lunes, enero 31, 2011

De esas cosas bizarras que uno le pasan fuera de casa...

Me gusta que me pasen cosas que me parezcan dignas de contarse, algunas me parecen lindas, otras totalmente bizarras como para darme una buena lección sobre prejuicios que tengo de hace años.

La noche del 24 de diciembre...

En estados Unidos para nombrar la época navideña, se utiliza el término ¡Happy holidays! no ¡Happy Christmas! La razón se debe a que el país está compuesto por inmigrantes, por tanto no todos son Cristianos, ni tienen la misma religión.
Una de las cosas más Bizarras que me pasó esta navidad fue que al salir de misa (católica, dónde por cierto me la pasé llorando) en la tarde, sin la esperanza de comer cena navideña, me topé con dos amables tipos que salían de un restaurant donde trabajaban.
Les hice unas preguntas y sin preverlo en dos minutos me invitaron a tomar té en su casa. Ahí comí una deliciosa cena y un té maravillo que me hizo recuperar el sentido del gusto, porque hacía semanas que no podía sentir nada, pensé que eran cristianos, porque ese día llegó mucha gente a la casa, pero después me dijeron que todos los viernes siempre hay cena para los miembros de la comunidad a la que pertenecen, toda la gente que conocí esa vez fue en exceso amable y cordial, luego me puse a investigar sobre la comunidad y resulta que son judíos.
Eso me pareció lo más bizarro que me haya pasado... navidad con judíos.

De esas cosas lindas...

Mi museo consentido de Arte es el MoMa, todo el arte contemporáneo está ahí... por tanto tiene las fotografías de mis personajes favoritos, justo en la sala donde hay una sección de Nan Goldin, estaba un guardia negro que cantaba en voz baja una melodía que me hizo pensar que las fotos adquirían otro sentido mientras el señor cantaba.
Es decir, la sensación artística se hacía como una perfomance viviente, ya no era sólo un museo donde la gente es simple espectadora, sino se hace parte de la obra en su contemplación misma. Esa vez me sentí tan contenta que le escribí una nota al guardia, 'You make the pictures more beautiful with your voice' (tu haces más bonitas las fotos con tu voz)...
El señor, después de su cara de pocos amigos me dio una gran sonrisa, donde también contemplé su dentadura blanca y cuando iba saliendo de la sala, me alcanzó para decirme que la canción se llamaba 'Love lift me up' (amor levántame)... pensé que uno es susceptible a todas las formas de amor cuando realmente se siente amado y sabes con seguridad que tienes a quién amar, aún cuándo lleve años sin novio.

De esas cosas cotidianas...

Hacía tiempo que no me metía al metro en Manhattan, esta última vez que fui, mi sentido de orientación estaba pésimo, todas la veces que intentaba regresar al hostel en la noche, fue un problema porque,el tren tardaba mucho y el puto frío era inclemente aún dentro de la estación, y cómo nunca puse atención al altavoz que te dice que debes transbordar, hubo una vez en que me quedé totalmente sola en la estación porque toda la gente escuchó el altavoz que decía que el tren, que yo estaba esperando, no iba a pasar y que debía transbordar a otra línea, así que todos se fueron y me quedé sola, mucho después, entendí qué era lo que estaba pasando.
Así que la siguiente ocasión, tomé mis precauciones y llevé conmigo una barra de chocolate con almendras y me propuse estar atenta a los anuncios del altavoz.
Mientras esperaba el tren, me senté en una banca, saqué mi barra de chocolate, a lado mío alguien dormía, después de husmear por mi reojo derecho, me di cuenta que podría ser un paisano mexicano, así que cuando se despertó le dije si quería un poco de mi chocolate, para el frío, le dije en español, el señor contento y sonriente lo aceptó, obviamente no les ofrecí al tipo del otro lado, porque los neoyorkinos citadinos son algo arrogantes y mi acto lo hubieran despreciado, me dio alegría que mi paisano me aceptara el pedazo de chocolate.
Cuando el tren llegó, él dijo gracias y me preguntó si tomaba cocacola, yo dije que sí, y el sacó una lata de refresco de su chaqueta, que yo acepté encantada, el día siguiente me tomé mi sabrosa cocacola con la comida que me había quedado del día anterior en el Bar 'Los amantes'.

De juegos infantiles...

