miércoles, abril 25, 2007

Utensilios

Hoy es uno de esos días en los que todo me parece trágico comenzando por el trabajo, me muestro fácilmente irritable, mis estados de humor son tan volubles, que puedo pasar de la carcajada más estupida al lloriqueo silencioso.
Todo me parece un fraude, incluso todos esos deseos de comprar una vajilla nueva, mandar al demonio el refrigerador ruidoso, o las sillas descascaradas del comedor. Me decepciono al llegar a la conclusión que llevo casi un año queriendo cambiar estos utensilios de la cocina y es hora en que no termino de hacerlo.
Vale, creo que me comencé a sentir así cuando me di cuenta de que mi memoria de 512 megabites, se quemó, me enojé severamente por su corta vida (año y medio), supongo que se debió a que ahorré casi dos meses para poder comprarla en ese entonces, y lo digo porque hace dos años ganaba 4 veces menos y mi poder adquisitivo era infímo. Al quemarse la bendita memoria se llevó consigo esos dos meses que me costó sangre ahorrar y muchas tantas cosas de mi vida que había guardado ahí.
Supongo que también me puse así por el hecho de haber visto a Emiliano y no haber podido comunicarme con él, estuvimos a punto de pelearnos por nada.
Estos últimos días para buscar soluciones, me he puesto a arreglar mi cuarto, he roto infinidad de hojas de papel, las he tirado a la basura intentado tirar eso que emocionalmente no sirve, pero aún así la papelera de reciclaje de mi animo no siente cambio alguno.
Hasta he pensado en quemar toda esa ropa vieja que conservo desde infante y sigo usando. He de confesarles también, que soy una coleccionista de folletos, carteles y papeles viejos de los eventos a los que asisto, incluso hasta los boletos de autobús y del cine, de esos tampoco puedo deshacerme. Lo único interesante que tenía en mi armario, era una botella de vino agridulce, que hasta ayer me di cuenta que era necesario tirar, y la botella de mezcal corriente que Emiliano se empino ayer.
Pero, que se haya quemado la memoria, que haya tirado a la basura muchos papeles, que haya limpiado mi cuarto, o me me haya deshecho del alcohol, no fue suficiente cuando me enteré que una consulta de veinte pesos de un doctor simi, no me podía curar el cuerpo.
Me derrumbó emocionalmente cuando la única persona en la que confío me dijo que no debía confiar en ella; yo.
Caí en la desestimación total de mis acciones, de mis letras y con ello, de gran parte de mi pasado. Pero ante este mar de atrocidades aparentes, no faltó el destello de luz que llegó con esa llamada que no esperaba.
Detrás de una bocina vieja de teléfono pude escuchar ese ‘estoy cocinando arroz’ diciendo ‘pensé en ti’, ese ‘hace dos meses’ diciendo un ‘te extraño’, ese ‘anoche no pude dormir’ por ‘aún te deseo’.
Creo que encontré por donde tengo que comenzar para renovar los utensilios de mi casa, un teléfono nuevo, para escuchar mejor su voz.

domingo, abril 22, 2007

Arenita mojada

Para calmar los nervios, para penar un rato por la constante compañía de la soledad, para entretener al mal humor, para dejar de esperar, para esos momentos donde te pones a pensar, no hay mejor medicina que remojar los pies a la orilla del mar.

Ese fue el remedio este fin de semana.

