Se vela por la ‘precaria estabilidad emocional’
Las gitanas venden a los creyentes el ‘usted ha sufrido mucho’, con tan sólo ver en un segundo la palma de la mano izquierda, su afirmación tiene un éxito irremediable, porque somos una sociedad de anómicos y depresivos, a veces sin razón, a veces con exceso de causa.
Si eliminamos las preocupaciones más mundanas, como la casa, la familia, el trabajo, uno se queda desnudo y se pregunta ¿que hay más allá de esas obligaciones que se vuelven cadenas que esclavizan por voluntad propia?
La tristeza comienza cuando ya no queda nada de nosotros fuera de esos círculos, ‘la autorrealización’ en conceptualizaciones occidentales puede ser una opción, la nada como placer máximo en su acepción oriental. Justo ahí comenzó el trance en mi travesía por la tristeza. Veo a la gente que me rodea y algunos se enfrascan en enseñar sus rostros felices, otros en la dependencia del otro (su pareja), otros en la ocupación permanente que enajena su pensamiento, que agota la voluntad de crecimiento o aplaca el posible riesgo de romper con la cotidianidad.
Una noche mientras dormía junto con cuatro personas, hablamos de las imágenes de nuestras tristezas, ellos dijeron: una casa quemada, visitas a la cárcel, negaciones amorosas, burlas irremediables… yo di sólo una, después de haberla dicho hubo un silencio insoportable, un desconcierto sublime, un reflejo de la tristeza misma, me reconocí admirada porque lo había dicho sin que mi voz se hubiera quebrado.
Llegué a una verdad, todo ser humano llegará a Ser, en tanto conozca el sufrimiento de cualquier modo.
Mi imagen de la tristeza, es una de esas pequeñas cosas que trastocó algunos años de mi vida, por momentos he querido negarlos e incluso arrepentirme de ellos; eso es inevitable. En ese ejercicio de eliminación, descubrí una negación de mí, una necesidad de quitarme el cascaron como un pollo, de arrancarme las plumas como una águila, o de dejar de ser gusano para convertirme en mariposa.
3 comentarios:
abrir los ojos a veces para darse cuenta que sigue siendo de dia...
Más allá de ti está la noche, después la nada o una cerveza bien fría que me sitúa en el pleno instante de mi vida; después, como si fuera río, la frescura de otra cerveza a las seis de la mañana para comenzar el día otra vez, sin en anónimo bienestar de un pase con su tubito de colores para mejorar el bajón de la noche que se apronta otra vez... como a las doce. Después de eso dormir, para levantarme a las seis a revisar mis correos pra re.empezar una nueva jornada entre papeles abandonados, y sí, a las ocho de la noche, antes que cuelquier cosa, mis lecturas de los libros obligados y de los del placer, de ambos, la dicha de estar vivo para otra noche, dormido o despierto, según.
Admirado por la profundidad de tus palabras, te saludo.
Siempre es grato encontrar gente que ve más allá de lo visible.
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