Estaba en un barco y teníamos que saltar, porque si nos quedábamos, en cualquier momento iba a ocurrir algo grave. Yo no quería lanzarme al mar, me aterraban las aguas turbulentas y frías. Pero a pocos metros había un barco más pequeño que nos esperaba. Nunca supe cuando y como me lancé al mar, creo que no lo hice porque pensaba mucho en como iba a ser mi caída, el miedo a ahogarme... de pronto ya estaba en un lugar seguro.
Un hombre desconocido me acompañaba, era mi hombre, cambiaba de rostro con caras que podría reconocer en otra realidad.
Aparecí vestida como una oriental, a mi lado estaba un hombre de ojos rasgados, también oriental, con voz sobria me decía que era ‘su favorita’, que nunca podría estar conmigo, que me daría todo, que vendría a verme, pero él tenía que casarse con otra. Entonces entendí que era una Geisha que él había comprado.
5 comentarios:
Mmm, creo que no lo viste bien, ¿estas segura que era oriental?
Besos.
Si, estoy segura de ello, ¿has visto Rashomon con Toshiro Mufine de Kurosawa? Pues era igualito a él. Y eso que no me gustan los hombres orientales.
Saludos
este tipo de historias cortas me gustan mucho.
tambien me agrado bastante tu cita de herry miller.
porque quitaste el post anterior ? heriste susceptibilidades ?
Nah, no herí a nadie, pero hay veces que por más que intente no me agradan algunos post que escribo, además que ahora vengo con una onda linda, y no tengo muchas ganas de hablar de homosexuales...
Desde cuando ando cocinando algunos escritos largos, largos, a ver si los leen...
Saludos Fer
creo que se me pasó un post...
haber Fer...cuentame, de que trataba?
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