Viejo lobo de mar.
Soy una persona quejosa, lo sé y más que nunca me molesta serlo, porque ahora es cuando me vengo dando cuenta del daño que me ha hecho, hacerlo a diestra y siniestra, porque han sido quejas que no han trascendido como algo que hay que cambiar y arreglar con determinación.
Después de todo Gustavo no es tan pobre, ni debe ser objeto de mi subestimación, apuesto que se ha de reír de toda la sarta de cosas que le digo, porque no para de reír con mi show de manos y frases que él desconoce pero va aprendiendo de mi léxico 'naco-mexicano'. Tal vez por lo menos configura a un personaje en una de sus futuras novelas.
Acepto que soy una mujer quejosa, y más que nunca me molesta serlo. Otra cosa que he descubierto en mí, es que le tengo pavor a los accidentes automovilísticos, esa parafernalia nació hace unos años con la muerte de alguien, y por ello trato de ser extremadamente precavida, nunca en México tuve un accidente grande, así me llamen cafre.
Después de manejar con nieve y los 500 dólares que pagué por la defensa de la camioneta, y mi accidente hace un mes, he notado un miedo jamás sentido desde que soy niña, al tomar el volante de nuevo.
La semana pasada fui por la camioneta y por fin pude ir a la escuela, justo ese día que regresé a la escuela manejando, ¡qué creeeen! empezó a nevar (¡me lleva la chingada!, eso pensé), ustedes no saben lo que sentí.
Regresar a casa se me planteó como un suicidio, porque tengo que manejar 40 minutos, y con nieve tendría que hacerme lo doble, además del maldito miedo.
Sólo manejé diez minutos con una leve precipitación de nieve, y volví a Oneonta, a la casa más cercana de uno de mis compañeros de clase. Con toda la cara de vergüenza y sí, con un poco de miedo, le pedí que me diera posada esa noche; en otro tiempo se me hubiera ocurrido buscar al compañero más guapo y más apetecible, pero esta vez tenía claro algo: tener ganas de vivir completa y sana, y cuidar mi economía, así que opté por la persona más próxima.
Creo que ahora lo que más valoro es la decencia de las personas, porque en verdad aprecio el respeto y la caballerosidad de los hombres. Esa noche ví una película mexicana de narcos, y me dormí alerta por supuesto, rogando al cielo para que dejara de nevar y regresara a primera hora a casa, y ¿qué creen? Al día siguiente seguía nevando y más fuerte, por tanto el camino estaba más culero, pero no fui tan pesimista, por lo menos me iría con la luz de la mañana y ha sabiendas que debería de superar el miedo.
Esa noche, evité demostrarlo, pero al tocar la puerta de mi compañero, estaba temblando por dos cosas: el recuerdo del choque y por supuesto que mi compañero se propasara, pero afortunadamente nada de eso ocurrió.
Ese día regresé a casa consciente que debía aprender a superar el miedo y ni modo aprender a manejar en esas condiciones.
Tardé casi dos horas en llegar a casa, pero llegué sana y salva.
Hoy por fin pude pisar el precioso acelerador, hoy fui un día hermoso, porque la carretera no tenía una pizca de hielo, hoy pude manejar a casi 60 millas por hora, es decir a casi 80 kmph,
ustedes pueden reírse de mí y decir: 'ja, ja, ja esa pendeja no maneja rápido'... pero ¡a ver manejen en nieve! y ¡maneje en Estados Unidos!
Es decir, el Departamento de vehículos aquí, es tan importante que tu licencia de conducir es lo equivalente a tu credencial de elector en México, allá la licencia de conducir es nada, porque incluso si vas a hacer trámites serios no te aceptan la licencia, porque de antemano es sabido el alto grado de corrupción en tránsito.
Cuando fui a tramitar mi licencia mi proceso duró casi cuatro meses... entre los requisitos que me pidieron fueron: mi pasaporte, donde me checaron la visa y me pidieron un papelito que se llama I 94 que te dan en el avión cuando vas a entrar a EU y que debes devolver cuando salgas del país, revisaron otro de mis papeles que se llama SEVIS I 901 y mi certificado de intercambio, mi Social Security, que es como número personal de residencia temporal, y además de presentar estados de cuenta de un banco.
