miércoles, abril 28, 2010

Mi nombre es mio y de nadie más. Nadie, nadie, nadie, puede utilizarlo aquí, menos por alguién que se escuda en el anonimáto.

martes, abril 20, 2010

Voy a hacer lo ningún hombre ha hecho por mi. Tolerarte si me desprecias. Insistir, insistir, insistir hasta que cedas, incluso ser amable, paciente y servicial. Mostrarte mi mejor cara, pero nunca negarte el mounstro que llevo dentro.
Estoy dispuesta ahora más que nunca a buscarte y encontrarte, ¡a ser fuerte, muy fuerte! Y hacerte fuerte, muy fuerte, para que aprendas a amarme sin ningún puto miedo.

lunes, abril 19, 2010

Historia tras historia

Por momentos me agarra un miedo bruto por la escritura. ¿Ustedes se han puesto a pensar qué pasaría si alguno de los hombres de los que he escrito me leyera?
Del Gordo he hablado mucho.
Del estúpido, imbécil que me trajo como boba dos años también, pero él nunca se enteró que escribía.
El Gordo es el único que aguanta vara, y hasta se divierte con ello, pero ¿se imaginan qué sería de mí, si el tipo de hace años, que me dejó con ganas, leyera ese relato en el que lo balconeo porque tiene una cosa chiquitiiiiita, o de plano no aguanta nada?
Uno nunca sabe que tan letal puede ser herirle el ego a un hombre. Afortunadamente estoy lejos.
Hace unas semanas me pasó algo similar, y por un momento estuve replanteando la existencia de este lindo espacio, tan mío, tan íntimo, tan tan tan…de nadie y tan de mis senos, que nadie los toca a menos que sea con lindos y delicados lengüetazos.
Pues si, resulta que un susodicho leyó algo que no debía leer ¡Dioooos! ¿Por qué me hiciste escritora? ¿Por qué? ¿por qué? ¿por quéeeeee?
Era un relato que me gustó mucho, y al instante lo borré sin dejar una sola copia en mi blog, luego me enteré que ese cuentito había sido publicado en una revista de Oaxaca donde colaboro, pues imagínense mi paranoia, si hubiera podido quemo todas las revistas, pero ya era tarde, el susodicho ya había leído el relato, y supongo toda su familia compró la revista…
Desde mi primer publicación en un medio masivo, ya hacen diez años, no me pregunten qué cosas escribía (porque si encontrara algún texto de aquellos, al instante lo quemaría). Las letras nunca ha sido buen negocio, por lo menos no en este país, pero eso siempre me ha abierto las puertas para conocer a gente que tiene gustos afines a los míos.
La semana pasada comí mole con Modi, uno de mis cuates de la red desde hace unos años, me presentó a su hermano Enrique, once años mayor que él. Dos minutos bastaron para que Enrique se convirtiera en mi ídolo.
Modi tiene 58 y Enrique 69, era impresionante ver cómo alguien a través del deporte puede conservarse tan bien, además de ser excelente cocinero y con una amabilidad extraordinaria. ¡Yo quiero llegar a esa edad con ese carácter y esa condición física!
También hablé largo y tendido con Bob (otro de mis amiguis de la red que tiene el mismo calibre), para explicarle sobre uno de mis corajes atorados que tienen que ver con esa idea tonta de tenerme miedo, cosa de risa, porque soy una mujer casi inofensiva.
Perdón, perdón, me desvié mucho del tema, que era hablar de hombres. Podría hacer un listado fantástico de todo aquello que nunca ocurrió, de todas esas situaciones que deseaba con todo el corazón y la vagina, pero nunca pasaron y si pasaron fueron mejores en su fantasía.
Hablaría del sueco delicioso y perfecto, del francés empalagoso, del ruso grueso y tuerto, de Emiliano chapulín sexual, de ese pintor ínfimo por el que ahora ruego no volverme a encontrar… ¡qué carajos! La verdad es que si quisiera volvermelo a encontrar.