En verano cuando jugaba a los árboles mágicos con la gorda, inventé una dinámica donde cada árbol tenía secretos que contarnos. Cada hoja que caía de los árboles era una respuesta o un secreto qué descubrir. Una vez una hoja me dijo que el amor de mi vida estaba en Brooklyn.
Mi última noche en Manhattan, me volví a perder en el subway, por enésima ocasión.
Esta vez crucé el puente que conecta la gran manzana con Brooklyn por vía metro, así que mientras consultaba mi mapa, decidí adentrarme a una estación grande donde pudiera encontrar una ruta de regreso y no tener que transbordar.
Llegué hasta una estación donde se conectan 6 líneas, y sin pensarlo, me dije que si ya estaba en Brookly y el amor de mi vida estaba ahí, pues habría que ayudarlo un poco poniéndome más cerca de su alcance, así que me dispuse a salir de la estación, eran las ocho treinta de la noche y las calles estaban desiertas, me dije que en cuanto encontrara un café entraría de inmediato porque no iba a aguantar mucho con 6 grados bajo cero.
Caminé siguiendo las luces de un edificio grande y bonito, en cuánto llegué me di cuenta que era un cine, no lo pensé dos veces y entré, vi 'Dark Swan' peli de Darren Aronosky, ¡oh qué película!
Pensé... el amor de mi vida está en la sala, o ¿es Darren Aronosky?, quién nació y creció en Brooklyn ¿o será Natalie Portman?, pero llegué a una conclusión más coherente... mi camino es el cine.
Esa noche me sentí tan contenta que al entrar de nuevo a la estación del metro para regresar, un judío me pidió ayuda para comprar su boleto, de lo contenta que me sentí le regalé un dólar y cuál libélula me puse a tararear la canción del lago de los cisnes y bailar... aquí nadie le importa si hago el ridículo, al fin y cabo nadie me conoce.

¡Qué risa me va a dar si consigo lo que siempre he renegado: un novio gringo y de paso judío! Después de todo no es tan malo, consigo residencia y además los judíos se caracterizan por ser ricos...


domingo, enero 30, 2011

A little bit drunk!


De esas cosas de las que uno se avergüenza después, pero ¡qué divertidas son!




Bailando con la escoba.

