Mamá dice que sus atoleros están fichados por los policías municipales, ya no los dejan vender en las calles principales del zócalo, hace unas semanas levantaron sus triciclos con la tamaliza y el atole caliente. Ese día ninguno de ellos le dio abono, por unos cobertores y electrodomésticos, que les vendió semanas atrás.
Los trabajadores de todas las oficinas, prefieren comer una torta de Tamal de 10 pesos y un atole de 5. Un desayuno en cualquier cafetería establecida, lo encontraría por lo menos en 30 pesos, si no es que más.
Una vez que los atoleros fueron desalojados, los restaurantes venden más, los trabajadores reducen sus gastos en cosas no necesarias, no saben que cada vez es más difícil que los atoleros se asomen, pero saldrán de nuevo por la necesidad y rezando a la virgen y al señor del rayo, porque esa mañana, los operativos comandados por el presidente municipal no vuelvan a quitarles su mercancía.
Para algunos turistas, visitar Oaxaca es barato, para los indocumentados de E.U. que regresan a su tierra, se les hace irrisorio tener que pagar 3 pesos por entrar a un baño asquerosamente público.
Los europeos, los norteamericanos, los orientales disfrutan las fiestas. Les parece mágico observar la desorganización total de la comunidad, los bailarines disparejos en el escenario, los grandes y espectaculares edificios de corte barroco, donde se presentan números de danza o teatro con ínfima perfección a la que están acostumbrados.
En la calle abundan los músicos, ninguno de ellos asistirá a un conservatorio. A los extranjeros y fuereños, les admira que haya muchos más artistas en la pequeña comunidad que los términos globales llaman como ‘tercermundista’, que en un ciudad industrializada.
Ninguno de esos ‘artistas’ de la pluma, la música, la danza, el teatro, o el cine, saldrán del pueblo.
En 50 años se perderá el registro de sus obras ‘no profesionales’ para los gustos dominantes del mundo capitalista, se emplearán como lo escritores de los discursos oficiales, los que alegren las fiestas de los altos funcionarios, los maestros de arte de niños de secundaria, los que se dediquen a hacer los comerciales y publicidad de los negocios más injustos.
Perdurarán los artistas que nunca lucieron por su trabajo, sino por el chispazo de las buenas relaciones.
Voy a misa. La gente se hace más devota y reza en silencio, tiene más fe en tiempos de crisis. Toma más alcohol, aunque asiste a menos fiestas. Comencé a fumar desde los 20, mis nuevos amigos de 18, lo hacen desde los 15.
Las calles se hacen insuficientes, más gente tiene carro, compró su estatus por una deuda que le sacará hasta la última gota de sudor, por lo menos en cinco años, pero con auto ahora se sienten ‘gente’.
El pueblo se reestructura, las calles se remodelan, el drenaje renueva su porquería en tuberías nuevas, hay más hospitales hasta casa del carajo, para que los enfermos lleguen cuando ya estén muertos.
La revolución se apagó. La gente vive resentida. Odiamos al vecino por no haber puesto barricadas o por haberlas puesto. Nos contenemos de sacarle los ojos a aquel que nos diga ‘acarreados’, somos gente de bien, ¡si señor!, marchamos por la paz, marchamos por la revuelta, marchamos por toda incompetencia, pero lo que más orgullo me causa es marchar por impotencia.
Nos hemos convertido en viles peregrinos esperanzados en personas, no en actos individuales, ni en revoluciones internas.
El atole es una bebida sagrada, hecha de maíz, ninguna cafetería la vende, se especializan en cafés extranjeros. Sólo las manos de la tierra, solo las manos sagradas hacen el atole, la bebida del pueblo, los polecías municipales se llevaron la mercancía caliente de los atoleros, de seguro en su cuartel se la comerán.
8 comentarios:
Hola Geisha, te saluda Sibolet: heraldocultura@yahoo.com.mx
vi, quizás de hace mucho tiempo, un comentario en mi blog, cosa curiosa, en ralidad, casi ambigua... me refiero al blog Depósito de basura cultural"....
Por aca decimos "la coca cola mata el tinto". Ni el tinto -café- es nativo, lo hacemos nuestro pero es prestado de arabia. La comodidad de una hamburgüesa o de un jean. Bueno, es un imperio de ilusiones.
"...pero lo que más orgullo me causa es marchar por impotencia."
Una descripción bonita.
dicen por ahi que en la globalizacio no caben los pobres y los indigenas, solo se pueden integrar si aprenden a usar levi's con penacho
una lasima para esa gente que no tien otra manera de sudsistir y de llevar algo a casa.
a caray...
mande mi comentario por la mañana...no subió o fue suprimido??
sniff...!!
Besos!
Diana
Bienvenido Sibolet y Nikos, il Heell dogma, pues en alguna ocasión usé penacho con jeans (aunque no levis)...
Sexy, yo también lo lamento.
Querida Diana, no, para nada, en este bló no se borran comentarios, creo que no se publicó, un beso a todos.
Hola de nuevo
Patricia Monge nos pide que te demos su email, aquí está:
patricia.monge@ideaenguia.com
Saludos.
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