¿Cuál de todas esas historias fue cierta?
La verdad es que ya no lo sé.

sábado, abril 17, 2010

no saben nada

Soy buena escuchando a las personas. En algunas veces fungí como oyente-psicóloga de las penas de Gregory, mi englishteacher, me hablaba de todo lo que le ocurría, y era buena escuchándolo porque nunca le juzgaba, ahora entiendo porqué soy un bodrio hablando inglés.
Siempre he sabido oír y cuando me lo piden, o de plano se me sale, opino; no más, nunca me ha interesado cambiar a las personas y mis intentos serían estúpidos.
Hace unas semanas Belis me dijo algo que me avergonzó en lo más profundo de mi ser. Hasta la fecha no puedo dormir por ansiedad, y no es broma, llevo varias noches durmiendo pésimamente, pero son los nervios normales, de otro asunto importante.
Mis amigas son la neta, y aunque Belis tenga un poco de razón, no pretendo aceptar lo que me dijo.
Otras personas también se han tomado la autoridad de opinar acerca de mi vida, de lo que soy en lo que me he ‘convertido’. Hablan y hablan creyendo que me conocen lo suficiente, sin saber ¡NADA!; todo aquello que me han dicho, no me queda más remedio que recibir sus palabras con el desdén y la desilusión del ‘qué poco me conoces’.
He cambiado, cierto, pero es también cómo el reivindicar todas esas cosas lindas y feas que siempre he tenido. Después de salir de la tormenta ya no se es el mismo. Unas partes dentro se mueren, otras permanecen intactas o más fuertes.

jueves, abril 15, 2010

breves conversaciones filosóficas

- Lilo, ¿por qué eres tan dura?
- ¡Dura YOOOO! ¡por favor! No me vengas con... mamadas, yo soy un pan dulce, como las conchas de chocolate, dijera Shakira ‘sólo basta que me manden flores para obtener un sí.’
- Estamos hablando de cosas serias, no hablamos de hombres.
- Los hombres son cosas serias. Aunque en definitiva cada vez me convenzo más que hay muchos idiotas. Tienes razón, los hombres no son cosas serias.
- Ja, ja, ja. Eres una estúpida, afirmas algo y al primer minuto te contradices.

Después de unas intensas carcajadas, surge un silencio grotesco.

- ¿o probablemente yo soy la idiota?
- ¡Y dale con lo mismo! pero bueno, si te tranquiliza, entonces sí, probablemente tú eres la idiota.
- ¡Pendeja! Es lo que menos necesito que me digas.

martes, abril 13, 2010

El vestido de holanes




¿Y por qué en lugar de tomarme fotos con el vestido, mejor me lo quitas?

domingo, abril 11, 2010

Resultados

La comunidad ya me exige explicaciones, quezque dónde anduve, quezque si eché pasión, quezque por qué no avisé, otros compas ya me han preguntado ¿qué pasó con los resultados? ¡Vaya costumbre la mía de ventilar todas mis cosas!
El 25 de marzo me fui a Mérida. El 26 después de la 1 de la tarde, la lista estaría publicada en el área de posgrado, de la facultad de filosofía y letras.
Justo ese día estuve muy cómoda en un hotel de Campeche con vista al mar, me la pasé nadando solita en la alberca y comí cuanto marisco pude. Sólo recordé un par de veces que ese día darían los resultados, y la verdad ni siquiera me molesté en pensar en ello.
Uno de los requisitos para entrar era entregar un anteproyecto de investigación, elegí el peor tema: basura poética, cuando se lo comenté a otro escritor de Amecameca (que intuyo se siente poeta también), me dijo que debía leer más. Tiene razón. Debo leer otras cosas que me interesen, en lugar de andar investigando letras que me chocan.
Ese día también Mirna y Belis se fueron a comprarme a tepis un traje de baño, y lees encomendé la tarea de ir a verificar los resultados que con anterioridad ya sabía, mientras yo me emocionaba, a cientos de kilómetros lejos de esta ciudad, veía un programa de cocina, conducido por una gringa que preparaba postres extraordinarios.
Antier Robo me mandó un mensaje para saber, hoy Modi me marcó también para saber… agradezco su interés en verdad.
Les podría contar otros cuentos lindos, inventarles algunas metáforas baratas, incluso platicarles que ya tengo feisbuk, justo ahí, está mi preciosa foto enseñando nalgas y bubis, o que ayer fui a Six Flags, vi el famoso ‘beyond the stars’ y recordé que las fiestas de mi pueblo tienen una superioridad extrema en juegos pirotécnicos.
Ah si, pero tengo que decirles los resultados, que por cierto festejé casi dos semanas en Mérida. Mmm, ¿les digo o no les digo? Mejor no les digo, porque ya los han de intuir.

jueves, abril 08, 2010

Vida de papalote

‘Mi hija está haciendo de su vida un papalote’. Eso dijo mi madre la última vez que la vi después de mi viaje por Mérida, por más de diez días. Visité muchos lugares, me caí, regresé negra a la ciudad y con un poquito más de grasa en las nalgas y la panza, tanta deliciosa cochinita pibil causó estragos, pero me hizo muy feliz.

