miércoles, octubre 06, 2010

Al final todo mundo te abandona

El último libro que me  vi a mi madre leer con entusiasmo y tal vez uno de los únicos libros que recuerdo ella ha leído  completo en los últimos 2 ó 3 años, es el de Pato Monge, mi amiga la Edecán Urbana.

He notado que mi actividad en facebook se ha convertido en un tanto adictiva, husmeo el archivo fotográfico de mis amistades y algunas personas que no lo son tanto pero me causan cierto morbo  saber qué han hecho de su vidas, pongo  atención en el fondo de las fotos, las casas desarregladas, los encuadres chuecos, los fuera de foco, las paredes sucias, las sonrisas reales, fingidas, obligadas, veía las fotos de una de mis mejores amigas cuyo ojos son hermosos, vi fotos de su familia, hermanas, tías, niños y al contrario de ella muestran una mirada cansada, de una aceptación a la desgracia horrenda, alguna vez esos ojos de conformismo los he visto en mi mamá.

He escrito más de 30 cartas, sólo mi abuelo ha respondido. Se me dio por tirar netas, por escribirle al chingomadral de tías, abuela y abuelo,  mis cuatro o cinco amigos preferidos, una de mis alumnas, y todos ellos por facebook me han dicho que ya escribieron mi carta, pero que no han podido mandarla. Una chingadera. Una cagada, pero aún así sigo escribiendo, sin perder la esperanza de que algún incauto me escriba pronto.

Mi abuelo me mandó un carta diciendo que estaba contento por lo que le decía en mis dos cartas anteriores, y anexó unas hojas pequeñitas de papelestrasa para escribirme la historia de cómo el abuelo chino había llegado a México, para él es un orgullo pertenecer a una raza ‘distinta’, para mí era orgullo también, hasta que me vine a los Estados Unidos, dónde los chinos son igual de comúnes que un inmigrante mexicano, (soy doblemente común y corriente agh). Es más, los chinos son de las personas en este país que más me cagan por culeros, luego siguen los negros por gritones y hostiles.

Mientras tanto, me encargo de mantener un facebook lindo, yo en los jardínes colgantes de mi casa, yo en los lagos de agua cristalina, yo en lancha, yo en el Puente de Brooklyn, yo en la estatua de la libertad, yo en los cinco museos: Historia Natural, Metropolitano, Internacional de Fotografía, MoMA, Del Barrio (al quinto ya estaba realmente harta y aburrida de ir a museos) …, yo en Time Square,  yo en central Park, yo en la montaña, yo en el bar, yo en la piscina, yo con nuevo bikini, yo con minifalda en Grand Central, yo en el apple picking, yo en la escuela, yo y más yos absolutamente sola, a veces sóo quiero comer tacos en las maxitablitas cerca de mi casa, y carcajearme con Guille y Beteta por cualquier idiotéz.

Le regalé a mi mamá a la Geisha computadora, y bueno casi se quedó con todo el varo de mi auto, hice un coraje terrible con ella, pero concluí que bueeeno es mi mamá, todo lo que ella pudo darme ya me lo dio y bueeeeno de vez en cuando es necesario aprender a compartir… algunos años de mi trabajo, agh&%%$·(=… (mentiría si dijera que ya lo superé, pero estoy en proceso…).

Ahora leo de vez en cuando los correos electrónicos que ella me escribe, y aunque acepto que mi ortografía no es perfecta, me hace sentir rara leer sus correos con algunos defectos, son como esas cosas que no conoces de las personas con las que vives, pero ves esos lados cuando estas lejos de ellos.

He notado también que cuando vienes para los EEUU, comienzan los siguientes fenómenos:

  1. La declaración de  envidia de tus amigos.
  2. Tu familia te ve como una fábrica de dinero.
  3. Comienzas a tener encargos de aparatejos, recuerdos y demás.

Mientras tanto ninguno se digna a contestarte una carta o a llamarte por teléfono, o ya de perdis escribirte al mail.

Sólo mis dos cariños me preguntan cómo estoy por el facebook y eso me hace sentirme contenta.

‘Al final todo mundo te abandona’, pregona Bernhard, aprendes  qué se siente estar fuera de casa, es la tristeza del inmigrante… suena común, pero nunca lo comprendes hasta que lo vives.

A Patricia Monge la conocí por el blog, con ella hice mi último trabajo teatral cuando presentó su libro en Oaxaca, mi mamá la amó en cuanto la conoció, y sin duda fue ella también la que me impulsó a salir, la despedí en su último día en México, ella se fue para España, meses después yo me iría de Oaxaca y de México, aún no me arrepiento, aunque con ello comienzo a aprender en serio qué es estar absolutamente sola, al final todo mundo te abandona. 

5 comentarios:

La Guera Rodríguez dijo...

Mmmmm..que mal =( yo no recibi ni carta ni correo ni nada :S

Sabes...leyendo tu post me hiciste recordar a mi padre. A el le encantaba que le llamaran, lo buscaran, lo felicitaran, se acordaran de el en cumpleaños o el dia del padre,Navidad o algo asi...pero El..NUNCA hacia eso por los demás, nunca nos preguntaba como estabamos, como nos sentiamos, que pasaba con nuestra vida, etc.

Yo, por mi parte, no me sumaria a ninguno de los 3 puntos que mencionas, solo me conformo con leerte y desearte que estés bien! de salud, en lo emocional, en lo economico, y en todo tu entorno personal.

Abrazos mi Geisha!

Geisha dijo...

No le mandé porque no tengo su dirección, pero si me la da con mucho gusto le mando su cartita, escrita de mi puño y letra.

Ya sabe la quiero harto, besos y abrazos!

Alexander Strauffon dijo...

No he visto tu facebook :)

actvservidor dijo...

Del facebook nada diré. Pero sabes, te caería a pelo leer la última nota del último libro que leí: SOY EL HOMBRE DE MI VIDA de Beto Ortíz.
Lástima que presté el libro, que si no te hacía una copia del manuscrito y te lo pasaba. Consíguelo, si te es posible.

saluos!!
(y yo también te envidio; me quiero largar de Perú un día cualquiera a un lugar, por ejemplo, como USA)

Geisha dijo...

Ey Golor mandame librooooooS pliiiis!

Cuando uno está fuera de casa te das cuenta, cuanto amas todo lo que alguna vez odiaste.