Hagamos un paréntesis a esta temporada del ‘Gobierno de la vagina’, para comprometerme con ustedes a escribir decentemente los últimos dos post que restan, ya que cada cuentito los he escrito en un promedio de 15 minutos.
Disculpen, me puse melancólica por escuchar el sountrack de Amelie y se me dio la gana decir algunas cosas, que supongo a quienes se les dirigen no las van a leer, pero me vale pito, es mi blog y pretendo decirlas ahora antes de que me arrepienta.
Al de las viejas camas breves.
Como me dolió verte con esa preciosa pelirroja tomado de la mano, y más que la soltaras para saludarme.
Vieras cuantas veces he dejado de pensar en ti, para no respirar el mismo aire de catarsis.
Al de las presentes y grandes camas
¡Deja de llamarme! ¡Deja de insistir en que yo pague el motel! Y aunque doblegas a mi deseo, mi negativa se tornará más firme.
¡Deja de esperanzarme con algo que no me puedes ofrecer!
¿Pero cómo le hago para evitar pensar que eres un patán y que sin importarme eso te acepto cada vez que vuelves?
Al de las camas siempre deseadas.
Hubiera preferido que nunca escucharas ese mentiroso ‘mi amor’, cuando contesté al teléfono, para que me invitaras a volar con un pincel un rato por la noche, después de esa cerveza.
Tienes esa marca minada en los ojos,
esa expresión inútil, dominada de silencio,
inundada de color mezclado con agua ras,
y pinceladas de desgano, tufos de ausencia,
bastidor de figuras femeninas y redondez acentuada,
donde no estoy, pero trato de inventarme.
Al que si lo va a leer.
Para cualquier pregunta que intente no mostrarse celosa, ya sabes donde encontrarme.
7 comentarios:
Que divina comedia...
...camas pasadas, presentes y futuras, anheladas y detestadas...quiza no lo vayan a leer, quiza si. Lo importante es tener ese caracter tan fasinante que tienes y lo digas por que se te da la gana decirlo antes de arrepentirte de ello. Eso es de admirar.
Besos.
oiga y al de las cama vacía no nos va a dedicar nada? uchales, tanto deseo ahogado en duras sábadas de pre eyaculadores sueños.
es usté toda grande, grande.
¡viditas mías!
Todavía hay muchas camas por describir, por recorrer con sábanas o sin ellas, con almohadas o sin colcha, conmigo o sin mi, siempre, siempre habrá algo que decir sobre los seres que hacen de ella, una obra de arte en las posibilidades que augura con dos cuerpos desnudos.
Perrito adorado... bueno, mejor al rato te pregunto que quisiste decir.
Podemos equivocarnos, podemos acertar, más no deberíamos arrepentirnos. Aún en este hospital, donde el deseo de cambiar de cama invade a cada enfermo, no hay nada más triste que una cama vacía.
Mis besos a ese pie.
Lástima que yo no tenga cama... ni siquiera colchón...
Mi cama no está vacía y espero que no lo vaya a estar nunca... tengo alguien con quien disfrutarla.
Saludos Geisha
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