domingo, junio 28, 2009

Tlayudas de quesillo con champiñones



Hicimos tlayudas con quesillo, y la Karis cocinó unos champiñones riquísimos. Nos atascamos mesuradamente porque éramos siete cabrones hambrientos y sólo diez tlayudas.
El buen ‘mezcal’, como bauticé a mi carro, se ha convertido en el transportador oficial de la banda. Por lo menos ya cooperan para la gas y eso porque desde hace dos semanas ando oficialmente sin un peso, y me vi en la necesidad de ‘hacer la vaquita’ (pedir cooperación).
Desde hace tiempo he querido hacer un enlistado de los oficios que obviamente nunca pondré en mi currículum y esto sale a colación, porque los tipos que se me hacen excepcionales lectores, son justamente los que tienen una cantidad considerable de ocio y una disciplina lectora, que en mis tiempos de estudiante no tenía.
En los últimos semestres de la carrera ya trabajaba, sin contar por lo que cobraba por hacerle los trabajos a mis compañeros, ¡demonios!, necesitaba ropa, zapatos y pagar mi diversión.
Mi primera chambita fue de una semana lavando trastes en el restaurant de mi tía, la segunda atendiendo una juguetería, luego estuve de mesera en una marisquería, la siguiente fue atendiendo una fotocopiadora y en la que sigue fui recepcionista de un motel, este oficio fue el más jodido, más difícil, más injusto, más arriesgado y más mal pagado que tuve, y en el que curiosamente casi duré dos años, hasta que los mismos directivos de la uni, me mandaron a una escuela para dar clases.
Entre asistir a la universidad, trabajar algunas temporadas y al final, gran parte de mi ocio, fue suplido por lecturas académicas y actividades banales, como aprender a enamorarme de algunos patanes, aprender a fumar y tomar, como vínculos sociales indispensables en los círculos de borrachos que nunca faltan. De las otras fumadas no diré más, porque estamos destinados a madurar y a volvernos personas respetables, ja, ja, gran patraña.
Les decía, después de las magistrales tlayudas de quesillo con champiñones, salsa y nopales. Los escritores con un nivel más amplio de lectura, comenzaron a hablar de los primeros libros con los que tuvieron contacto, curioso, pero estos eminentes lectores, geniales platicadores y críticos, son los que menos escriben.
En esas conversaciones literarias, como en las incansables discusiones políticas, prefiero hablar poco, muy poco, porque en verdad no tengo mucho que decir, mejor me pongo a leer y a escribir, a estar en constante trabajo personal, a cometer mis errores, a tener lectores y a pagar mis impuestos.
La semana pasada me comentaban que habían leído algo mío en el periódico, curioso porque no estaba enterada del asunto –oye Colibrí Zurdo, ya te voy a enviar cosas decentes para el suplemento, nomás avísame-, aunque a eso te da cierto ‘renombre’ a mí, no se me hace la gran cosa porque nunca me han pagado por ello, publico desde que tengo quince años en suplementos juveniles, revistas y lo que salga, inicié con algunas patrañas dulces y propias de niñas sin mucho talento, pero lo hice, hoy puedo afirmar que muchas de esas letras perdidas en esos periódicos, me avergüenzan, pero corrí el riesgo y lo intento hacer mejor.
Este sábado, los hijosdeputa de mis cuates escribanos, compraron el periódico para ver si había salido, ja, ja, ja. Esta vez el Colibrí Zurdo (editor del suplemento) no eligió nada de blog, con esto tuve una buena lección y me dije: ‘ya güey ponte al tiro, porque justamente tus mejores amigos, son los que más se van burlar y a echar mierda, si no escribes algo decente’. Nada de condescendencias y clemencia con ellos.
Aunque no sea reportera, o haya trabajado seriamente en un periódico, mi estilo se ha vertido más por el periodismo, que por ‘lo literario’, desde mis primeras publicaciones en el segundo suplemento donde colaboré, me incliné por la crónica. Últimamente ando con cámara en mano, haciendo un registro de lo que hago. Por esa misma corriente, he descubierto que la ficción es una de mis grandes dificultades y debilidades. Crear mundos, fantasías, jugar con lo onírico rayando en lo filosófico, me cuesta un ovario y la mitad de otro, al contrario de eso, me encanta el ‘realismo sucio’. De ahí mi tendencia a insistirle a Karis a que escriba, pero ayer fue muy puntual en decirme ‘hay cosas que preferiría no recordar, de las que ni a tu peor enemigo le deseas’, con esto bastó para que cerrara el pico, y también para aceptar que mi vena periodística, algunas veces me hace violar la privacidad de otros, que aprovecho de manera literaria con relatos chuscos, pero realmente son parodias crueles de sucesos reales.
No sé por qué no me ha nacido escribir sobre mi temporada de obrera mal pagada. Supongo por la misma razón de no querer recordar, dijera Elizondo existe algo más tenaz: el olvido.
La tarde terminó, estaba cansada, no había dormido el día anterior, fumé algunos cigarros, tenía demasiada hambre, la tlayuda me supo a gloria, juré nunca olvidarla, no tengo un peso en la bolsa aún.

6 comentarios:

G Santos dijo...

Ahora entiendo porqué se ha desaparecido Memito...


1) Lo periodístico no está peleado con lo literario.

2) La ficción se nutre de la realidad (eso pienso)

3) Tengo un proyectito, ¿le entras? Más detalles en mi blog.

4) Creo que has cambiado. Al menos así te lees. No sé.

5) No estoy traumado con Yépez. Estoy fascinado con sus citas, referencias y escritos.

6) Saludos.

Geisha dijo...

Por lo que leo, debes ser Gerardo ¿estas enamorado de Memo o que pedo?

¿De qué proyecto hablas?

Geisha dijo...

Ah, yo si estoy traumada con Yépez, desde que escucho su nombre, tiemblo y actúo como una imbécil, tendré que superarlo con un psicólogo... ja.

iL Hell Dogma dijo...

aqui hay un restaurant oaxaqueño que hacen tlayudas, son muy grandes pero aun asi hay veces que me como 2.

¿sabes que significa la palabra tlayuda ?

Sator dijo...

Doña Viri, como que le dieron una actualización a su software. !Está escribiendo mejor!. Wow.

Geisha dijo...

Fer:

La verdad no se qué significa Tlayuda, pero lo que si sé es que su pronunciación correcta es 'Clayuda'.

Sator:

¡Vaya que es observador!
Pues no si se sea una formateada a mi cabeza, pero si hay unos cambios, dejé el teatro, ando sola, con menos mierda en la cabeza y enfocada a definir y decidir, creo que me vino bien porque tengo menos depre, ja.

Saludos un gustazo leerlos.