermera, que con seguridad traicionó la Causa, puesto que su acento y rasgos faciales la delatan como evadida de la Europa Libre, nos dijo a Sarita y a mí, que a tal hora tomáramos tantos más cuantos gramos de sulfato de magnesia y que nos presentáramos a las nueve de la mañana si guiente con las “muestras obtenidas” de nuestras dos funciones.?
¡Ah, qué humillación) ¡Recuerdo aquella noche en mi casa, buscando entre los frascos vacíos dos adecuados para guardar aquello! ¡Y luego, la noche en vela esperando el momento oportuno! ¡Y cuando llegó, Dios mío, qué violencia! (Cuando exclamo Dios mío en la frase anterior, lo hago usando de un recurso literario muy lícito, que nada tiene que ver con mis creen cias personales.)?
Cuando estuvo guardada la primer muestra, volví a la cama y dormí hasta las siete, hora en que me levanté para recoger la segunda. Quiero hacer no tar que la orina propia en un frasco se contempla con incredulidad; es un líquido turbio (por el sul fato de magnesia) de color amarillo, que al cerrar el frasco se deposita en pequeñas gotas en las pa redes de cristal. Guardé ambos frascos en sucesivas bolsas de papel para evitar que alguna mirada penetrante adivinara su contenido.?
Salí a la calle en la mañana húmeda, y caminé sin atreverme a tomar un camión, apretando con tra mi corazón, como San Tarsicio Moderno, no la Sagrada Eucaristía, sino mi propia mierda. (Esta me táfora que acabo de usar es un tropo al que llegué arrastrado por mi elocuencia natural y es indepen­diente de mi concepto del hombre moderno.) Por la Reforma llegué hasta la fuente de Diana, en donde esperé a Sarita más de la cuenta, pues habla tenido cierta dificultad en obtener una de las nuestras. Llegó como yo, con el rostro desencajado y su envoltorio contra el pecho. Nos miramos fijamente, sin decirnos nada, conscientes como nunca de que nuestra dignidad humana había sido pisoteada por las exigencias arbitrarias de una organización típicamente capitalista. Por si fuera poco lo anterior, cuando llegamos a nuestro destino, la mujer que había traicionado la Causa nos condujo al laboratorio y allí desenvolvió los frascos ¡delante de los dos! y les puso etiquetas. Luego, yo entré en el despacho del doctor Philbrick y Sarita fue a la sala de espera.?
Desde el primer momento comprendí que la intención del doctor Philbrick era humillarme.


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Me he dado cuenta que sí me equivoqué ¡pero carajos! ¿cómo voy a recordar que 'ardit' no es con t, sino con 'd'! ¿Quién chingaos utiliza esa palabra?