domingo, enero 22, 2012

Desaparición


Hoy se me ha dado la gana de pensar en ti.  Pensar el lo breve de nuestras memorias juntos. En la brevedad de las caricias. En la mortalidad de tu cuerpo y la sobrevivencia de tu esencia en mis sueños.

Vivimos aprisa, escondidos en silueta nocturnas. En sombras donde tu sexo era una figura. Moriste. Nos morimos. Yo permanecí incrédula. Ausente de tu ausencia.

En las mañanas he deseado romper con los sonidos. ¿Qué pensarás ahora de mí cuando ya sólo te recuerdo a ratos? Cuando casi se han borrado muchas de esas escenas trágicas a las que recurrí, por pensar que ahí estaría la curación. Me equivoqué. Me perdono y te perdono. Eran necesarias esos instantes de vida al extremo para borrarte del todo, para dejarme ser y para dejarme querer por alguien que no tuviera un pizca similar a ti.

Te vas poco a poco. Llámame egoísta pero no te agradezco nada. Simplemente comprendo todo lo ocurrido como algo incidental, cómo algo que hubiera preferido  no pasar. Los “hubieras” te hacen un poco idiota, son decisiones que sólo tomamos en teoría, cuando se están lejos de situaciones extremas y tenemos la esperanza de que aquellas fantasías  a las que recurrimos en el presente, son mejores a las cosas que vivimos en el pasado.

Tu imagen ya no es dolorosa. Seré amable conmigo. Vete tranquilo, tu figura  es un aliento creativo. Tu personaje será reescrito cuando sea el momento, sin ataduras ni recelos, ni rencor, ni amor intermedio.  Ya todo ha pasado por tormentas y desvaríos, ahora todo es calma y eres nada, incluso en los recuerdos.

3 comentarios:

Alexander Strauffon dijo...

Esas palabras todos queremos decirlas a alguien.

Geisha dijo...

Y se deben decir por cursis que sean. Curan y liberan.

MeDoRiO X dijo...

valdrá tanto la pena decirlas?