viernes, mayo 26, 2006

A solas

No quería darte mi teléfono, ¡carajo! porque sabría que estaría esperando tu llamada, por eso no quise pedir el tuyo, ahorita te estaría llamando como desesperada y buscando un refugio, para mitigar estos momentos de ocio en los que deseo estar con alguien.

Si no te lo hubiera dado me resignaría a la idea de que nunca llamarás.

Está bien, en esta tarde de lluvia, mi mano, mi cama, las sabanas, la almohada y mis piernas tendrán que trabajar solas, mejor dicho solo conmigo.

Me ahorraré los remordimientos, los riesgos, los preservativos, los nervios y mis gritos…

Geisha

3 comentarios:

Don Mike dijo...

fALTA DE CONFIANZA..JAJA...NO SE CREA,MI PRIMERA VEZ EN SU BLOG...ME LATE..OK...CUIDESE SALUDOS---

Indigente Iletrado dijo...

Guárdalos.

Vístelos de gala para cuando la ocasión como la persona realmente valgan la imprudencia del riesgo.

Simplemente lo sabes...

el maycol dijo...

me encanta como termino esta historia, muchos saludos geisha adorada