jueves, enero 27, 2011

Breve paseo

Unas semanas de encierro por la nieve se compensaron por cuatro hermosos días de ciudad, me valió madre andar unos diez grados bajo cero, aguanté casi una hora seguida caminando en pleno Manhattan de noche, después de vivir en Iztapalapa en el Defe, el barrio chino me parece amigable.
¿Qué hice eso hermosos cuatro días? La verdad es que muchas cosas, la noche del jueves el hostel de Central Park me mandó a la chingada por no llevar pasaporte. Caminé 14 calles abajo para hospedarme en otro lugar, donde la vez anterior uno de los encargados me pareció amable, esta vez el destino fue benevolente, y el frondoso Argeliano (alto, flaco y sonriente justo como me gustan), hablo claro y directo, recordó la platica que meses antes tuvimos, en dos minutos se me hicieron agua los calzones y recuperé un poco de mi autoestima pisoteada por la abstinencia de este invierno, pero llegué a la conclusión que no quería quince minutos de pasión desenfrenada y tampoco esa noche me metería a su cama, necesito tiempo, privacidad y la neta yo soy de esas mujeres gritonas, no me conformo con un ratito, mi cuerpo lleva tiempo y acostarse con tipos que no saben lo que te gusta, ha perdido su gracia desde la vez que no quedé nada satisfecha, preferí ahorrarme el mal rato y el cargo de consciencia (uy si, esa ni yo me la creí, ja, ja, ja).
Fui por tercera vez al Museo Metropolitano, ¿Alguna vez han visto la peli de Brian de Palma de 'Vestida para matar'? Justo ahí sale el majestuoso Museo Metropolitano, considerado dentro de los seis museos más vastos del mundo con más de dos millones de obras de arte, incluso edificios completos del antiguo Egipto y los imperios más antiguos de Oriente. Por ser estudiante, mi hermosa credencial de estudiante del Centro de Idiomas del Politécnico, me ahorró 6 dólares, mi entrada fue de diez.
Esa noche, viajé a Larchmont, como a 30 min de Manhattan para ir a un bar noventero, dónde me vería con algunas comadres de oficio, regresé a la una de la mañana en el último tren. Nuevamente me perdí en el metro de regreso al Hostal y terminé tomando un taxi, porque la espera era demasiada del subway a Central Park y la caminata de la mañana en el museo me trajo cansada.
El sábado me fui por segunda ocasión al MoMA, Museo de Arte Moderno, lugar que me fascina, uno de los más chingones lugares a los que he ido, porque la tecnología forma parte de la construcción del performance artístico, casi todos los guardias de las salas son negros y justo en la sala que más me gusta, en la de fotografía, donde estan las fotos de Nan Goldin el guardia cantaba una melodía en voz baja, con esa vocerron que solo la gente negra tiene. Me gustó tanto, que le escribí una nota 'With your voice you make more beautiful the pictures'.
Esa noche me di a la tarea de buscar el Bar 'Los amantes', cuyo dueño es el mismo del Bar Central, que en Oaxaca es el lugar preferido de mis amigos y mío, caminé unas cuantas calles hasta Orchand st y cuando entré pedí un Maria Sabina, coktail con mezcalazo... casi lloro, no me importo gastar por una botana oaxaqueña, ¡oh por Dios! fue la gloria ¡comí un delicioso tasajo! esta vez si lloré y la mesera mexicana estaba contenta por mi show tragi-cómico.
EL domingo en la mañana me disponía a regresar a casa, pero me dijeron que podía quedarme una noche más, así que sin planearlo me fui al 'Museum of SEX' yeah, esta vez salir con los calzones hechos agua fue poco, fue la cosa más insana que pude haber hecho... Contemplé la posibilidad de buscar al argelino.
En la noche me perdí otra hora en el metro y esta vez me dejé llevar hasta Brooklyn, salí del metro sin saber a dónde dirigirme y por mera intuición llegué a un Cinema de esos edificios hermosos y no me pude resistir a 'Dark Swan' con Natalie Portman, actriz a la que le beso el culo por lo chingona que es, y para mi sorpresa dirigida por Darren Aronofsky. Doce dólares la entrada, pero no me arrepiento, ¡chingonería de película!
Regresé a casa totalmente cansada, molida, pero ¡contenta! ya dedicaré varios post para cada visita, hay muchas cosas que decir al respecto, en especial del Museo del Sexo.

domingo, enero 23, 2011

sábado, enero 22, 2011

Segunda visita al MoMA


Con más calma recorrí mi museo favorito, el mejor que he visto en mi vida...

El MoMA


viernes, enero 21, 2011

Museo Metropolitano NY



Hoy fui por tercera vez al Museo Metropolitano de NY, si tienen mi facebook ahí podrán ver próximamente las fotos de tan espléndido lugar. Dejen que me chute el libro del museo y luego les hago un post exquisitamente especial para hablar de este lugar.


I don't wanna fithteen minuts!






jueves, enero 20, 2011

Newyoker de verdá

Me lleva la chingada, ja, ja, ja, ja, ¡Me lleva la chingada! Cada vez que vengo a Manhattan tengo que buscar dónde hospedarme, siempre es un chingado problema, siempre, es decir siempre, la ciudad en verano está totalmente llena, en holidays ni se diga y los sábados más, pero gracias a eso me he vuelto un pez en el agua en cuanto a buscar hospedaje se refiere, ya me voy aprendiendo las tarifas, los lugares agradables, los lugares barátos, etc. etc.
Esta vez mi pendejez salió a flote, luminosa y siempre burlándose de mí!
La mayor parte de los hostales decentes y confortables de Manhattan no aceptan residentes, siempre lo he sabido, pero yo no me considero residente porque pronto regresaré a casa, error. Residente temporal, pero soy residente.
Hoy llegué a un Hostel, bien chido, ya estaba soñando con todos los papitos que en recepción parloteaban, esperé a que esos policias neoyorkinos terminaran de hacer su show, hasta ja, ja ¡pendeeeeeeeja! iba a checar y como siempre te piden una identificación, sólo traje mi licencia de conducir, el pasaporte lo dejé en mi casa porque veces anteriores en otros lugares no me lo piden, pero esta vez el hostel lindo, hermoso, lleno de papitos hermosos, me dio una patada en el culo y el recepcionista me dijo, NO ACEPTAMOS RESIDENTES! pero si YO no soy residente que no ve mi cara de latinaaaa mexicanotaaa???? pero traes una Licencia de conducir de NEW YORK!! ¿Dónde vives?, pues si... dije como niña regañada... vivo en el estado de New York...
Pendeja!!! hasta apenas ocho meses de vivir aquí me doy cuenta que de verdá soy newyorker, ja, ja, ja.
Con toda la pena del mundo y dandome coscorrones en la cabeza, me dije pendejaaaaa!! Eso te pasa por no traer pasaporteeeee!! Salí del hostel hermoso con mi maletita de rueditas a las 9 de la noche en busca de nuevo lugar dónde dormir.
No fue difícil. Sólo caminé 20 calles al sur de Central Park para llegar a un nuevo hostal. Un lugar más pequeñito, pero más acogedor, dónde por cierto ya conozco a los recepcionistas.

