¿Ya te dijo tu abuelo lo de su casa?
-Si, que Doña Licha (La esposa del viejo), se la heredó a sus dos sobrinos.
Una sarta de lágrimas acompañaron sus palabras entrecortadas.
-¡Nunca me quiso! ¡Nunca me ha querido!
Sentí como si me hubieran dado un golpe a mi también, y recordé lo que le decía a mamá cuando era niña con voz parlantemente infantil “No llores porque me vas a hacer llorar a mi también”.
- Me la hizo de niña, de joven y ahora también.
Ahora comprendía lo que en días anteriores le reprochaba de manera indirecta al viejo, cuando hablaban de las propiedades que mi bisabuela heredó con los hijos que no tenían donde vivir, y a una de sus hijas no le había dejado nada, porque según los demás tenía suficiente. Pero mi madre alegaba que no era la riqueza que le proporcionaran, sino el derecho al trato igualitario y que la tomaran en cuenta como un miembro de la familia.
Las lágrimas no soltaron sus ojos y sus palabras.
-La estúpida de su mujer heredó a sus dos sobrinos, y tu abuelo firmó. No peleo por un pedazo de su pocilga, porque mi casa está mil veces mejor, era el detalle, era que me tomara en cuenta, yo que lo he estado manteniendo estos años; le conseguí dinero para su negocio y se los gastó en menos de quince días, y sin que haya terminado de pagar ese préstamo que me hicieron.
La abracé mientras recordaba sus memorias crueles en voz alta que le hicieron el corazón duro, que le dieron el poder para atacar de insultos a su padre…
Hubiera preferido que me dijeran que mi padre había muerto. Hubiera querido no conocerlo para que no me despreciara como lo hizo, recuerdo que yo de niña estaba orgullosa de él, la hija de una sirvienta, presumía que ese chino bonito era mi “Padre”.
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-¡Eres un pendejo! y me duele saber lo que hiciste, porque hasta aquí llegó tu burro que se preocupa por ti cuando llamas, que ahí está en chinga enviándote dinero, comprándote cosas para que vivas bien.
De ahora en adelante no pienso pararme en tu casa y a tu mujer ni la quiero ver. Porque ella sabe perfectamente lo hizo, no era lo que me fueses a dejar, sino la acción, el detalle de contemplar que soy tu hija, tu bastarda.
Que Dios me perdone, tal vez mañana esté chillando por tu muerte, pero ahora ¡me vale!
El anciano, no tenía defensas ni palabras para alegar, solo se enjutó en el asiento del coche donde le había confesado el suceso sin prever la reacción de su hija.
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Muchas teorías especulan sobre el nacimiento de la propiedad privada, la creación de la familia, el trabajo y el estado, elementos esénciales que hicieron al hombre ser hombre, al sometimiento del varón sobre la mujer, a la pérdida del poderío femenino en las comunidades primitivas, y sobre todo a la diferencia de género en la división de las labores domésticas, distinción de quien es superior en fuerza y capaz de producir más riquezas.
Engels, dice que "la derrota del derecho materno fue la gran derrota del sexo femenino en todo el mundo". A la extinción del matriarcado, el hombre empuñó las riendas de la casa, la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción.
En su origen la familia no significa el ideal, mezcla de sentimentalismos y de dimensiones domesticas, del filisteo de nuestra época; al principio entre los romanos, ni siquiera se aplica a la pareja conyugal y a sus hijos, sino tan sólo a los esclavos. Famulus quiere decir esclavo doméstico, y familia es el conjunto de esclavos pertenecientes a un mismo hombre. En tiempos de Gayo la familia, id est patrimonium (es decir, herencia), se transmitía aun por testamento. Esta expresión la inventaron los romanos para designar un nuevo organismo social, cuyo jefe tenía bajo su poder a la mujer, a los hijos y a cierto número de esclavos, con la patria potestad romana y el derecho de vida y muerte sobre todos ellos.
El derecho paterno nació también como la necesidad “heredar” o postergar la riqueza acumulada a los hijos del hombre. Encontramos que esta compleja relación de conceptos, entre propiedad privada, familia, riqueza y herencia; de acuerdo a la teoría de Engels, van íntimamente ligados conforme a su invención histórica, sin inmiscuir aun, la palabra “Amor”, cuya invención parece ser muy reciente.
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-¿Qué sentiste cuando te dijo eso tu abuelo? – Me preguntó aún llorosa.
-Nada.
Sinceramente no sentí nada, porque no soy dada al rencor, ni a la exigencia de algo. Pero al verla dolida por la acción, no tuve más remedio que empezar a sentir feo, y a comprender que las simplezas no son tan simples.
Si tendría que estar de algún lado era momento para sacar mi mexicanisimo argumento, “Mi madre es mi madre, y nadie la toca”; aún así no pude ver feo al viejo, ni reclamarle nada
Ayer se fue, le pagué el pasaje y le di un minúsculo papel moneda para que comprara comida en el camino.
El sólo dijo “Me voy sin pena y sin gloria”, con los ojos cataratos, pero capaces de ver muchachas lindas.
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Carmen no exigía riquezas, no quería la preservación en su poderío en una propiedad casi derruida por el tiempo, reprochante de su infancia infeliz, de la vida de servidumbre bajo la que estuvo sometida con su madrastra.
Después de todo el desarrollo histórico en la humanidad, llegamos a un punto muy simple, a una razón contemporánea que suprime todo valor monetario a la riqueza de una herencia, y que era lo que mi madre apelaba; el reconocimiento de su padre, el pago de amor que nunca mostró y que buscaba encontrarlo en un gesto, en una acción que se escapó en una firma testamentaria.
Geisha
5 comentarios:
Primero que todo gracias al comentario que dejaste en mi blog, es realmente un honor tenerte de visita, lo que acabas de narrar es particularmente muy intimo tuyo y de tu familia, es muy bonito que lo compartas; pero realmente cuando hay polémicas de todo tipo en la convivencia de los seres humanos, al final, luego que todo cae por su propio peso siempre , sin ecuanon, será como tu magistralmente dejas ver en tu relato lo único verdaderamente importante es el cariño, el amor y es solo eso lo que realmente vale la pena.
Wow...me encanto como nos transmites perfectamente bien lo que siente tu madre, y lo que sientes tu.
Un abrazo...
Tenía algo de miedin que no se entendiera, siempre cometo muchos errores de sintaxis, por favor no se limiten en decime o criticarme, cuando mis errores sean evidentes, este post lo escribí rápido, como fue saliendo, así que pensé que iba a ser un poco inconsistente en su lectura.
Saludos
Miedin es lo menos que debe Ud. de tener!
que gran hija tiene su madre y que super nieta tiene su abuelo!!
Me gusta como Ud. vierte sus emociones y las traduce en sentimientos...
Las emociones son efímeras y los sentimientos son duraderos.
Besos, mi querida Geisha..!
Diana
Justo ahora hay una disputa en Chiapas porque algunas comunidades indígenas han establecido quitar el privilegiio de las viudas de conservar el patrimonio del esposo para, en su lugar, hacer que pase hasta las manos del pariente masculino más próximo.
Allá se andan dando de golpes por eso.
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