Ya desde mucho tiempo atrás te etiquetaban, por calzar huaraches, no peinarte, o usar vestidos viejos y cortitos que mostraban tus piernas flacas y peludas.
Con él fumaste justo frente a la zona militar, haciendo más paradójico su asunto, no aguantaste las ganas y cuando entraron a la cocina sus besos en el cuello se hicieron mil labios deseándote succionar la piel.
Ya desde mucho tiempo atrás te etiquetaban, ‘eres una pacheca’. Más de una vez olvidaste el papel arroz a la vista de tu familia, pero eso nunca fue tu preocupación, afortunadamente creciste con una madre puritana, eso nunca le hizo notar tus tantos estados de intoxicación, ni que te preguntaran porque arrancabas las hojas de la Biblia.
Sólo conociste a un hombre que te siguió el paso, para pararse, para ponerte, para putearte. Ese ‘equis’ al que se le paró, aun fumándose tu último tirito, a ese nunca lo olvidas porque te hizo conocer el placer más allá del hedonismo; estas son las sagradas escrituras de tu equis Diosito.
La pacheca
5 comentarios:
El cuento de la arqui me ha gustado... Sí, estoy de vuelta.
¡Qué bueno que estas de vuelta! ¿ya repuesto?
Hola, como puedes ver y como me dijo mi querida Diana, ya me hice adicto a tu blog jejeje.....me gusta la manera en que escribes y por aqui andare para esperar la primera temporada de el Gobierno de la Vagina ...un beso!
Ja, ja, ja, esperando que haya más temporadas, está sólo tiene 10 episodios, lo malo es que nadie comenta nada y eso es aburrido, así no me dan ganas de escribir.
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