miércoles, enero 19, 2011

Tibet

¿Alguna vez has ido al Tibet?

No, creo que no, pero siento que estoy en un Tibet. ¿Por qué? pues, no lo sé, hay cómo un proceso que he decidido resolver ya, y me cuesta, porque algo se está gestando, pero a la par algo también debe morir y siempre me he aferrado a mantenerlo vivo, pero ya no tiene sentido, ya se ha acabado, tal vez queden muchos residuos que ya no son suficientes para volver a encender la hoguera de hace tiempo.
Todas las noches tengo el mismo sueño y ya no quiero soñar, quiero que eso pase y punto.
Es una doble vida en otro mundo que ya me está perturbando, sin embargo, ha sido la única salida para hacer lo que realmente quiero, incluso poniendo a otros seres a mi disposición.

No, creo que no he estado en el Tibet, pero el Tibet ha venido a mí. Me ví con mi pijama rosa, y era una niña jugando con la nieve. He visto demasiadas películas, pero quién me llevaba era tan amable, que comprendía mis berrinches y mis insistencia a jugar sin preguntar, ni pedirlo.
Encuché su voz a tráves de la mía, y no tengo la seguridad si eso que soñé era alguien más, o algo que ya sabía.

domingo, enero 16, 2011

Fuera de foco


¿Saben por qué me gustan los fuera de foco?

Porque como un planteamiento filosófico se mira lo que no se es, pero un error puede verse como un gran descubrimiento tecnológico y ontológico.







Pantis que no he estrenado porque hace mucho pinche frío.

