martes, enero 16, 2007

Costumbre



Hoy recurrí a la vieja tumba, a la misma que desde que empecé a creer en la dulzura de los mitos, no he ido a poner flores. Y desde que deposité en ese pedazo de tierra al deseo, a la espera interminable, a la dolencia apacible, a la deliciosa ingenuidad de no querer ver, al amor que nunca pide nada, me he encargado fervientemente de reproducirlo en malas sombras con sus tintes.
Viene dejando sus huellas en cuerpos vivos que sólo son un mal intento de revivir lo que nunca nació.
Iré a dejar mi cuota obligatoria de lágrimas a la misma tierra que me hizo creer en lo impensable. A la nueva, al antiguo portaso en mis narices que me repite: ‘mis sueños son tus sueños’, o que sin decirlo me empeño en creerlo.
Fui a recoger los pasos, simple costumbre.


Nos iremos, te lo prometo.


Geisha

4 comentarios:

Bob dijo...

Creo que en ocasiones el dolor de tu ternura, duele.

Venezolano1975 dijo...

Hay cosas que no podemos entender, pero intuimos que son muy importantes para ti, y te respetamos y apreciamos por eso.
saludos
José

Oskar dijo...

Navengado sin mucho exito, encontre tu blog, y me parece extrañamente agradable tu fetichismo por los pies... espero que podamos compartir textos... mientras te invito a leer http://interludio2.blogspot.com
Oskar

Oskar dijo...

Navengado sin mucho exito, encontre tu blog, y me parece extrañamente agradable tu fetichismo por los pies... espero que podamos compartir textos... mientras te invito a leer http://interludio2.blogspot.com
Oskar