Muchas noches he soñado contigo, y me carcomen las ganas de saber algo acerca de ti.
Podría incluirte en la lista de los mejores recuerdos, aunque tú no me recuerdes, sigo intentando, sigo intentado, alimentarte hasta que por fin me necesites.
Que bueno que decidiste salvarte de mi, tendré un cargo menor de conciencia por tu mujer.
Recordando a Benedetti