Una vez recuerdo que mi hombre anterior había comido barbacoa, lo que me encantó es que antes de que echáramos pasión, se bañó, porque según él estaba muy sucio, pero no se lavó la boca, porque en cuanto salió del baño yo lo jalé hacia mi y lo besé, en ese momento el dijo “me voy a lavar los dientes”, pero yo andaba tan hot, que le dije que no importaba, el me besó con más intensidad y me aguanté su olor ha cebo que se quedó impregnado mucho tiempo después en mis labios, parecía como si yo también hubiera comido la “huahuacoa”, cuando en realidad me lo había devorado a él.
Ese día independientemente del mal olor, la velada se tornó muy agradable, y no le puse tanta importancia a lo del aliento, bastaba estar junto a él.
Ayer me escabeché dos tostadas una de guacamole y otra fríjol, pero pareciera que me hubiera comido ajos completos y una cebolla, para mi mala suerte, mi joven pareja, también había comido lo mismo que yo, así que imagínense, me sentía como en el comercial de clorest, con la carota de cebolla y junto a mi un ajo, no pude disfrutar un sólo beso, eso me preocupó, porque ni siquiera intenté besarlo y cuando él lo hacía, mi instinto insistía en esquivarlo.
Geisha
Por debajo de mi ropa interior... esta mi verdadero cuerpo.
2 comentarios:
Me sucede que cuando la persona con aliento de taco con cerveza me ha importado lo suficiente como para ignorar detalles circunstanciales ante la excusa de la pasión arrebatada no tengo ningún empacho en conocer la calidad de su cena.
Pero cuando la procedencia de mi compañía nocturna ha sido temporal, eventual o azarosa esos detalles sí me alteran.
Completamente de Acuerdo con el Sr. Indigente...
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