martes, abril 17, 2007

Nabuko

Antes de entrar a la casa te quitas las grandes botas, sabes que en casa ajena siempre hay que acatar las reglas y más cuando vas con intencionadas ganas de mendingar un poco de alcohol; mezcal siendo más específicos, y te preguntas ¿cuál es la razón por la que ahora después de salir de una cantina con dos caguamas y media en el estómago intentas seguir?
Simplemente esa suprasensibilidad de hedonismo, placer por placer, riesgo por riesgo, o el ismo de los alcohólicos, en el que te perfilas como buen neófito.
Te sientas en el piso tapizado por petates, justo en el otro extremo de la diminuta mesa, donde puedes contemplar a esa hermosa japonesa, con un gracioso acento en su español, que entiende perfectamente el significado de un ‘poca madre’ un ‘no hay pedo’, un ‘está chido’ o los modismos más recurrentes de jovenzuelos como tú sin mucho talento en la boca.
Mientras transcurre una charla que tu no entiendes, te muestra los tapetes de lana que ella a tejido, llegas a la conclusión de que te estas enamorando y se te antoja besarle esos labios diminutos, esos ojos pequeñitos, ese rostro oriental que te ha inundado por una extraña atracción y te hace contemplarla desde un plano sexual, una belleza no comparable con los patrones que regularmente suelen tener cualquier gente, sino esa belleza que se distingue en lo habitual, en los rasgos más comunes y menos extraordinarios que pocas veces te has puesto a observar detenidamente en alguien, como lo haces ahora con Nabuko.
Se levanta de su lugar en busca de la botella de mezcal con semillas de maracuyá, que minutos después te encuentras ingiriendo en esos vasitos diminutos y chatos que supones tuvo que haber traído de su país, ella se muestra amable y te convida de su cigarro; mientras un largo silencio casi te hace invisible, recuerdas que minutos antes estuviste escuchando la obra de teatro de un amigo, pero sólo recuerdas el ‘coquet cot coó’ del personaje que imita a un pollo, y también recuerdas la pregunta que te hizo ‘¿Qué te metiste?’ se te hace gracioso, porque sabes que sólo estas en una leve etapa del alcohol, esta vez no has necesitado de otra sustancia para tener cara de idiota o los ojos que por su dilatación te pongan en evidencia.
Te sigues cuestionando, odias el mezcal, algunas veces te revelaste contra alguien de tu familia que fumara frente a ti, también detestas esas charlas en las que te ríes como un completo idiota y no dices nada; ahora se te hace tan placentero este momento, que todos esos prejuicios sirven para una cosa: arrepentirte de lo que fuiste.
Te sitúas en el espacio, estas en la casa de Nabuko, haciendo lo que odias, bebiendo lo que detestas, ahora estas mirándola, constatando que esa mujer te ha cautivado con su cuerpo chiquito, su estatura bajita, su cabello alborotado, su sonrisa infantil, sus pies descalzos, sus manos suavecitas; sólo deseas una cosa: besarla por cada rincón de su cuerpo, enamorarte de ella por unos instantes, sabes que eso es imposible, sabes que eso es improbable, lo primero que haría sería echarte de su casa si intentas algo, ¡grandísima estúpida! Sólo te lo impide una cosa que ahora recuerdas de tu existencia, ella, al igual que tú, es una mujer.

Liliana Toy

domingo, abril 15, 2007

Halago

¿Cuántas veces casi nos morimos?

¿Cuántas veces me besaste sin dejar de ser la misma para ti?

¿Cuántas veces nos rolamos el pago de las cervezas en cantinas con mesas del peltre oxidado?

¿Cuántas veces te quedaste a dormir en mi casa y respetaste mi cama?

¿Cuántas veces me llamaste ‘hueca del cerebro’?

¿Cuántas veces fumamos en los arquitos?

¿Cuántas veces bailamos y la gente se nos quedó viendo por hacer pantomima y media?

¿Cuántas veces tocamos el chelo juntos?

Lo que más valoro de ti, son tus disculpas de palabras bajas, tus oídos dispuestos, tus frases inteligentosas, tus muchas objeciones, sobre todo tus manos cuando hubo necesidad que tomaran las mías, y esa vez que al filo de la noche, mi boca cantando ‘paloma negra’ y cerveza en mano, me dijiste ‘mujer hermosa’ mientras acercabas tus dedos a tus labios y de ellos emergían el halago que más me ha gustado de cualquier hombre por el simple hecho de haberlo dicho tú, gracias Emiliano, mejores amigos, no pudimos ser.

viernes, abril 13, 2007

Mensajes, mensajes...

He tenido ganas de hablarte, para salir uno de estos dias y correr despavoridos buscando felicidad austera. Pero de mis dedos se ha extraviado una sencilla hoja que en su pecho blanco, como un tatuaje, lleva tu número.

Hoy cumplimos un año en este espacio, que tanto amo, pero también que tanto he comenzado a odiar ¿por qué? ha sido inevitable perder ese anonimato que me daba esa felicidad que creí haber tenido sin tener.

Querido Blog:

No hay mucho que decir, aunque ciertamente no quiero decirlo. ¡matemos a Geisha!

