viernes, diciembre 18, 2009

Arturo Ripstein y la Sodoma local de Oaxaca



Arturo Ripstein vino a Oaxaca. No tuve vergüenza para preguntarle: ¿Qué haría si una mujer llamada Viridiana le dice: quiero hacer cine como usted?

Hace cerca de cincuenta años, Ripstein le haría el mismo cuestionamiento (claro, sin mi nombre) a Luis Buñuel (Los olvidados). El cineasta español, lo que hizo fue ponerle Un perro andaluz, un cortometraje eminentemente surrealista.

Ripstein, contestó a mi pregunta con una leve sonrisa recordando la misma anécdota, pero dudo haya escuchado mi nombre buñuelesco, y la primera palabra que respondió fue: Odontología.

Hubiera querido decirle que tardé más de un año en conseguir El evangelio de la maravillas, y que una de las escenas más fuertes que tengo en mi cabeza desde niña, es justamente de una de sus películas, La viuda negra, donde Isela Vega toma el papel de sacerdotisa en la iglesia de un pueblo, y empieza a defender su amor hacía el cura, recriminando a sus verdugos que ellos son más pecadores, porque en confesión han declarado ser violadores, caciques y depravados.

¡Qué Crimen de padre Amaro ni que ocho cuartos! Ripstein es mucho más agresivo, estético y master en la transgresión de los valores religiosos católicos. Si a Fox y Martita, les hubiera tocado la época de esas películas, tal vez hubieran mandado a Ripstein a la hoguera, pero vivimos en un país donde la industria del cine murió a partir de los 80s. Dudo que nuestros políticos tengan un tantito de cultura general, y conozcan estas joyas cinematográficas que hasta para mí, una cinéfila declarada, me costaron algún tiempo en conseguir, sin contar con la censura que sufrió de 1977 (el año en que se produjo), hasta 1984.

Arturo Ripstein vino a Oaxaca este 15 de diciembre, por una razón: recibir el Premio Internacional de cine digital El Pochote 2009.

En la entrega estuvieron Armando Colina y Víctor Acuña (directores de la galería Arvil), Francisco Toledo, Jaime Humberto Hermosillo, cineasta ganador del mismo premio en 2005, la guionista y esposa de Ripstein, Paz Alicia Garcíadiego.

Al iniciar la charla, el galardonado dio gracias y afirmó que ‘hacer una película es un acto de amor’, demasiado amor diría yo, con las trabas legales, con la escasez de recursos, con los problemas de exhibición y distribución, el cine mexicano ya es una empresa que no reditúa, por lo menos no a quienes son cineastas independientes.

Ripstein al contestar a mi pregunta, dijo que ser cineasta fue recibir muchas humillaciones. Aunque ser hijo de un productor le abrió muchas puertas, y le hizo más fácil el camino hacia el cine.

El día de la entrega, también se proyectó su más reciente película, realizada en formato digital El carnaval de Sodoma.

Las nuevas tecnologías han abaratado los costos para hacer películas, si antes para realizar una en formato de cine era muy caro, la era digital, ha reducido sus costos, con cámaras de video menos complejas, aparatosas y con una calidad semiprofesional en la imagen.

Fuera las cuestiones técnicas que reducen los dineros, Paz Alicia comentó: ‘Si es más barata puede que no sea la última que haga, si no es la última, no será mi testamento’, en términos creativos, a ella como guionista le permitió soltar la pluma y hacer cosas que nunca había hecho, le dio la posibilidad de volver a jugar.

Una de las recurrentes preguntas que supongo le han hecho infinidad de veces a Ripstein fue si sentía alguna molestia, porque otros cineastas mexicanos más jóvenes como Iñarritu, Del Toro, Cuarón, fueran más conocidos que él. La razón es evidente, sus películas son eminentemente mexicanas, reflejan lo hermoso y lo grotesco del país, sus idolatrías religiosas, su doble moral, su sexualidad estruendosa, su homofobia, el asesinato por amor, el erotismo y la antiestética de la prostituta, la pureza de lo impuro. Hollywood, no se acerca a lo que Ripstein hace, o ¿Ripstein no se acerca a lo que en Hollywood se hace?

