martes, agosto 29, 2006

Una amiguita

Regresad amigas, nunca me fui.

Últimos días de soledad, no se puede salir a la calle o caminar por el centro de la ciudad sin sentir ese pesar o enfermarse del cáncer social en el que muere la paz. Después de las ocho de la noche tengo que regresar a casa, no sentiría miedo caminar hasta las diez, de no ser por los comentarios con los que me asalta la demás gente.
No he visto a mis amigas, hasta que el domingo decidí llamar a Denis que siempre me reclama por no comunicarme con ella, después de hora y media con la bocina en el oído la invité a comer.


Denis es de las niñas con una belleza delirante y que luchan contra el penar de ser la típica bonita estúpida, desde que la conozco (tenía catorce años en ese entonces), la he visto trabajando, concursando en certámenes de oratoria, también de esos típicos de las escuelas para elegir a la chica más guapa y ganando los premios, tocando puertas para el apoyo de proyectos; hoy es militante de un partido que le ha proporcionado un trabajo con el que ha logrado adquirir cierta independencia económica con su familia.
Ha sabido sacar provecho de su belleza física, en varias ocasiones me ha comentado que preferiría no tener que lidiar con gente que sólo se fija en su cara bonita, o su cuerpo pomposo. Ella es una de mis mejores amigas, tiene cuatro años menos que yo, y siempre que la veo me inyecta un poco de su energía, logró abrir un suplemento para jóvenes en uno de los periódicos de la ciudad, y por ella de vez en cuando publico algunas cosas en este, o en una revista que también coordina por parte de instituciones gubernamentales.

Denis, decidió ir a un restaurant de comida china, donde pedimos un paquete para dos personas, debo admitir que no conozco mucho de comida china, más que los fideos con pollo, el chao mei, chop suey que prepara mi abuelo, o el chao fan que probé con Chofi (por cierto).
Nos retacamos de comida, y aunque yo invité, ella me tenía bajo la consigna que aunque no me gustara el sabor de tantas especias, me tragara todo porque estaba muy cara la comida… Ja, ja, ja, hasta en eso nos parecemos, en lo ahorrativas y codas, buscando siempre maximizar las cosas, o conseguir el mejor precio, así tengamos que caminar horas y horas en tiendas de ropa, o incluso recurrir a la técnica del regateo en el mercado… y la verdad no nos da pena decirlo, porque sabemos como se gana el dinero con el sudor de la frente de horas de explotación.
Mientras comíamos, se nos ocurrió utilizar palillos, y digo, hubiera sido una irreverencia si no aprendía a utilizarlos con el abuelo, ya tenía mucho si tomar unos y ahí nos ven, batallando con la comida en el transcurso del plato a nuestra boca.

Como viejas amigas que somos, después de no vernos en mucho tiempo, el recordar nuestras múltiples aventuras, nuestras nuevas perversiones, y la mal sana relación que todos sus conocidos desaprobamos con su novio, o los osos de motel que pasamos juntas… ¡ah viejos tiempos! Hicimos transcurrir nuestra platica en un tumulto de emociones que radicalmente nos cambiaban de humor, desde las risas más burdas, las preocupaciones adultas, hasta el borde de unas cuantas lagrimillas.
Radical, como la ha convertido la política, le pregunté que iba a hacer si perdía su trabajo a causa de la destitución de gober, ella simplemente contestó con una respuesta que me sacó una gran carcajada…”pues cambiar de partido”.

Esta vez ya no fuimos las adolescentes que nos tomábamos de la mano, provocando la mirada de la gente, o cuando irremediablemente ella saludaba a sus muchos conocidos en la calle mientras me quedaba esperando que terminara de hablar con ellos, o la vez que nos fuimos crudas junto con otras amigas a la playa y nos encontramos con los trabajadores de la disco, donde la noche anterior nos habían corrido y nos habían tachado de lesbianas.
Esta vez sentí que habíamos cambiado mucho, sin dejar de ser las mismas irresponsables niñas de buenas costumbres, como nos consideraron alguna vez.

Geisha

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo cada tantos meses, cada tantos años que me encuentro con algún comparsa de aquellas noches o aquellas tardes me siento irremediablemente más ajeno, más alejado, más extraño entre ellos. Ahora tienen familias, hablan del estado de derecho, de las instituciones. Lo que sí tengo claro es que no importa que tan solo me quede, realmente prefiero estarlo, ante las opciones que me ofrecen.

Fernandina dijo...

Tal vez, la vida, las circunstancias, el tiempo, incluso el clima... van cambiando o modificando parte de lo que -Somos- pero la esencia, ese -algo- que nos identifica y acerca... ese queda intacto.

Unknown Soldier dijo...

Oh...De nuevo La Virgen!

Pues la verdad yo pienso que cualquier mujer preferiría con los ojos cerrados "lidiar con gente que sólo se fija en su cara bonita o su cuerpo pomposo" que lidiar con gente que solo se fija en su cara fea o su cuerpo horroroso.

Yo digo.

Pd. ¿Apoco no conoce los "rollitos primavera"?

Geisha dijo...

Ja, ja, ja.

Eso me recordó a que por no salir de casa y no tener tv de paga, he empezado a ver: la Fea más bella, ja, ja, ja, ya dije que este mes, este mes, lo contrato, de veras que la televisión abierta es horripolosa, pero por lo menos me río mucho, ja, ja, ja.

Saludote

Horus dijo...

POr fin... -somos- o -nos hacemos- ?