Atentamente

Liliana Toy

sábado, abril 07, 2007

Playa



Lo s��, dije que ya no me iba a exhibir, pero se me dio la gana hacerlo de nuevo y m��s porque me fui a Huatulquito, y por primera vez en mi inmunda vida, me puse un traje de ba��o de dos piezas. As�� es, tuve el valor civil para asolear mis carnes ante los miles de vacacionistas que abarrotaban la playa.
Esta vez me fui acompa��ada de mi querid��sima ���Chintita���, mi venerable amigui de la primaria, creo que es una de las amistades m��s duraderas que tengo, pues la ��ltima vez que nos vimos fue precisamente hace un a��o. La condenada me llam�� a las seis de la ma��ana ya que estaba enterada que estaba en su pueblo, y ah�� me ven alistando mis cosas para salir esa mismo d��a, para que la modriga mocosa llegara dos horas tarde.
La verdad no ten��a ganas de ir a la playa pues lo que implica es que uno gaste, gaste y gaste a lo loco sin mucha consciencia para lo que resta del mes. Y como fue, me ech�� mi quincena en dos d��as, desde comprarme el trajecito nuevo, el esnorque, en el que por cierto ya puedo andar sin chaleco ��yujuuu!, la comida, que el recuerdito pa fulanito, sutanito, la cena, las fritangas, el taxi, el hotel, etc, etc, (��d��nde carambas se meti�� don Eusebius, para que nos diera hospedaje pues?).
Antes de llegar a la playa no plane��bamos quitarnos ni de locas el pareo o el shorcito, porque seg��n nosotras no estamos ���zafadas��� como para ense��ar nuestros complejos, pero al ver cuanta raza hab��a mostrando sus carnes deliberadamente con la lonja, la celulitis, la cicatriz, la panza, pues se empezamos a vernos como ���pues despu��s de todo no estamos tan mal��� y si ellos muestran sus imperfectos ��por qu�� nosotras no?, as�� que ah�� nos ven asoleando nuestras carnes.
Chintita sin ning��n problema model�� encantada para la c��mara, pues si, como la perra foquiu, bitch (tengo mala memoria para escribir groserias en ingl��s) es delgadita, no falt�� el se��or depravado que la estuviera grabando con el celular, y que ella todav��a se diera su paquetazo, porque hasta para eso es perra, y fuera directamente con la esposa del se��or y le dijera ���teniendo la mejor carne en su casa, como es posible que ande de fisg��n con una���, no pude dejar de atacarme de la risa, porque bien que le encant�� que la anduvieran grabando, cosa que le subi�� el ego enormemente.
Debo admitir que la verdad yo no tengo el gran cuerpo de modelo, y que tampoco soy esbelta, y si en alg��n momento he deseado serlo, es por el cl��sico complejo femenino de la vanidad, claro, que me encantar��a estar mejor, ��jeag jeag! Y lo admito, a mi tambi��n me encantaron esas miradas masculinas que voltearon a verme.
Lo mejor de todo fue el chapuz��n, ver el mar, los arrecifes, la nadada deliciosa, el solecito y que llegara negrita, negrita de todo el cuerpo, as�� esta fue la primera vez que si ense���� mucho mucho, m��s de lo normal. Creo que regres�� con mejor autoestima, ja, ja, ja ��qu�� idiotez!


Soy gordita ��y qu��, y qu��, y qu��! y as�� me gusto.

Geisha

miércoles, abril 04, 2007

chipote

Y si te dijera que desde hace ya varios meses el insomnio se ha vuelto una constante en mis noches, donde no hago más que pensar y repensar mis efímeros problemas.
En los sueños me he vuelto una surrealista, cada vez que duermo se me hace algo común recurrir a la necrofilia, oír voces de seres que no puedo ver, asustarme al notar mi escalofrío, y entre mi delirio sentir lo infinito y lo mortal en una milésima de segundo.
Por segunda vez, de manera involuntaria sentí que me iba a morir, cuando me di cuenta que ese gran objeto no había destrozado mi cerebro, volví a valorar lo que es estar viva.

Geisha

Sólo por tener ganas de compartir el dolor de tener un chipote en la cabeza y unas ganas horribles de chillar como niña de dos años. ¡Auch!