Cuatro horas de curvas, pueblos, aire, calor, selva, cerros, gente de habla zapoteca, amarillo de carne de venado, chicatanas, café, mezcal, arroz con leche y gelatinas de la mamá de Pergentino, José Alfredo en voz de Lucha Villa a todo volumen, cervezas, libros, chistes gays, noche con ruido de duranguence.
Memo, Pipe, Beteta, Carina, Yo en casa de Pergentino: Loxicha.
Armé mi mochila, dos sueteres, el cepillo dental, un calzón, la ilusión de ver un lugar nuevo, nada más, para olvidar mi vida en un lugar que cada día se alimenta por el odio de mi descontento.
Cuatro horas de camino con mis nuevos amigos los aspirantes, al igual que yo, de escritores. Con ellos no hay competencia, somos humildes, somos ignorantes, somos chamacos inexpertos, nos burlamos de algunos escritores viejos. Nuestro poco compromiso nos da la libertad de tomar las cosas a la ligera. Botar piedras, burlarnos de la megalomanía, de la soberbia, de algún escritorzucho fresa, algún intelectual que no ha sufrido, porque eso necesitan para escribir bien, sufrir, morirse de hambre.
Memo, como siempre, comenzó a revisar el librero, encontró el libro de Tryno publicado en anagrama, ‘Temporada de caza para el león negro’. Ser publicado en Anagrama, es el sueño de todo escritor. Todos concluimos que al leerlo, nos daban esperanzas para seguir intentando.
En medio de las cervezas, unos bromeaban otros más revisábamos los libros, Calvino, Sabato, la obra reunida de Bellatin autografiada, el mismo libro de Perge con un tiraje de 164, 854 (no miento, hasta me aprendí el número) copias de su cuento, editado para las escuelas primarias.
La cena con café, una noche con dificultad para dormir, porque los anfitriones se encargaron de seguir la juerga y con música toda la noche.
Caminamos una hora al río. Selva, árboles, veredas, plantas silvestres.
Una víbora rodeó a Daniel, un niño al que no le oí decir una palabra, afortunadamente no le mordió, le sacó la lengua y lo inmovilizó por unos minutos, como reprimenda por ir al frente de los adultos. Perge cortó unas plantas y las pasó por su espalda para que el espantó se quedara en la hierba.
Llegué con mucho sacrificio al río. Nuestro anfitrión nos dijo que cuando una persona muere, los familiares van siete días después al río a bañarse, a lavar la ropa, para que la corriente se lleve el dolor. Me costó subir las veredas, bajar con cuidado, caminar, caminar, algo tenía que costarme para llevar al río a mis muertos y dejarlos ir.
Aún las penas siguen, pero tengo esperanzas de que lo que me estorba se haya ido con la corriente.
Regresé con la neblina de las montañas. Con miedo, con un poco de esperanza, con el deseo que algo bueno pase.
Me lavé el cabello con shampoo dos veces, bañarse con la corriente para dejar ir las penas, debe de ser en números pares.
Después de cuatro horas, una media de hora de terracería, sin duda, fue mágico estar en Buena Vista Loxicha.
7 comentarios:
Excelente reseña, me dieron ganas de estar ahi, espero un dia poder visitarlo.
Bonitas fotos, me antojaste las chicatanas, tiene años que no pruebo unas.
saludos
Me hubieras invitado esta de pelicula el lugar
Ahora si me haz sorprendido...
Chale, qué me hago, siempre lo haces...
Qué buenas fotos, caraxo... Ya quisiera que mi fuckin' cel las tomara así...
Merde...
En la historieta de Mafalda, palabras más o menos, decía que pintorezco era igual a jodido...
¿Eso qué?
Ash...
Cheers...
Los guajolotes se me hacen unos animalejos espantosos...!!
Pero me agradan los paisajes de su Estado... =)
saludos!!
Como siempre. Un gran relato, ahora espero nos vayamos juntos a una aventura por la sierra Juarez
Siiii, quiero viajar!
Es una lugar maravilloso
el diciembre pasado (2008)estuvimos ese lugar (solo mis primos me dijeron que se llama buenavista.
Otro pexx
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