Hermosillo, en una breve intervención dio el peor consejo de la noche, a los presentes que quisieran hacer cine como yo: ‘No le tengan miedo a los defectos técnicos’.

También me hubiera encantado decirle a Hermosillo, que mi madre me tapó los ojos a mis nueve años, cuando María Rojo se desnudó en La Tarea, y que probablemente gracias a él esté contagiada de actos eróticos en el cine, otra cosa que no hubiera sido capaz de decirle, fue que Exxxorcismos, ha sido una de las películas que más recuerdo, por mi disgusto a la historia tan gratuita, justamente no olvido su nombre por esa cinta.

En El carnaval de Sodoma, quedé igual de desconcertada, como me pasó en El lugar sin límites, en Cadena perpetua, en el Castillo de la pureza, en Profundo Carmesí o en Evangelio de las maravillas.

En su más reciente obra, un chino y una china son asesinados por el cura, hacen como si nadie los hubiera conocido, el burdel del pueblo o la Sodoma local, será quemada para construir un centro comercial.

Esta vez me dejó pensando por la coincidencia, yo he inventado y he pregonado que mi mamá me puso Viridiana por una película de Buñuel, la que en realidad nunca ha visto, y mi familia que tiene raíces chinas, ni por asomo podría dirigir un burdel.





7 comentarios:

Jj dijo...

Yo no buscaba amores mercenarios/
y ella no era la venus de Buñuel,/
pero el tequila de los solitarios/
sabe mejor contigo, mademoiselle.

Creo que iba así, es del sabina.

Geisha dijo...

Sip, conocí esa canción de sabina por un poeta.

Viridiana se llamaba y era una reina de noche y así vaaa:

En Tijuana, tres noches por semana,
se trabajaba en México la nuit.
¿Qui'hubo, señor?. Me llamo Viridiana
y me apellido veinticinco mil.

Yo no buscaba amores mercenarios
y ella no era la venus de Buñuel,
pero el tequila de los solitarios
sabe mejor contigo, mademoiselle.

Y dos rondas más tarde la besaba
y tres besos después me convenció,
y en un meublé por horas que alquilaba
ahorita les diré lo que pasó.

Tantas cosas me dio que no me daban,
tantas caricias casi de verdad,
que a mí se me olvidó que trabajaba
y ella no se acordó de trabajar.

Por eso, sin faltar una semana,
cuando me ven entrar al cabaré
los mariachis, mirando a Viridiana,
le cantan Y volver, volver, volver.

Y, aunque en mi cumpleaños dé una cena
y no vengan mis hijos a cenar,
con ella cada noche es Nochebuena
y nunca se termina el carnaval.

Porque no hay bajo la luna mexicana
mejor menú para un perro andaluz
ni manos que hagan como Viridiana
la tarta de manzana de amour fou.

Con el corrido de la bella Malinche
y el pinche gachupín
¡qué viva México la nuit! Que sí.
(Mais oui)

iL Hell Dogma dijo...

Muy cierto, Ripstein hizo excelentes peliculas que casi nadie conoce precisamente por la censura por parte de la Secretaria de Gobernacion, en la uni fue un par de veces a dar seminarios y la verdad es muy chido.

¿por que el pochote?, que es, es alguien de Pochutla ???.

Geisha dijo...

Pochote es el nombre popular de un árbol (ceiba) que se da justamente en la región del istmo del Tehuantepec, Toledo supongo en referencia a ese árbol, nombró así al cine que pertenece al IAGO, institución que fundó desde hace 20 años, y supongo también haciendo referencia a otra de las zonas defectuosas y multiculturales como el chopo.

Saludos Fer

Falo dijo...

http://elpochote.blogspot.com/

Por cierto ahora si se aprecia bien el texto. Saludos.

Anónimo dijo...

¡A-bajo las bragas!

Anónimo dijo...

Salud, querida, ella bebía porque dios no existe, yo bebo porque la cruda, o se la resaca, para que no me alburees, me da muchas ganas de coger... Di que me quieres un poquito.