domingo, septiembre 28, 2008

Miedo del sueño

Una de las cosas que he olvidado, es la de tener miedo como cuando era niña. Tenía muchos años que no sentía miedo por lo incierto.
La vida adulta me instaura el tener miedo a cosas que sabes cuál es la fatalidad final, como por ejemplo tener miedo a ser despedido de tu trabajo, tener miedo a morir en un accidente, tener miedo a enfermar, tener miedo por un asalto, tener miedo a causa de una adrenalina aventurera; pero no te percatas que has olvidado tener miedo a lo incierto, como por ejemplo, al coco que estará debajo de la cama, lo sin cara de la oscuridad, el miedo al ruido mínimo que irrumpe el silencio en la noche, o el miedo a una imagen no configurada con la realidad, el sueño.
Anoche, antes de dormir, me percaté que una de las tantas acciones que todos los días realizo sin darme cuenta, es la de apagar la luz e ir a tientas a la cama. Cuando apreté el apagador tuve unos cuantos segundos para dedicar algunas reflexiones breves al asunto. Arguyo que ver algunos fragmentos de una película de Schwarzenegger, sobre una esposa del diablo (mamadas de ese tipo), y que minutos antes de dormir, leí un cuento de Bolaño donde un tipo asesina a otro, por entrar a una casa a media noche; me sugestionaron para tener una pesadilla bastante consciente. Digo consciente, porque recuerdo los sucesos nítidamente y también recuerdo que al despertar, mi cuerpo estaba tan rígido y frío, que a penas y lo podía mover, pasó mucho tiempo (tal vez fueron segundos), pero para mi fue mucho tiempo, para que el horror se me quitaba, a diferencia de otras ocasiones en las que despierto de la pesadilla, y el miedo se diluye al primer pensamiento ‘lúcido’ de que estaba soñando.
Por segunda ocasión en una semana, me molesta esta sensación de dormir sola y por segunda ocasión, también se me ha dado la gana ir corriendo al lado de mi mamá para que me abrace y proteja (la primera fue porque casi me muero del dolor de panza).
La atmósfera del sueño, era la de un lugar húmedo y con vegetación, iba manejando a un pueblo donde había una capilla, entraba al recinto, recuerdo que comenzaba a rezar en voz alta, después de mi, aparecía gente, cuando el lugar estaba lleno las puertas se cerraban y por una puerta de lado del altar, salían personas vestidas de monaguillos que comenzaban a matar a la gente con cuchillos sin filo, vi a la gente ensangrentada, fui presa del susto y dispuse que en ese sueño no iba a morir, salí ilesa del lugar, pero como todo sueño, pasaron muchas cosas, que no logro ordenar, corrí a mi coche que por obra divina, arrancaba a la primera, en el camino hice dos escalas en dos casas construidas entre árboles, que estaban abandonadas, eran lugares muy confortables y bellos.
Después estaba caminando en la noche por una carretera, donde mi mamá aparecía en su auto, íbamos rumbo a casa de Lulú, (mamá del hombre que he mitificado por no hablar de él, pero siempre está presente), llegábamos ahí porque queríamos refugiarnos (no sé de qué), Mario, me asignaba la habitación de su hermano, el hombre mito, mientras entraba, veía las paredes amarillas; me enseñaba fotos, pertenencias, prendas de cuando era niño, me regalaba unos zapatos pequeñitos de su hermano y su mamá me ofrecía una pintura que no aceptaba.
Volvían los recuerdos, el rostro, sus gestos, rasgos que ya había olvidado, eran tan claros, tan palpables, tan vivos, tan presentes, que al momento de despertar, la pesadez de mi cuerpo no era sólo del miedo, sino sentía una presencia, una energía omnipresente que horrorizaba mis sentidos.
Algunas veces el miedo pasa, pero esta vez el miedo me congeló. Era un miedo parecido al que tenía cuando era infante, a lo que no tiene razón de explicarse, porque simplemente ocurre de la nada.
Otra de las cosas que descubrí en ese sueño, es que pude conceptualizar, es decir, definir qué ocurría. Recordaba imágenes que tal vez habían pasado en otros sueños, como si los sueños también tuvieran un pasado, sueños que ocurrieron en otra sesión de sueños, que a diferencia de la vida, al recordarse en el futuro, pueden ser alterados o revividos en unos cuantos segundos.
La magia del onirismo puede llevarte hasta ser Dios y revivir muertos, hablar otras lenguas desconocidas y ser presa de las emociones más extrañas, que sólo pueden equiparse mínimamente a cuando estas drogado. El dolor, puede mutar de un momento a otro en placer, lo nunca esperado se vuelve esperado y finalmente, los sueños se entienden como algo traducido en instantes, que no volverás a recordar nunca más.
Ahí radicaba mi horror, en poder recordar nítidamente el sueño, en retenerlo despierta, y sentir las mismas sensaciones con los ojos abiertos en la oscuridad.
El miedo, no era hacia los monaguillos asesinos, ni a la imagen del hombre mito que se había suscitado, sino era a saber que esas emociones provocadas mientras dormía, las seguía teniendo aún despierta y presentes en el ambiente de la noche, eso fue lo que encapsuló en terror.
Los rezos, los fragmentos de recuerdos, las oraciones religiosas pronunciadas entre vocecitas inconscientes, no me fueron suficientes, seguía teniendo miedo, la razón me dijo: ‘no pasa nada’, pero podría jurar que en ese momento si ocurría algo. Un algo que no podría definir, un algo que no me dejaba moverme de la cama.
Fui cobarde, porque no pude pararme a encender la luz, acto contrario al que hacía todas las noches, mis ganas de cerrar los ojos y poder dormir no estaban presentes, quería despertar, pero ya estaba despierta, y el miedo onírico no se iba. Cerré lo ojos y la oscuridad me tranquilizó, el sueño sin imágenes me llevó por unos minutos a la paz.
Volví a despertar, esta vez tenía ganas de orinar, ya no sentía miedo, con decisión me destapé del cobertor y fui directamente al baño. Mi corazón ya no estaba agitado, nunca estuvo agitado. No pude volver a la cama.