viernes, enero 14, 2011

Después de una peli cursi

Mi pasión cinefila nuevamente me jugó una treta. Es decir, estaba viendo una peli (típico) y me desmoroné en llanto intempestivo de nuevo. ¿Será que existen los cambios de ánimo post-menstruales?
Hoy veía tiras cómicas de Maitena, con las que me cago de la risa a menudo, volví a escuchar el audio de la 'Edecan Urbana' sobre las quimeras estúpidas y rematé con dos películas, una de Kieslowski chigonería de cineasta y otra sobre la muerte de Kennedy, que en realidad trata sobre la vida de los huéspedes del hotel Embajador en California...
La segunda peli que vi, me hizo recordar algo, incluso me hizo preguntarme algo seriamente. Razón de mi llanto intempestivo, que resumido fueron 3 lagrimitas que salieron con el pretexto de un bostezo. Resulta que en el hotel Embajador una parejita se va a casar, sin siquiera tener una relación previa, la razón es que el chico tiene que ir a la guerra y si comprueba que es casado lo mandarán a Alemania, en vez de ir al frente como carne al matadero. La chica (Linsay Lohan) le dice que a su novio (Elijah Wood) que desde siempre soñó con una gran fiesta para su boda, pero dadas las circunstancias eso no será posible.
Luego me pongo a escuchar a la Pato Monge sobre los 'Príncipes Azules' y me he puesto a recordar cuándo comenzaron mis pensamientos acerca de eso... si no mal recuerdo la última vez que pensé en casarme lindamente con un vestido de manta y descalza (sí, ríanse de mí, era mi época hippie), fue justamente cuando entraba al bachillerato, todo porque tuve un fugaz enamoramiento, de un no menos inocente muchachito idealista igual que yo.
Todo esto se esfumó cuando le comenté a Chuchis, mi mejor amiguis, sobre mi idea hippie de casamiento, quién a diestra y siniestra lanzó una ilimitada carcajada de 'no seas ridícula, ¿qué mujer desea casarse de la forma más austera en un día tan importante?'
Después de eso, no recuerdo otro pensamiento al respecto de bodas, tampoco me siento incómoda cuándo veo casarse a alguna de mis amigas, siempre me emociono en las fiestas, y en la última fui madrina de fotos y me quedó lindísimo el portafolio de fotos (ajam, cuándo regrese a Oaxaca ya saben, pueden contratarme para fotógrafa de eventos especiales).
Ahora que insisto en esa idea, repaso en mi cabeza si en verdad me emociona el acontecimiento y no encuentro razón para ello, porque para empezar tengo que encontrar a ese hombre dispuesto a soportarme, y creánme no es cosa fácil, porque aquí me he vuelto un poco más inaccesible con el género masculino, lo que me preocupa y a la vez me tranquiliza, porque me evito todo problema, más que emocional, ginecológico. No estoy cerca de mi ginecóloga preferida, y con eso de que los seguros en este país son el diablo, una consultita de ese tipo te la cobran con todo y la risa.
Con mi familia bromeo, ya aprendí a no molestarme y sólo les digo que lo haré con un tipo joven, guapo, rico e inteligente, pero seamos honestos esa posibilidad es demasiado remota y la verdad, uno termina siendo feliz con esa persona que no tiene nada de lo que idealizó en la cabeza plagada de clichés de telenovela.
Sigo con el enigma, me sigo preguntando si desde que soy niñita he pensado en el momento de mi boda como algo crucial y de suma importancia... no lo recuerdo, después de esa idea de pies descalzos, no recuerdo otra idea parecida y estoy casi segura que no la he generado, pero me doy el derecho de la duda... aún así, no tener esos ideales como indispensables en la vida, me sigue pareciendo doblemente preocupante y no porque los desdeñe, sino porque creo que he tomado con poca seriedad el hecho de conservar a un hombre a mi lado, y sólo ahora me doy cuenta, que por años he buscado andar con alguien, que sé de antemano no voy a tener una relación duradera, es decir los elijo porque viven lejos, porque son viajeros, porque están ocupados, o porque de plano sé que tienen el corazón tan vacío y la cabeza tan hueca, que nuestra compatibilidad social es pésima, aunque la kamanóstrica sea excelente.
He metido las cuatro patas, derechito y aceptando mis errores, que después de meterme en esas relaciones termino idiotamente enamorada, pero resulta que el espécimen, cumple con su función, no quiere nada más, que una buena cogida y listo, bye.
¿Quién fue la que inició? Yo, por supuesto y de la manera más irresponsable, porque quieras o no, uno como mujer tiene las de perder.
Sigo pensando a mis 27 años, a unos minutos de ver una película cursi, y me pregunto: ¿Por qué no? ¿Qué tiene de malo asumir cómo lindo lo que los demás también desean?

Sigo siendo irresponsable hasta en mis preguntas-respuestas.

