Dadas las fechas, de febrero, mes de la cogedera y el consumismo masivo. Iniciamos con un nuevo género: 'Las cursitragedias'.
Algunas ideas menos y unos prejuicios de más, me han hecho entender que mi cuerpo ha cambiado en la medida en que ha aprendido, a complementarse con otro.
He dejado muchas letras, muchos cuentos, muchas figuras retóricas en la boca de mi verdugo; lo mejor de esto es que no fue necesario escribir, porque de tanto pensarlo es muy posible que no lo olvide.
Desgasté el escudo de fuerza de mi orgullo; flojita y cooperando cedí a los placeres de no estar sola. Por más que lo intenté, no me salvé, no me salvé.
¡Maldito hombre! Que se ha metido como liendre chupador de sangre en el cerebro, y altercado mi desesperanza del ‘amor’.
Mi pecho de hielo se hizo agüita caliente, cuando entre sus fantasías pronunció mi nombre, cuando entre sus gemidos, le rindió culto a mi cuerpo, y cuando le di sus buenas cachetadas pasa saciar su masoquismo.
Más de una vez, le vomité infinitos discursos de cursilerías, cuidando siempre de caer en los recursos más comunes para vociferar sinceramente un ‘te quiero’.
Conocí la gloria de los celos, en más de una ocasión mi rostro le dijo con malas palabras cuanto lo odiaba, cuanto deseaba ahorcarlo por mirar otras nalgas.
Pero sobre todo, fungí como su amante fiel, libre de idolatrías innecesarias, desinteresada de monopolizar su atención y tan portátil como desechable. Para cerrar con broche de oro, y concluir con la lista de los inconclusos, me deshizo en un dos por tres cuando me dijo que tenía novia.
6 comentarios:
¡Cursitragedia!, cursisexo, cursiletras; lo que si se es que si terminó en una verdadera tragedia.
En estos menesteres amatorios las mujeres siempre llevamos las de perder porque hasta la más puta siempre termina enamorada, caso poco factible en el sexo ¡¡DIAMETRALMENTE OPUESTO!!
El remedio: que todas nos volvamos lesbianas y que inventen el vibrador con textura, movimiento oscilatorio y trepidatorio, luz y sonido jajajaja.
Hay una tercera opción: seguir besando sapos hasta encontrar a nuestro príncipe aguántando el desgarrador dolor de las decepciones.
"Tendré lista la corona para cuando en mí te mueras".
Nel, yo si no recurro a los vibradores, la neta prefiero uno... real.
Snif, snif, soy una pendeja, no puedo evitarlo.
Un saludo amiguis, ya veremos si eso de volverse lesbianas sirve.
peor seria que te dijera que tiene esposa
pero aun asi a veces vale la pena vivir esas esperiencias saludos.
Qué bien encontrar tu blog de casualidad... me hiciste sonreir... así que ánimo, a seguir juntando letras... que yo te merodearé... saludos a tu tierra madre, que la quiero un chingomadral... algunas cosas voy poniendo en mi blog sobre ese México... saludos... pau...
pues si....los hombres somos medio cabrones...jeje....alguna vez ya la aplique asi y si esta de la chingada....no lo vuelvo a hacer....lo prometo!!
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