La metáfora me ha gustado, he pensado en los papalotes, en lo frágiles que son, en su belleza, en la emoción de su construcción, en la dictadura y dependencia de un hilo conductor, pero siempre a disposición de la corriente del aire.

Recordé que yo siendo una pulga y mis hermanos unos niños, volábamos papalotes frente al inmenso campo de nuestra casa, estos terminaban estrellados en medio de hierbas secas de la milpa, a una distancia que mis cortos pies de infanta, les parecía eterna.

Cuando iba en quinto de primaria nos dejaron hacer un papalote de tarea, tomé los primeros palos chuecos de un árbol que encontré y un papel china rojo, crucé los palitos, hice unos amarres horrendos y la apariencia de lo intentaba ser un papalote, indicaba ser un objeto declarado como todo un fracaso en las leyes de la física y aerodinámica del aire. En ese entonces vivía con una de mis tías, la más cascarrabias, en cuanto vio que ese horrendo objeto iba a ser entregado como mi tarea, puso el grito en el cielo; ja, ja, ja, no sé de donde sacó carrizos, un nuevo papel china y en dos minutos me hizo un nuevo papalote, con una estética superior y una aerodinámica más funcional.

No recuerdo qué hice con el primero, pero después me dio tanta vergüenza enseñarlo, que supongo terminé destruyéndolo, ese día llegué a la escuela contenta, con un papalote decente y aunque mi papalote no era el más bonito, mi tía la ogrito, me lo había hecho, justo esa ocasión la maestra ni siquiera se tomó la molestia de calificarlos.

Nunca más volé un papalote, nunca más hice uno.

Como ese primer papalote que construí, estaba acostumbrada a no pedir ayuda, en el kinder y en la primaria mis maquetas eran las más feas de todos los niños, en primero de primaría mis cuadernos tuvieron que ser restaurados por mis tíos, y no había día que la maestra, no les dejara una nota para avisar que mis tareas eran asquerosas y debían ser revisadas por mis responsables.

Esos años fueron realmente fueron tortuosos, odiaba la escuela y mi mamá nunca se explicó porqué no reprobé.

Ahora ya no soy una niña, y en efecto, hago de mi vida un papalote, horrendo o bonito, con palitos chuecos o derechos, eso ya no lo sé, pero si con plena consciencia de que uno es un ser ínfimo, en medio de una corriente muy poderosa que se debe aprender a llevar, nunca intentar dominarla, porque eso es como sentirse Dios y para una mortal como yo, no le es posible.

Hubo veces en que los papalotes caían en la milpa después de un esplendido vuelo, hubo otras que la corriente era tan fuerte que se desprendían del hilo y tampoco sabíamos qué pasaba con el papalote rebelde, otras más en que el papel se rompía, también hubo ocasiones que encontré otros papalotes atorados en los cables de electricidad.

La vida debe ser una obra indescriptible, aunque en su evolución tengamos que parecer objetos extraordinarios que mueren en instantes.

Sin duda la metáfora de hacer de nuestra vida un papalote es bonita, pero siendo sinceros y pensándolo bien, prefiero que no ser comparada con estos objetos. Creo que prefiero saltar del bongy o subirme a la montaña rusa.



Aún así ¡Qué puto miedo!


lunes, abril 05, 2010

¿Y cuántas veces nos pintaron metáforas, nos hicieron citas a ciegas, nos sonreímos, tu familia me dibujó como tu novia? para que al final estando solos, a media playa, en tu casa, conociéndome casi desnuda, terminaramos comportandonos como dos verdaderos desconocidos sin una sola chispa de química.

Cosas del destino, no es el momento de estar acompañados, en verdad que juntos somos un fracaso marital.