lunes, enero 10, 2011

Quejosa al volante

Pobre Gustavo, hoy que platiqué con él no paré de echar rayos y centellas, siempre que hablo con él, aunque sólo sea un monólogo tragi-cómico, resulta que con una mínima frase que él me diga termino declinando de todas mis quejas.
Viejo lobo de mar.
Soy una persona quejosa, lo sé y más que nunca me molesta serlo, porque ahora es cuando me vengo dando cuenta del daño que me ha hecho, hacerlo a diestra y siniestra, porque han sido quejas que no han trascendido como algo que hay que cambiar y arreglar con determinación.
Después de todo Gustavo no es tan pobre, ni debe ser objeto de mi subestimación, apuesto que se ha de reír de toda la sarta de cosas que le digo, porque no para de reír con mi show de manos y frases que él desconoce pero va aprendiendo de mi léxico 'naco-mexicano'. Tal vez por lo menos configura a un personaje en una de sus futuras novelas.
Acepto que soy una mujer quejosa, y más que nunca me molesta serlo. Otra cosa que he descubierto en mí, es que le tengo pavor a los accidentes automovilísticos, esa parafernalia nació hace unos años con la muerte de alguien, y por ello trato de ser extremadamente precavida, nunca en México tuve un accidente grande, así me llamen cafre.
Después de manejar con nieve y los 500 dólares que pagué por la defensa de la camioneta, y mi accidente hace un mes, he notado un miedo jamás sentido desde que soy niña, al tomar el volante de nuevo.
La semana pasada fui por la camioneta y por fin pude ir a la escuela, justo ese día que regresé a la escuela manejando, ¡qué creeeen! empezó a nevar (¡me lleva la chingada!, eso pensé), ustedes no saben lo que sentí.
Regresar a casa se me planteó como un suicidio, porque tengo que manejar 40 minutos, y con nieve tendría que hacerme lo doble, además del maldito miedo.
Sólo manejé diez minutos con una leve precipitación de nieve, y volví a Oneonta, a la casa más cercana de uno de mis compañeros de clase. Con toda la cara de vergüenza y sí, con un poco de miedo, le pedí que me diera posada esa noche; en otro tiempo se me hubiera ocurrido buscar al compañero más guapo y más apetecible, pero esta vez tenía claro algo: tener ganas de vivir completa y sana, y cuidar mi economía, así que opté por la persona más próxima.
Creo que ahora lo que más valoro es la decencia de las personas, porque en verdad aprecio el respeto y la caballerosidad de los hombres. Esa noche ví una película mexicana de narcos, y me dormí alerta por supuesto, rogando al cielo para que dejara de nevar y regresara a primera hora a casa, y ¿qué creen? Al día siguiente seguía nevando y más fuerte, por tanto el camino estaba más culero, pero no fui tan pesimista, por lo menos me iría con la luz de la mañana y ha sabiendas que debería de superar el miedo.
Esa noche, evité demostrarlo, pero al tocar la puerta de mi compañero, estaba temblando por dos cosas: el recuerdo del choque y por supuesto que mi compañero se propasara, pero afortunadamente nada de eso ocurrió.
Ese día regresé a casa consciente que debía aprender a superar el miedo y ni modo aprender a manejar en esas condiciones.
Tardé casi dos horas en llegar a casa, pero llegué sana y salva.
Hoy por fin pude pisar el precioso acelerador, hoy fui un día hermoso, porque la carretera no tenía una pizca de hielo, hoy pude manejar a casi 60 millas por hora, es decir a casi 80 kmph,
ustedes pueden reírse de mí y decir: 'ja, ja, ja esa pendeja no maneja rápido'... pero ¡a ver manejen en nieve! y ¡maneje en Estados Unidos!
Es decir, el Departamento de vehículos aquí, es tan importante que tu licencia de conducir es lo equivalente a tu credencial de elector en México, allá la licencia de conducir es nada, porque incluso si vas a hacer trámites serios no te aceptan la licencia, porque de antemano es sabido el alto grado de corrupción en tránsito.
Cuando fui a tramitar mi licencia mi proceso duró casi cuatro meses... entre los requisitos que me pidieron fueron: mi pasaporte, donde me checaron la visa y me pidieron un papelito que se llama I 94 que te dan en el avión cuando vas a entrar a EU y que debes devolver cuando salgas del país, revisaron otro de mis papeles que se llama SEVIS I 901 y mi certificado de intercambio, mi Social Security, que es como número personal de residencia temporal, y además de presentar estados de cuenta de un banco.
Esto son los papeles para solicitar un 'learner permit', que sólo puedes obtener al aprobar un examen de 20 preguntas, sobre las reglas de tránsito que obviamente debiste estudiar antes en el manual, todo mundo me dijo que el examen era sumamente sencillo... pero yo me equivoqué en tres preguntas, así que no es tan sencillo, o tal vez yo soy un poco pendeja.
Después de aprobar ese test, debes asistir a un curso de 5 horas, donde te proyectan videos aburridísimos, unos para sensibilizarte sobre los accidentes y otros para ser 'nice' y no perder los estribos con los conductores.
Una vez que tienes el certificado de ese curso, tienes que hacer cita para hacer tu examen práctico. Cita que te dan dentro de un mes. El examen práctico no se me hizo difícil, pero a lo que si temía era a no entender lo que el evaluador me dijera en inglés, afortunadamente pasé.
Cuando no tenía licencia, no saben cuanto deseaba manejar y salir, ahora que tengo licencia y carro, me he dicho que prefiero no tocarlo (todo esto desde hace un mes), incluso a veces me sorprendo no queriendo salir porque me da una reverenda hueva manejar distancias tan largas y por tanto evitar la tragadera de gasolina de una preciosa camioneta que no es mía.
Otra cosa que descrubrí es que no es lo mismo manejar un carro estándar a un automático aquí. Yo siempre he manejado estándar, aprendí con la dureza del vocho, la economía del tsuru y terminé acostumbrándome a las constantes fallas de mi platina, con el que aprendí un poco de mecánica y el sufrimiento de los talacheros abusivos, o que un buen escote ayuda a la amabilidad de un caballero que te cambia la llanta por nada, hubo un mes que si 4 ó 6 veces, se me poncharon los neumáticos, fueron pocas y creo que si me enamoré de Enrique fue justo por eso, él siempre iba a mi rescate, cambió las balatas, arregló los espejos, compuso las manijas, fue a dejar el coche al mecánico, sin contar todas las veces que lo empujó para arrancarlo.
Ese platina verde tiene unas historias sensacionales, creo que no las conté aquí, porque me la pasé quejándome de la chatarra de carro que cargaba, ja, ja, ja.
Por tanto la velocidad me parece más controlable en un estándar, ahora que manejo un automático la suavidad del volante y el acelerador me parecen letales. Cada vez que me ven llegar con la hermosa Toyota rav4, hasta yo me impresiono, pero el placer se me terminó cuando caí en cuenta, que entre más nuevo un carro, una compostura puede ser más cara.
Hoy manejé de nuevo, la sensación de miedo poco a poco va disminuyendo y el control de mis frenos va en aumento. Eso me da gusto porque ahora comienzo a sumar en vez de restar. He decidido que de cuanto me queje, debo de encontrar una solución inmediata y definitiva.



