viernes, noviembre 05, 2010

Plan del Miedo 2010




Usted, por supuesto, habrá oído decir que los mexicanos nunca tenemos miedo. -Se rió-. Es mentira. Tenemos mucho miedo, pero lo disimulamos bastante bien. 

Roberto Bolaño, 2666

Todo empieza por una mancha. Una mano pintada en la pared de piedra es cultura: la página llena de signos es una mancha. Hay una cuota de valor necesaria al entrar en un bosque de signos, en una mancha lingüística donde las coordenadas se nos adelantan; explorar el territorio implica mancharse.

El miedo, sin embargo, parece haber secuestrado el sentido. "Terror" es una palabra que nos acostumbramos a escuchar: no el terror del ángel de Rilke, el pasmo de la belleza, sino la acepción infame donde la incertidumbre y el exceso se vuelven atizadores de la violencia ubicua. 

Pero el miedo también salva: animales sencillos, el miedo es un mecanismo de supervivencia fundamental. ¿Pero quién es depredador y quién presa? Cercados entre el miedo a la policía, el miedo a los narcotraficantes, el miedo a las balaceras, a la violencia visual de los diarios, la cada vez más tenue opinión pública reacciona: marchas en pro de la paz, veladoras afuera de las ruinas de la Guardería ABC, consejos editoriales de periódicos que piden tregua "al poder de facto", a los señores de camionetas climatizadas y armas de alto poder. Hay una sutil obscenidad en estos gestos: están apelando a una institución ausente. 

La institucionalización implica un modo de legitimación en términos de legalidad en una comunidad. Leyendo un poco más, el narcotráfico sería en todo derecho una institución, pero en el caso concreto de "El Diario" de Ciudad Juárez, incapaz de asumir cabalmente las responsabilidades que se le acatan: respetar la vida de los periodistas a cambio de dictar línea editorial. Y no pueden asumir dicha prerrogativa porque su convulso sistema de autorregulación aún está en formación. El narco de hoy es lo revolucionado, lo que está a punto de asumir su función social. El gobierno no revoluciona, la sociedad civil no revoluciona. Un síntoma de esto es que el narcotráfico, en el contexto de este mecanismo revolucionario de autoconformación, está desarrollando un código simbólico conciente y reconocible.

Lectura perversa: las narcomantas son la manifestación literaria (tanto que integración en la mancha textual del otro texto, el del tejido simbólico) más poderosa en el país; hay una estrategia compositiva con clara intención significante en la disposición de descabezados, entambados y acribillados; el soundtrack de nuestros días es el narco-corrido; el narco es una forma terrible de arte y, hasta nuevo aviso, "artista" se escribe entre comillas.
 
Estas y otras manifestaciones se completan con el gesto superestructural de intervención del espacio público, correlato del secuestro individual llevado al extremo: secuestrar el espacio donde la comunidad había sido históricamente posible. Secuestro desde la ausencia, el miedo actúa a la manera de una ideología: no se teme el evento, sino a la posibilidad del evento. Dicho de otro modo, se reacciona no desde una lectura de la realidad, sino desde un condicionamiento inconsciente frente a la ubicuidad de la información, desde la predisposición secundada por los comunicados oficiales del gobierno y los medios de información. El miedo, entonces, deja de ser un mecanismo de supervivencia para convertirse en condición de posibilidad.

Si todo lo que tenemos en este momento histórico es miedo, debemos asegurarnos de que ese miedo pueda seguir articulando su función evolutiva fundamental, la supervivencia. El miedo debe ser arma. Evolucionar el miedo.


Cuando me asalta el miedo, invento una imagen.
Johann Wolfgang von Goethe

Esta convocatoria pretende llamar la atención de la comunidad artística a partir del medio rizomático del FW y el blog en tanto geografías aparentemente exentas del secuestro simbólico del espacio público. “Aparentemente” hasta la aparición del narco-hacker, por lo menos. Y hablo de artistas en tanto generadores de imágenes, de sentido.

