Unas semanas de encierro por la nieve se compensaron por cuatro hermosos días de ciudad, me valió madre andar unos diez grados bajo cero, aguanté casi una hora seguida caminando en pleno Manhattan de noche, después de vivir en Iztapalapa en el Defe, el barrio chino me parece amigable.
¿Qué hice eso hermosos cuatro días? La verdad es que muchas cosas, la noche del jueves el hostel de Central Park me mandó a la chingada por no llevar pasaporte. Caminé 14 calles abajo para hospedarme en otro lugar, donde la vez anterior uno de los encargados me pareció amable, esta vez el destino fue benevolente, y el frondoso Argeliano (alto, flaco y sonriente justo como me gustan), hablo claro y directo, recordó la platica que meses antes tuvimos, en dos minutos se me hicieron agua los calzones y recuperé un poco de mi autoestima pisoteada por la abstinencia de este invierno, pero llegué a la conclusión que no quería quince minutos de pasión desenfrenada y tampoco esa noche me metería a su cama, necesito tiempo, privacidad y la neta yo soy de esas mujeres gritonas, no me conformo con un ratito, mi cuerpo lleva tiempo y acostarse con tipos que no saben lo que te gusta, ha perdido su gracia desde la vez que no quedé nada satisfecha, preferí ahorrarme el mal rato y el cargo de consciencia (uy si, esa ni yo me la creí, ja, ja, ja).
Fui por tercera vez al Museo Metropolitano, ¿Alguna vez han visto la peli de Brian de Palma de 'Vestida para matar'? Justo ahí sale el majestuoso Museo Metropolitano, considerado dentro de los seis museos más vastos del mundo con más de dos millones de obras de arte, incluso edificios completos del antiguo Egipto y los imperios más antiguos de Oriente. Por ser estudiante, mi hermosa credencial de estudiante del Centro de Idiomas del Politécnico, me ahorró 6 dólares, mi entrada fue de diez.
Esa noche, viajé a Larchmont, como a 30 min de Manhattan para ir a un bar noventero, dónde me vería con algunas comadres de oficio, regresé a la una de la mañana en el último tren. Nuevamente me perdí en el metro de regreso al Hostal y terminé tomando un taxi, porque la espera era demasiada del subway a Central Park y la caminata de la mañana en el museo me trajo cansada.
El sábado me fui por segunda ocasión al MoMA, Museo de Arte Moderno, lugar que me fascina, uno de los más chingones lugares a los que he ido, porque la tecnología forma parte de la construcción del performance artístico, casi todos los guardias de las salas son negros y justo en la sala que más me gusta, en la de fotografía, donde estan las fotos de Nan Goldin el guardia cantaba una melodía en voz baja, con esa vocerron que solo la gente negra tiene. Me gustó tanto, que le escribí una nota 'With your voice you make more beautiful the pictures'.
Esa noche me di a la tarea de buscar el Bar 'Los amantes', cuyo dueño es el mismo del Bar Central, que en Oaxaca es el lugar preferido de mis amigos y mío, caminé unas cuantas calles hasta Orchand st y cuando entré pedí un Maria Sabina, coktail con mezcalazo... casi lloro, no me importo gastar por una botana oaxaqueña, ¡oh por Dios! fue la gloria ¡comí un delicioso tasajo! esta vez si lloré y la mesera mexicana estaba contenta por mi show tragi-cómico.
EL domingo en la mañana me disponía a regresar a casa, pero me dijeron que podía quedarme una noche más, así que sin planearlo me fui al 'Museum of SEX' yeah, esta vez salir con los calzones hechos agua fue poco, fue la cosa más insana que pude haber hecho... Contemplé la posibilidad de buscar al argelino.
En la noche me perdí otra hora en el metro y esta vez me dejé llevar hasta Brooklyn, salí del metro sin saber a dónde dirigirme y por mera intuición llegué a un Cinema de esos edificios hermosos y no me pude resistir a 'Dark Swan' con Natalie Portman, actriz a la que le beso el culo por lo chingona que es, y para mi sorpresa dirigida por Darren Aronofsky. Doce dólares la entrada, pero no me arrepiento, ¡chingonería de película!
Regresé a casa totalmente cansada, molida, pero ¡contenta! ya dedicaré varios post para cada visita, hay muchas cosas que decir al respecto, en especial del Museo del Sexo.
1 comentario:
un paseo nunca hace mal...
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