7 comentarios:

Geisha dijo...

Úchala, no entiendo, tengo visitas de España, latinoamérica, y demás, pero nunca comentan, la verdad a veces me gustaría saber quién esa gente que pasa por aca en silencio.

Saludos, aunque no comenten, a ver si algún día por lo menos me mandan un correo.

La Guera Rodríguez dijo...

Tienes que insultarlos!!..

dije: insultarlos..he? no insultarme...jejeje yo si paso, la leo y le digo lo que pienso...
NO empiezo mi dia sin que la venga a visitar, asi que no me regañe...

Por cierto...
me gusta ...
LA FLOR... ;-)

Beto.. dijo...

upss....creo que me cayó la pedrada jajaja.....yo de repente comento ya sabes y prometo hacerlo mas seguido....esos sueños, hay algunos que me han dejado cimbrado durante gran parte del dia...y en mi caso, hay miedos que aparecen de repente, de esos miedos infantiles....creo que al vivir solo es mas facil que regresen....saludos y besos!!

La Guera Rodríguez dijo...

Mira...Beto es fiel y te comenta...aunque a mi NUNCA me comenta...sniff...seguiremos esperando que abra su blog ;-)

Saludos!

Diana

Beto.. dijo...

upsss......es cierto......ya le comentare mas seguido mi linda güera.....es que luego paso de rapidito....entro a pocos blogs pero yo les soy fiel a uds...siempre los reviso.....pero comentaré mas....y ya tengo algunos borradores de blog.....ya tengo la cuenta creada...falta menos.....aunque despues de ver lo bien que escriben uds. com oque me da miedito jeje....un besos y apap
achos para las dos!!!

Geisha dijo...

Ja, ja, ja, nunca dije que quería insultarlos querida Güera, mucho menos a usted que siempre me deja palabritas que con mucho gusto leo, un beso, nos vemos pronto.

No es reclamo, simple curiosidad, antes no me sentía leída, pero ahora que checo las estadísticas tengo como mínimo 30 visitas y eso me hace sentir importante, ja, ja.

La Guera Rodríguez dijo...

No ps me referia a insultarlos como la vez anterior, que al grito de Cabrones, varios despertaron!...jaja ok..ok. despertamos ;-)

Besos hermosa!!

Diana