jueves, julio 13, 2006

Bolas

El abuelo se estaba muriendo en la porquería del abandono, mamá regresó a su tierra natal por la muerte de una de sus primas, después de cinco agonizantes años que tratasen de inyéctale vida por medio de la diálisis, finalmente murió.
Mamá dejó de enviarle dinero a su progenitor, a raíz de que meses atrás se enterara que el viejo rabo verde, tiene una hija de quince años. El senecto, notó el disgusto y en cuestión de semanas dejó de comer, enfermó de los oídos con la vil intención de dejarse morir y dejar de oír las críticas familiares que siempre le repiten que es un güevon mediocre.
Cuando su hija lo visitó, sintió que cargaría una gran culpa si su padre moría en semejantes condiciones, todo porque no tenía para pagar una consulta medica con el otorrinolaringólogo. Postergó su visita funeraria, para jalarlo a la vida, limpió el polvo de su habitación, lavó su baño pestilente de orines y sarro, le compró ropa nueva y junto con él, fue al mercado para pagar sus deudas de comida, finalmente lo llevó a un médico particular y le compró las medicinas para sanarlo.
Semanas después lo trajo a casa para que cambiara un poco la rutina y pudiera sanar más rápido y para ver la posibilidad de que sea operado de las cataratas que no le dejan ver.
Todos los días de manera intencional, me ve y pregunta, ¿eres wiri? (adjetivo que con el que me ha bautizado desde que llegó a casa) Yo le digo en voz alta porque tampoco escucha bien… Si abuelo, soy Liliana ¿quién más puede ser?... y me abofetea con su respuesta, implorando su operación de rayos laser, diciendo: “Es que estas chingadas cataratas apenas y me dejan ver, te veo, pero borroso…”. Me carcome la conciencia de ser egoísta y no poder darle el dinerito suficiente para la operación, que apenas y podría costear con mis ahorros, con menos de la mitad del costo en un hospital particular.
Como él, es principal testigo de mis desveladas, en las mañanas me ve acostada y me dice preocupado: Wiri, Wiri, ¿son las nueve, no vas a ir a trabajar?, así sea sábado o domingo, siempre hace la misma pregunta, yo entre despierta le digo con la boca babeada en sueño: No abuelo, hoy es sábado.
Él a veces se sienta en la cama, y se extraña de su actitud amable conmigo al poner su mano en mi cabeza, o cerrar las cortinas para que el sol no entre y me deje dormir.
Adoro esos detalles que pocas veces mi familia tiene conmigo, él abuelo a veces sin previo aviso me abraza, a nadie le he escuchado que le diga “mi amor”, es una frase que sólo lo he oído decirme a mi, o tal vez nunca he querido percibirla en alguien más, ni a su regordeta mujer, ni a mi propia madre.
A veces pienso que soy una egoísta al acaparar su atención, pero una tipa sin padre como yo, busca la figura paterna en alguien y yo la encontré con mi abuelo, que es una lindura, bueno, casi nadie opina eso de él, más que yo, mi mamá se la vive reclamándole su infancia despreciada, mis hermanos su mal genio, su mujer, su incapacidad para mantenerla; yo, no le reclamo nada, fui feliz el tiempo que viví con él, ahora lo comprendo, en su momento creía que no lo era, pero no me daba cuenta de que tenía cosas que nunca antes me habían regalado: atención paterna.
Cuando me regañaba era porque lo merecía, cuando espiaba las platicas por teléfono con mis noviecitos era porque se preocupaba; recuerdo cuando iba a firmar mis boletas porque mi mamá nunca lo hizo, o cuando iba a las juntas familiares, o cuando le pedía dinero para gastarlo en las maquinitas donde me vivía en las tardes, o cuando hacía los hot-cakes ponpochos, o el chocomilk sin azúcar que todos los días me preparaba antes de ir a la escuela.
Cuando era niña me compraba golosinas, muchas grasas para que según el “engordara”, pero solo bastó con que me regresara a mi mamá, para que me atiborrara de comida chatarra; los pellejos que tenía en mi cuerpecito diminuto, se convirtieron en grasa aleccionada para las bolas que me salieron por todos lados.

(Este fue un post que no terminé y no encuentro un final, así que lo dejaré reposar... supongo que no terminaré en un post con el abuelo).

Geisha

4 comentarios:

Unknown Soldier dijo...

Su abuelo es una lindura...

Disfrútelo aquí y ahora

¿Juzgarlo?..¡Qué lo juzgue Dios!

Indigente Iletrado dijo...

Ah. Que delicia. Sigue lloviendo.

Y que delicia poder compartir con tu abuelo. Quizá su familia tenga razón, muy probablemente tengan razones que tú no entiendes para renegar de él, pero ya no te tocó. Tu haz tu parte, disfrútalo. Disfrútense.

Lindo, en verdad.

Venezolano1975 dijo...

Quise leer tus post, poco a poco pero no resistí la tentación hoy que es sábado y estoy en la oficina tranquilo, y los leí todos como un adicto a las drogas, pero no fue suficiente para una sobredosis, es muy tierno este post, pero necesito mas, mas...
saludos
José

Liz dijo...

Acabo de llegar a tu espacio y me he quedado en él. Tus historias cautivan y conmueven y son muy pocos los que logran eso.

Con este post me he sentido identificada, al borde que se me saltaron las lágrimas. Yo a mi abuelo lo adoro. Con él me crié en mis primeros años y, a mi parecer, es el único que me ve como soy y que me quiere tal y como soy; no espera que sea como Fulana o Zutana.
Disfruta a tu abuelo y bríndale todo tu cariño. Atesora los recuerdos, pero no te quedes en el pasado. Hazlo sentir importante, porque el busca cariño y la el sentirse solo es terrible. Hazle saber que hay una persona que lo ama y que lo necesita. Créeme que con eso será feliz.
Saludos...