lunes, enero 31, 2011

De esas cosas bizarras que uno le pasan fuera de casa...

Me gusta que me pasen cosas que me parezcan dignas de contarse, algunas me parecen lindas, otras totalmente bizarras como para darme una buena lección sobre prejuicios que tengo de hace años.

La noche del 24 de diciembre...

En estados Unidos para nombrar la época navideña, se utiliza el término ¡Happy holidays! no ¡Happy Christmas! La razón se debe a que el país está compuesto por inmigrantes, por tanto no todos son Cristianos, ni tienen la misma religión.
Una de las cosas más Bizarras que me pasó esta navidad fue que al salir de misa (católica, dónde por cierto me la pasé llorando) en la tarde, sin la esperanza de comer cena navideña, me topé con dos amables tipos que salían de un restaurant donde trabajaban.
Les hice unas preguntas y sin preverlo en dos minutos me invitaron a tomar té en su casa. Ahí comí una deliciosa cena y un té maravillo que me hizo recuperar el sentido del gusto, porque hacía semanas que no podía sentir nada, pensé que eran cristianos, porque ese día llegó mucha gente a la casa, pero después me dijeron que todos los viernes siempre hay cena para los miembros de la comunidad a la que pertenecen, toda la gente que conocí esa vez fue en exceso amable y cordial, luego me puse a investigar sobre la comunidad y resulta que son judíos.
Eso me pareció lo más bizarro que me haya pasado... navidad con judíos.

De esas cosas lindas...

Mi museo consentido de Arte es el MoMa, todo el arte contemporáneo está ahí... por tanto tiene las fotografías de mis personajes favoritos, justo en la sala donde hay una sección de Nan Goldin, estaba un guardia negro que cantaba en voz baja una melodía que me hizo pensar que las fotos adquirían otro sentido mientras el señor cantaba.
Es decir, la sensación artística se hacía como una perfomance viviente, ya no era sólo un museo donde la gente es simple espectadora, sino se hace parte de la obra en su contemplación misma. Esa vez me sentí tan contenta que le escribí una nota al guardia, 'You make the pictures more beautiful with your voice' (tu haces más bonitas las fotos con tu voz)...
El señor, después de su cara de pocos amigos me dio una gran sonrisa, donde también contemplé su dentadura blanca y cuando iba saliendo de la sala, me alcanzó para decirme que la canción se llamaba 'Love lift me up' (amor levántame)... pensé que uno es susceptible a todas las formas de amor cuando realmente se siente amado y sabes con seguridad que tienes a quién amar, aún cuándo lleve años sin novio.

De esas cosas cotidianas...

Hacía tiempo que no me metía al metro en Manhattan, esta última vez que fui, mi sentido de orientación estaba pésimo, todas la veces que intentaba regresar al hostel en la noche, fue un problema porque,el tren tardaba mucho y el puto frío era inclemente aún dentro de la estación, y cómo nunca puse atención al altavoz que te dice que debes transbordar, hubo una vez en que me quedé totalmente sola en la estación porque toda la gente escuchó el altavoz que decía que el tren, que yo estaba esperando, no iba a pasar y que debía transbordar a otra línea, así que todos se fueron y me quedé sola, mucho después, entendí qué era lo que estaba pasando.
Así que la siguiente ocasión, tomé mis precauciones y llevé conmigo una barra de chocolate con almendras y me propuse estar atenta a los anuncios del altavoz.
Mientras esperaba el tren, me senté en una banca, saqué mi barra de chocolate, a lado mío alguien dormía, después de husmear por mi reojo derecho, me di cuenta que podría ser un paisano mexicano, así que cuando se despertó le dije si quería un poco de mi chocolate, para el frío, le dije en español, el señor contento y sonriente lo aceptó, obviamente no les ofrecí al tipo del otro lado, porque los neoyorkinos citadinos son algo arrogantes y mi acto lo hubieran despreciado, me dio alegría que mi paisano me aceptara el pedazo de chocolate.
Cuando el tren llegó, él dijo gracias y me preguntó si tomaba cocacola, yo dije que sí, y el sacó una lata de refresco de su chaqueta, que yo acepté encantada, el día siguiente me tomé mi sabrosa cocacola con la comida que me había quedado del día anterior en el Bar 'Los amantes'.

De juegos infantiles...

En verano cuando jugaba a los árboles mágicos con la gorda, inventé una dinámica donde cada árbol tenía secretos que contarnos. Cada hoja que caía de los árboles era una respuesta o un secreto qué descubrir. Una vez una hoja me dijo que el amor de mi vida estaba en Brooklyn.
Mi última noche en Manhattan, me volví a perder en el subway, por enésima ocasión.
Esta vez crucé el puente que conecta la gran manzana con Brooklyn por vía metro, así que mientras consultaba mi mapa, decidí adentrarme a una estación grande donde pudiera encontrar una ruta de regreso y no tener que transbordar.
Llegué hasta una estación donde se conectan 6 líneas, y sin pensarlo, me dije que si ya estaba en Brookly y el amor de mi vida estaba ahí, pues habría que ayudarlo un poco poniéndome más cerca de su alcance, así que me dispuse a salir de la estación, eran las ocho treinta de la noche y las calles estaban desiertas, me dije que en cuanto encontrara un café entraría de inmediato porque no iba a aguantar mucho con 6 grados bajo cero.
Caminé siguiendo las luces de un edificio grande y bonito, en cuánto llegué me di cuenta que era un cine, no lo pensé dos veces y entré, vi 'Dark Swan' peli de Darren Aronosky, ¡oh qué película!
Pensé... el amor de mi vida está en la sala, o ¿es Darren Aronosky?, quién nació y creció en Brooklyn ¿o será Natalie Portman?, pero llegué a una conclusión más coherente... mi camino es el cine.
Esa noche me sentí tan contenta que al entrar de nuevo a la estación del metro para regresar, un judío me pidió ayuda para comprar su boleto, de lo contenta que me sentí le regalé un dólar y cuál libélula me puse a tararear la canción del lago de los cisnes y bailar... aquí nadie le importa si hago el ridículo, al fin y cabo nadie me conoce.

¡Qué risa me va a dar si consigo lo que siempre he renegado: un novio gringo y de paso judío! Después de todo no es tan malo, consigo residencia y además los judíos se caracterizan por ser ricos...


4 comentarios:

Edgar Fernando Lamprea M dijo...

Casi te envidio por el amor que le tienes a la vida.. pero no... estoy mejor asi amargadito.

Geisha dijo...

Era una pesimista y quejosa de primera cuando estaba en México, aquí no me queda de otra más que mantenerme de buen humor, es una excelente manera de sobrevivir. He combatido a mi peor enemiga: la depresión, la conozco en sus multiples fasetas...

Alexander Strauffon dijo...

Jaja. Me encantan tus relatos.

Roman Cancco dijo...

Cuantas experiencias, tus historias, relatos cortos de una vida parecen venir de una película, y siempre siempre me quedo con la sensación de saber que mas ocurrirá