viernes, enero 07, 2011

Cuerpo de música desafinada

Tocaste mi cabello largo. El que recuerdas porque sabes que todas las veces que intentaste explorar mis senos con tu lengua, mi cabello era una capa protectora de tu boca.
El sueño me configuró en una faz verde, ya mi desnudez te la sabes de memoria, pero los colores en los que me configuras en cada sueño son simplemente el pretexto para identificar el placer que necesitas.
Sabes que soy mujer de pocas palabras, de pensamientos en remolinos y una intempestiva sexualidad que a ratos es obscena, otras veces pobre, activa y aburrida, presumida y desnutrida.
¿Qué quieres que te haga esta noche? Sí, entiendo. Tu sexo en mi boca. Conozco tus debilidades y sé que aunque te duela, mis dientes pueden torturarte con un poco de fuerza, pero suavizarte con las capas húmedas de mi boca.
Soy tu muñeca que servicial cumple tus deseos, la mujer que gime como niña, la que cierra los ojos y en susurros lentos suspira por un 'quiero más'.
Es nuestro secreto, a nadie se lo diré, pero sé que te gusta golpearme, la amabilidad con la que has tocado mi cabello se convierte en tu bandera de violencia, la que te excita porque significa la declarada posesión de mi cuerpo a tus anchas. Mi rostro no ha cambiado, no muestra ni el placer, ni el dolor que recuerdas vivo en mi rostro.
Preguntas, quieres respuestas. Abro la boca para articular sonidos que no entiendes. Una lengua incomprensible que en sonidos guturales calificas como un estado de estupidez. Me das una bofetada y me has dicho 'despierta', pero mi rostro sigue inmutable.
Nuevamente sé leer en tu rostro lo que se te antoja. Boca abajo me agacho y ves mi espalda cubierta otra vez con la mata de pelo negro y lacio. Te ofrezco sumisa los dos abismos, el que decidas más estrecho habrá de saciarte y a mí en destrozarme.
No hay más suspiros, sino un grito seco de mi boca. No comprendes la energía que se ha apoderado de tus brazos, porque mi cuerpo ahora te pertenece y no quieres separarte de el, mientras ese grito seco se repita una y otra vez como música desafinada.

Despiertas con las sábanas estropeadas. Ese día he de hablarte por teléfono. ¡Déjame en paz con una chingada! Te digo y cuelgo.
Escuchas el sonido de una llamada que ha sido cortada, música desafinada, otra vez. Esta vez el sueño, ya no es una ilusión que te complace, sino también la prueba de que mi cuerpo ha despertado lacerado por tus fantasías.


