He visto, dos películas colombianas y una mexicana con historia colombiana, la primera Rosario Tijeras, El colombian dream y El coronel no tiene quien le escriba.
Estas pelis las vi porque uno de mis amigos colombianos me las prestó, ya que no son fáciles de conseguir en este país que se cree él único dueño de la industria cinematográfica mundial, cosa que no es. Me da gusto ver películas que sin tanto efectitis tienen una excelente narrativa visual e histrionica.
Hace unos meses en casa de uno de mis paisanos, me quedé a ver una película mexicana de narcos, fue justo esa vez cuando supe que tengo un futuro muy prometedor como guionista.
Si las grandes esferas filmicas no me aceptan, bien puedo pedir chamba en las producciones de narco-cine, con mi experiencia de quinientas páginas en este blog, mis dos años de teatro en la mejor escuela de Oaxaca, ¡ah huevo que me gano el pan honradamente como guionista!
Les decía la película de narcos, se llamaba 'Chrytsler 300', días después vi 'El Búfalo de la noche', está última ¡basura de película!, ni porque le vi el pinino a Diego Luna, tuvo mi aprobación, actuaciones malas, guión chafa, una historia desfasada que no cuajó, para que al final me salieran con una verdadera mamada de: ¿me amas?
La del Chrytsler 300, tenía las actuaciones más jodidas que haya visto, el guión más patético que haya oído incluso en las novelas de televisa, situaciones inverosímiles y hasta ñoñas, pero tenía algo que 'El búfalo de la noche' no, una historia que cuajaba y que me mantuvo atenta durante 90 minutos, si bien es cierto con muchos defectos, pero una historia que bien podría funcionar en manos de un buen guionista, un buen fotógrafo y de un director que realmente supiera dirigir las actuaciones.
Soy cinéfila, y si algo le debo al Pochote es que educó mi apreciación cinematográfica. Así que señores, aquí tienen una experta en Fellini, Allen, Bergman y Buñuel.
Otra de las películas chingonas que he visto ha sido '¡Viva Cuba!', una historia inocente, con una fotografía sencillamente exquisita y aunque raya un poco en lo lamebotas, tienes su lado autocrítico ante el gobierno castrista.
Las películas que vi recientemente, Rosario Tijeras y El colombian dream, me encantaron la calidez de la fotografía, la verosimilitud, el exceso de erotismo, el humor ante la podredumbre, a uno en lugar darle malestar, le da gusto verlas. Cosa que no me pasa ni siquiera con una buena película de Arturo Ripstein, y lo digo porque a este director le beso lo pies, es un chingón y su mujer, es también mi ídola, porque es una guionista chingona, cruda, con humor y dominio del lenguaje en doble sentido muy perspicaz y puntual, sin oirlo vulgar.
El erotismo de las películas colombianas que vi es cabrón, las mujeres son hermosas, tienen una candela tremenda que hasta a mí me gusta. ¡Yo quiero ser como Rosario Tijeras! ja, ja, ja.
¡Qué buena está la vieja que la interpreta! pero ¡qué bueeena!
Mis tres excelentes amigos colombianos, poco a poco me van cambiando la idea ilusa de ir Francia, creo que ahora mi siguiente país para visitar será Colombia.
Hace unos días grababa a Tico para hacerle una entrevista, él se puso justo donde cuelga la bandera de Colombia en su casa, se puso su camisa futbolera y comenzó la entrevista.
Me explicó que el amarillo de la bandera representaba el sol, el azul los mares, y el rojo la sangre de los héroes. Cuándo vi 'El colombian dream' cuyo leitmotiv es el narcotrafico de pepas, que son pastillas de color amarillo, azul y rojo. Uno de los personajes explica el color de la bandera de Colombia haciendo referencia a las pastillas, el amarillo el sol, el azul, los mares, el rojo, la sangre de los mártires. Recordé la explicación de Tico.
Me agrada Colombia, me recuerda que me gustaría regresar a mi estudios exploratorios de alucinógenos.
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