Esto son los papeles para solicitar un 'learner permit', que sólo puedes obtener al aprobar un examen de 20 preguntas, sobre las reglas de tránsito que obviamente debiste estudiar antes en el manual, todo mundo me dijo que el examen era sumamente sencillo... pero yo me equivoqué en tres preguntas, así que no es tan sencillo, o tal vez yo soy un poco pendeja.
Después de aprobar ese test, debes asistir a un curso de 5 horas, donde te proyectan videos aburridísimos, unos para sensibilizarte sobre los accidentes y otros para ser 'nice' y no perder los estribos con los conductores.
Una vez que tienes el certificado de ese curso, tienes que hacer cita para hacer tu examen práctico. Cita que te dan dentro de un mes. El examen práctico no se me hizo difícil, pero a lo que si temía era a no entender lo que el evaluador me dijera en inglés, afortunadamente pasé.
Cuando no tenía licencia, no saben cuanto deseaba manejar y salir, ahora que tengo licencia y carro, me he dicho que prefiero no tocarlo (todo esto desde hace un mes), incluso a veces me sorprendo no queriendo salir porque me da una reverenda hueva manejar distancias tan largas y por tanto evitar la tragadera de gasolina de una preciosa camioneta que no es mía.
Otra cosa que descrubrí es que no es lo mismo manejar un carro estándar a un automático aquí. Yo siempre he manejado estándar, aprendí con la dureza del vocho, la economía del tsuru y terminé acostumbrándome a las constantes fallas de mi platina, con el que aprendí un poco de mecánica y el sufrimiento de los talacheros abusivos, o que un buen escote ayuda a la amabilidad de un caballero que te cambia la llanta por nada, hubo un mes que si 4 ó 6 veces, se me poncharon los neumáticos, fueron pocas y creo que si me enamoré de Enrique fue justo por eso, él siempre iba a mi rescate, cambió las balatas, arregló los espejos, compuso las manijas, fue a dejar el coche al mecánico, sin contar todas las veces que lo empujó para arrancarlo.
Ese platina verde tiene unas historias sensacionales, creo que no las conté aquí, porque me la pasé quejándome de la chatarra de carro que cargaba, ja, ja, ja.
Por tanto la velocidad me parece más controlable en un estándar, ahora que manejo un automático la suavidad del volante y el acelerador me parecen letales. Cada vez que me ven llegar con la hermosa Toyota rav4, hasta yo me impresiono, pero el placer se me terminó cuando caí en cuenta, que entre más nuevo un carro, una compostura puede ser más cara.
Hoy manejé de nuevo, la sensación de miedo poco a poco va disminuyendo y el control de mis frenos va en aumento. Eso me da gusto porque ahora comienzo a sumar en vez de restar. He decidido que de cuanto me queje, debo de encontrar una solución inmediata y definitiva.
4 comentarios:
No tienes auto, tienes nave. apuesto que viste una parecida en la narco pelicula con tu compañero.
Por cierto hay algo en lo que escribes que da gusto leer. a parte del hachís, creo que es el toque de cotideanidad con que lo haces.
Geisha te vas a matar si sigues asi. 60M/H son 100k/H, no 80!!
Fuera de eso, animo con la conquista de tus miedos!! =D
PD. Que diablos es "parafernalia"??
Gracias Edgar por pasarte por aquí y comentar!!
Lamento no tener hachís para compartir pero acá cada gramo de mota, es infinitamente caro. Además para hachís en mi pueblo encuentras el mejor y hasta con miel.
Me he vuelto buena persona, los vicios ya los dejé desde hace mucho, por razones ideológicas meramente.
Oye Elvendel ¿dónde vives? y gracias por la recomendación, iré más lento, es que no se siente la velocidad, parece que manejas re lento mano...
Ah jijos que enterada saliste jajaja! =)
Hola Geisha. Estoy en El Paso, TX. Tengo en esta frontera casi nueve años.
Que estes bien =)
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