Miriam y yo somos las dos locas que nos salimos de nuestra casa, con la plena confianza en que podemos hacer nuestra vida en otro lugar.
Hoy pensamos en la manera de autoemplearnos haciendo lo que nos gusta. Fuimos a la Casa Jaime Sabines, para preguntar por los talleres y cómo estructurar una propuesta.
Hace ya casi diez años que definí mi línea, lo erótico es lo mío. En el primer taller literario al que asistí fui la primera en publicar algo sexoso, y en más de una ocasión sin quererlo me han puesto esa clasificación. No me molesta. Me agrada escribir sobre sexo y todos los avatares que implican, no es sólo describir vaginas, penes y culos, más allá de genitales, las letras reestructuran los pensamientos y emociones que se generan, en un acto totalmente natural, pero que hemos resignificado a través de la cultura.
Las tres amigas en la mesa terminamos hablando de nuestra sexualidad. Nuestra escuela es pésima, las ideas con las que nos han educado, los clichés que hemos reproducido, a miles de mujeres les han cuarteado el clítoris, con cuentos de hadas y hombres cabrones.
Este blog, nació sin pretensiones y terminó siendo parte de mi proyecto personal. Por este medio he conocido a algunas personas, una de ellas, hasta la fecha nuestro lazo afectivo es vigente. Supongo que una de las cosas que afectó para que este lazo no se desarrollara a otro nivel, fue el mismo blog, la Geisha pesaba con sus muchos vicios, que sinceramente son como espejitos de conquista.
Como personaje he sido transparente, aparento un poco de ruindad, y le agrego unas gotas de ficción, eso no les ha resultado agradable a las personas que quieres y te leen, porque te confunden entre el personaje que es creado, con el que crea.
Mi experiencia me ha dicho que la distancia no ayuda en el amor, por más que la virtualidad sea un medio que ayude a tenernos comunicados, la presencia es indispensable, por tanto es casi imposible enamorarse por Internet.
Una de las cosas que me encantan de la Geisha, es que a ella cuanto le gusta lo toma, lo disfruta y si no es para ella lo deja ir, no se aferra, pero también una de las cosas que he aprendido de ella, es que la mayoría de hombres mexicanos que ha conocido no pueden negar su gen de machotes.
La Geisha, se puede tirar al wey que quiera, con sólo gustarle y tener cara de ‘hacer buenas chambas’, nunca ha comprendido el porqué debe hacerlos esperar, conocerles y darles un poco de trabajo.
Con o sin personaje, nunca faltan los fulanos que sin más preámbulo van al grano kamanóstrico ‘vamos a coger’, y uno se queda con cara de what?, ¿pus dónde quedó el romanticismo? ¿a qué hora me besarte el cuello? ¿a qué hora me endulzaste el oído?... en fin, algunas veces uno se da cuenta que no es tan liberada como se quisiera, y que los convencionalismos aunque paliativos hipócritas, son bastante agradables para calentar motores y humedecer calzoncitos.
Sin duda Viridiana es un poco más anticuada, pero a la Geisha le valen madres algunos convencionalismos.
Entre Miriam, Bety y yo, hablamos de las ideas que nos han inculcado en la familia, ‘el novio que presentes es con el que te vas a casar…’, de lo difícil que es encontrar un espécimen, al que no le pese lo que eres, lo que fuiste o el mounstro que puedes ser, y que aún así, te acepte tal cuál. También esa es una de las razones de la huída, ir a un lugar donde la historia de vida, haya sido como haya sido, sea eso, una historia ligera, que ya no pesa, que se pueda ventilar sin que duela, que sea determinante para no pasar por los mismos hoyos, que no se olvide para no repetirla, que sea vigente para construir algo nuevo.
No sé que siga, pero sin duda, creo que habrá más historias nuevas, de eso se trata.
1 comentario:
Ja, ja, siempre que hago post que me gustan mucho, muy pocos, o en esta ocasión nadie comentó, pero me vale es mi blog y yo si comento, pa que no se vea tan feo el cero.
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