“Luther Blissett” es un pseudónimo que resultará familiar a algunos. El nombre colectivo que, al despersonalizar la creación desde la noción autoral, pretende enfocar la atención en el trabajo mismo y no en la subjetividad que lo conforma. Vuelta al arte renacentista, al gremio, sí, pero probablemente también a una forma de crear comunidad a partir del trabajo conjunto. Este es un llamado de resistencia. ¿Qué hay que hacer?

  1. Utilizar los mecanismos de significación del narcotráfico para articular propuestas artísticas tendientes a la reapropiación simbólica del espacio público. La propuesta genérica sería un mensaje en manta, interviniendo un lugar público. A partir de ahí, se invita a trabajar a partir de esta idea desde cualquier otro ámbito: la literatura, la música, la danza o la teoría misma. Recursos: el stencil sobre cualquier superficie, la pintura en muros, la manta sobre puentes o edificios.

  2. Existen ya evidencias de que la sociedad civil ha comenzado a utilizar el mecanismo de la manta como gesto político (Milenio, martes 12 de octubre de 2010). En Tijuana han comenzado a exhibirse estas mantas con una propuesta más cercana a lo que proponemos aquí. Lo que se pretendemos es que el mensaje en esas mantas específicamente logre conectar el tejido social (inconsciente colectivo, si les parece) con ese código significante. Mensajes como “Si el narco se organiza, nosotros también” se dirige a un nosotros que asume una posición donde la reivindicación es posible. No creo que sean los términos adecuados. No hay nosotros más: la comunidad está secuestrada. En concordancia con ese relato, el pseudónimo marca el final de la acción individual para dar paso al nombre colectivo, al quodlibet según Agamben, el cualsea desde el que la comunidad será nuevamente posible.

  3. Nos dice Demetrio el Cínico: “la indignación no necesita del arte, sino es preciso que, en tales invectivas, las palabras sean en cierto modo espontáneas y precisas.” En el caso de los textos para mantas, proponemos que sean de naturaleza sencilla, no “poeticosa”. Que se relacione vivamente con el espacio que interviene:

            ESTA CALLE TIENE MIEDO

AMANECE LA SANGRE

Palabras sencillas con las que la comunidad que viene pueda relacionarse.

  1. Enviamos este mensaje un 5 de noviembre como referencia a la novela gráfica V for Vendetta (Alan Moore, 1982). En ella, el individuo sacrifica su identidad para ganar la comunidad. Si se ha dicho que la vida es la materia del arte, en nuestros días perversos podríamos provocar la operación contraria: valernos de un programa ficcional para incidir efectivamente en la realidad. Proponemos utilizar el 20 de noviembre como punto de partida para el despliegue de estas propuestas. El gobierno ha legitimado esta fecha como motivo de orgullo patrio, cuña del nacionalismo y de la “guerra” (cruzada moral) contra el narco. Queremos extraer de esa fecha el aporte significante: Revolución en tanto movimiento, generación de la evolución (en este caso, del miedo en comunidad). Si el territorio y la historia son propiedad de una colectividad, proponemos apropiarnos de una geografía simbólica e igualmente de una historia simbólica.

  2. Esta propuesta no fue articulada individualmente. Ustedes, ellos, tú, al asumirla, eres su origen. Nuestra función se limitará a la administración del blog “Plan del Miedo-20 de noviembre de 2010”. El blog se limitará a almacenar las propuestas recibidas en el correo electrónicoluther.blissett010@gmail.com. Esta convocatoria puede ser distribuida por cualquier medio.

  3. Es necesario hacer algo. Si en términos positivos el individuo no puede generar cambios en su realidad social, tal vez una comunidad anónima pueda. Se ha dicho que ningún poema derrocó nunca un dictador, pero no es razón para dejar de escribir poemas.

  4. El yo que escribe esto, para fines prácticos, es nadie. O, en rigor,

4 comentarios:

Geisha dijo...

Esto llego a mi correo hace unos momentos.

Geisha dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Roman Cancco dijo...

Que bien planteado esté. Entonces, evolucionemos el miedo.

Jo dijo...

el miedo se mata creando