domingo, mayo 15, 2011

Preparativos

Salgo de la montaña Tibet en tres días, fui a festejar a un bar en soho con otra amiga colombiana que también regresa a casa en tres semanas.
Me preparo para el regreso, he comenzado a ver videos, me instruyo en lo que hay que saber, como por ejemplo ¿quién chingaos es Lady Gaga?, ustedes no lo van a creer, pero hace apenas unas semanas vi un video de dicha cantante.
Hace un mes que pasé a la ciudad de México, mientras esperaba en el aeropuerto me metí a una librería, compré unas cuantas revistas de 'Etcetera', que a mi parecer es una de las fuentes más confliables que conozco para explicarme qué pasa en el país y el mundo.
Me gasté un barote en unos cuantos libros sobre cine, uno sobre guionismo, un tomo de colección de la revista Algarabía, otra chingonería de revista para enterarse de los datos más absurdos e inecesarios, sobre arte y uso del lenguaje.
En año y medio, me pregunto ¿Cuántas marchas me he perdido en Oaxaca? ¿Cuántas bailadas en el central? ¿Cuántos desiluciones amorosas hubiera tenido ahí? ¿Cuántas personas conocidas se murieron? ¿Cuántos pleitos de la generala y su marido me perdí? ¿Cuántas peleas me ahorré con mi hermana? ¿Cuántos miles de exámenes mal contestados me ahorré en calificar? ¿Cuántas películas dejé de ver en Pochote (un cineclub ahora extinto)? ¿Cuántas memelitas, tlayudas, nieves, y tortillas recién hechas me perdí?
Hay un sin número de cosas que me perdí, en definitiva. No lo niego, extraño horrores a mi gente, a mis maestros, incluso mi trabajo, a mis amigas... ash todo. ¿Lo volvería a hacer? Sí, lo volvería a hacer. Empecé a empacar hace unas semanas, comenzando por las cosas de las que me tengo que deshacer, todos los papeles que he coleccionado, folletos de museos, planos, mapas, boletos y el sin fin de basuritas que uno guarda porque son pruebas de nuestros momentos más caros.
Entre mis cosas encontré una varita que increíblemente sobrevivió y me regaló Guille, quezque para acordarme del lugar de dónde me iba. Cuando la encontré reconocí mi fracaso, lo acepté ¿qué fracaso? El de haber limitado mi visión a objetivos mal enfocados. Justo de eso hablaba con mi amiga la colombiana, cuya historia es parecida a la mía, dejamos todo por una ciudad luminosa, por gente esclavista, por un lenguaje que mascamos con un poco desdén, pero saben algo, después de todo, amamos esta ciudad de sueños, de miradas indiferentes, de aparadores de moda, de arte, del show humano de arrogancia gringa, de un multiculturalismo rudo y absurdo.
Ni yo misma lo creo, pero debo aceptarlo: Estados Unidos como país me trató bien, logré algo importante, algo que no es dinero, ni fama, ni éxito.
Aprendí a fracasar, a aceptar, a decir no, a decir 'me he equivocado muchas veces y no quiero volver a equivocarme'.
En mi desesperada soledad, creí enamorarme de algunos hombres. Pareciera que me he vuelto mujer de bien, las cosas sencillas las valoro más que antes, como cocinar y sentarme a comer con mi novio. Me he vuelto monógama, y aúnque sigo siendo la misma, en este país he aprendido a cumplir con los deberes religiosos como nunca antes, empezando porque las prácticas y las instituicones religiosas son totalmente distintas a las latinoamericanas.
He aprendido a decir 'te amo', siendo sincera, a perder, a ya no recordar de lo que me causa daño, a llenarme de esperanzas, a tener la seguridad que este momento es el mejor que me ha tocado vivir, ligera, libre, con mucha simpleza, con pocas palabras, hablando otro idioma y creando mi medio para expresarme sin sentirme estúpida, ni arrogante, ni insegura.
Nada aún parece definitivo, me emociona y me entristece hacer maletas, no sé qué siga y ya no me importa, por qué sé que hay un camino que quiero.
Curioso, pero en una revista de Etcétera hablaban de Lady Gaga, estudiaba arte en una escuela de NY, hizo hasta lo imposible porque alguien la escuchara, aprendió de los errores de las otras reinas del pop.

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