jueves, enero 06, 2011

Red neck

Los ojos azules y su mirada de carácter fuerte, son las cosas que me impresionaron de Joe, su talante sexual me pareció agresivo y mi mente juguetona lo clasificó como 'macho salvaje'.
La conceptualización mexicana de macho, trae un talante cultural de superioridad, en Estados Unidos puede que no sea visto así; si hablo de Joe como un 'macho salvaje' es porque muchas veces lo he estudiado, desde cómo maneja, cómo corta la leña, cómo corta el pasto, cómo fuma, cómo dice amablemente 'you are welcome' después de un 'thank you', esas cortas palabritas parecen coquetas, pero también reflejan el placer en él, de recibir un gran agradecimiento, como si un niño de kinder recibiera una estrellita por hacer bien su trabajo.
Los latinoamericanos decimos 'De nada' después de un 'Gracias', en inglés se traduce como 'eres bienvenido', palabras de cortesía que convertidas a una ecuación matemática, una en español resta y otra en inglés suma.
Calculo que Joe no pasa de los 40 años, sus dos hijas tienen exactamente la misma facción de su rostro, pero ninguna de ellas tiene los ojos tan azules como su padre.
A pesar de ser de los primeros estadounidenses que conocí estando aquí, algunas veces sigo sin entender qué es lo que dice en su inglés neoyorkino-campirano.
'Red Neck' es la clasificación de los trabajadores, que se dedican a oficios como mecánica, agricultura, ganadería o construcción, sin haber ido a la escuela más allá de su nivel elemental. Los Red neck, son personas que conocen a la perfección su oficio y manejan toda maquinaria que necesiten.
La letra de Joe es parecida a la de un niño de primaria, hecha con miedo, pequeña, y trazos siempre temblorosos. En dos ocasiones Joe me hizo favor de transportarme, una al banco y otra a la estación de autobuses, mientras él manejaba y hablaba, comprobé que es de esas personas que les gusta delatar a los demás, habló de lo mucho que él trabajaba y que su otro compañero había estado ausente, pero esa no era la primera vez que lo escuchaba decir algo así, su tono siempre altanero y con su voz fuerte, lo hacen un tipo conflictivo y de cuidado.
En esas dos veces que le pedí el favor de transportarme, comprendí que su amabilidad sólo aparecía en ese 'you are welcome', siempre dicho con la mirada atenta y sonrisa amable.
La verdad es que admiro a Joe, no conozco a mucha gente que aguante lo que él aguanta, lo he visto construir, destruir, cortar, manejar y en verano verlo trabajar más de diez horas en pleno campo. En invierno, aún en las temperaturas más bajas sigue fumando, manejando la barredora para liberar al camino de la nieve y cortar la leña para alimentar la chimenea de la casa.
Su rostro ahora es rojo, el frío le ha quemado la piel, y sus manos parecen tan duras como su mirada de odio en ojos azules.
El lunes, Joe se encargó de poner leña en la chimenea, hablé con él sobre las fallas de la calefacción y él inmediatamente se percató de que la maquina trabajara bien. El martes vi por la ventana una patrulla de policía. Estaba hablando con el dueño de la casa, nuestro jefe, minutos después Joe apareció. Supe que algo andaba mal entre ellos. Ayer me enteré de la razón, un vecino había reportado que Joe había robado tres mesas y que inmediatamente le habían avisado al dueño. Tres mesas, que supongo son de materia especial y sumamente caras.
Sentí pena por Joe, por las hijas de Joe con las que he hablado varias ocasiones, por las veces que en mi escasa comunicación él es amable.
Desde el martes Joe ya no trabaja aquí, es el tercer trabajador que van despidiendo desde que estoy aquí, a mi vista Joe es una baja realmente perjudicial para nosotros cuando el invierno es horrendamente letal.
Esta vez a él le tocó ser el delatado.

lunes, enero 03, 2011

Plátanos fritos

El síndrome 'homesick' nos pega harto a todos los latinos más en estas fechas en que la fiesta gringa se queda corta comparada con la de nosotros.
Curioso, pero mis tres mejores amigos son colombianos. El primero es Gustavo, que se ha ido perdiendo entre sus avatares de escritor y hombre de familia, la segunda la conocí por Gustavo también, mi adorada Yudis con la que me la paso visitando el diminuto centro comercial y finalmente, César mi compañero de clase, con cuya hermosa esposa me adoptaron este fin de año. La verdad no sé qué haría si no tuviera amigos.
Este fin aprendí a hacer guacamole colombiano, muy distinto al mexicano, y no saben... la yuca es maravillosa, comí plátanos fritos con limón, plátanos con palomitas, plátanos con guacamole... para los colombianos el plátano es como la tortilla para mí. Quiero tomar atole...