Todos los días tengo que dedicarle algún pensamiento, así sea para maldecirlo o para extrañarlo vehementemente. Son casi dos meses, que a él, le ha crecido la barba, se la ha vuelto a cortar, casi lo meten al bote, casi renuncia a su trabajo, yo casi me muero por la gastritis, y ambos seguimos sin mover un dedo para volver a vernos, porque nos quedamos de nuevo en el ‘casi’ NO nos queremos.
Pero ustedes lo saben, lo extraño. Cada momento de ocio, me dedico a construir imágenes prediseñadas a mi antojo, revelando recuerdos, y añadiéndoles fantasías de más que no llegué a complacerme. Me quedé con las ganas de darle unas cachetadas chingonas, en los dos sentidos: por puro sadismo en la cama, y del otro lado, porque muy bien merecidas se las tenía: por culero.
Ayer, gracias a que estaba enferma y no podía salir, me quedé todo el santo día en el msn, ahí estaba él, esperaba que yo tomara la iniciativa, no lo hice, insistió con su pregunta a medias: ‘¿se arma, o no se arma?´, me hice la tonta, quería palabras claras, implorando, declarando, aceptando que me extraña y por supuesto que también me necesita.
Ese ‘se arma’, traía dos propuestas, la primera era la sexual. No dio palabras claras porque hacía dos meses, él me había mandado a la fregada, y su misma propuesta era razonablemente incongruente, pero de haberla hecho explicita, no hubiera tenido inconveniente de aceptar, siempre y cuando hubiera hecho una labor ardua de ruego. Digo, tenía que cotizarme, de algo tenían que haber servido estos dos meses de lucha contra mis bajas pasiones, mi resistencia a la necesidad de buscarle. Mi lucha interna tenía la esperanza de ganar una batalla; hacerlo doblegar era la victoria. No lo hizo, porque cuando pregunté ¿armar qué?, respondió: olvídalo.
La otra connotación de ese ‘se arma’, traía también una propuesta económica, ‘hacer la vaca’, es decir, cooperarle para irnos a meter al motelucho de siempre, ¡qué huevos!
El primer mes que anduvimos, hizo un tango porque entramos a una habitación que no tenía televisión, y dijo sentirse apenado por haberme llevado a ese lugar, pero su glamour duró poco.
Cuando el dinero que traía ahorrado del gabacho se le fue acabando, nos tuvimos que acomodar en un lugar de cuarta, con el colchón duro, sin tele, dos toallas pequeñas, un jabón para manos, y sábanas viejas. El silencio de la tele fue suplido por nuestros gemidos, sustituimos al emtivi para contarnos nuestras preocupaciones; conocí a su adorable novia ‘Lilí’ por sus pláticas, y la odié cuando me habló de ella. No tenía nada contra la tipa, porque al parecer era el típico estereotipo de mujer, que el hombre busca para novia fiel, posesiva, mocha y pendeja a la vez.
No extraño ese motel, pero si extraño su deseo sobre mi, no extraño sus idioteces, pero si extraño lo mucho que yo reía con él, o mejor dicho, de él, porque lo gracioso no era lo que decía, sino cómo lo decía, su esforzado esfuerzo, su inocencia ante el chiste mal contado del que me reía.
Él, ha sido el perfecto hombre de mierda al que he recurrido en mis relatos. En alguna ocasión llevé un escrito a un taller de narrativa, donde hablaba de él. Los escritores no se fijaron en el cuento, porque el personaje masculino era satíricamente más ruidoso, que el texto mismo; un perfecto imbécil diseñado para la verosimilitud de las letras femeninas.
Sé que sueno soberbia al decirle imbécil, pero mi insulto es menor y mínimo, al que él ha de adjudicarme a mi, por el simple hecho de haberme enamorado de la situación (insisto con mi soberbia, ¡vaaa!, tampoco quiero aceptar que lo quiero, no puedo evitar sentirme superior a él por algún lado ), y solaparle muchas cosas.
Creo que ya lo extraño menos. Sigue siendo un imbécil, no más que yo por quererle.
7 comentarios:
Siempre amanece.
No has mencionado el nombre...intuyo que es QUique...al que varios han llamado el suertudo quique..!
dos meseeees??!!...eso si es para ponerse grave!!
Diana
asi pasa a veces, nos gusta las relaciones "dificiles", por mas que uno dice "al carajo" ahi esta uno de regreso todo el tiempo y cediendo generalmente...chale...
Noooooo, no quiero ceder sin que haya logrado algoooo!!!
jejeje....pues esperemos logres algo antes de que las ganas terminen con tu abstinencia.....es justo que exijas algo que valga la pena......besos!!
siempre se toba uno con imbeciles que acabamos queriendolos. en las mismas estoy yo.
de repente los hombres nos dedicamos a ser unos completos pendejos, y que vamos aun con en pinche estereotipo del hombre cabron, pero no por desicion propia, es mas, ni lo decidimos, somos idiotas per se.
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