miércoles, agosto 29, 2007

Embrujo

Empiezo a creer que tengo algún mal de ojo o embrujo, las malas vibras me persiguen, ¡no puedo titularme! Llevo un año con este asunto y no puedo, dos veces me han regresado la tesis, he tenido tres diferentes asesores en este lapso; y justo cuando ya tenía programado el examen, va de nuez, me volvieron a mandar al demonio, ahora que ya hice todas las correcciones, si un sinodal no puede, a la siguiente fecha otro es el que tiene otro compromiso. ¡Joder! No saben lo frustrante que es esto, gracias a que no tengo título no me dieron más clases y ahora gano casi la mitad del sueldo que tenía el semestre pasado.
Es frustrante, demasiado frustrante, no comprendo como es que otros de mis compañeros, ya lo hayan hecho y a mi me regresen, y me regresen, y no se cansen de regresarme, no lo comprendo, ¡no lo comprendo!
Cada vez me siento más jodida, el maldito 90.8 que obtuve de promedio en la carrera se ha ido al vil caño, estoy consciente que nunca fui buena alumna, ni la mejor, pero no me pasa que me sienta tan incapaz de concluir con el último paso de la escuela, sin título, ni siquiera puedo entrar a maestría… ¡joder!
Una vez más, me siento del nabo, las primeras veces le eché la culpa a que hice un pésimo trabajo de tésis, la segunda a que la educación que había recibido había sido mala, la tercera, a que al trabajo que me dejaba poca memoria ram en el cerebro, y ahora que ya rehice el mentado escrito, que ya arreglé las cosas que estaban mal… los sinodales no pueden ¡ash! ¡Tiene que ser algo sobrenatural lo que me está pasando! No encuentro otra explicación, si, tiene que ser un mal embrujo, snif, snif.

domingo, agosto 26, 2007

12 paréntesis

Apelando a mi injustificada falta de imaginación, terminaré escribiendo sobre lo que es tan, tan, tan, trillado en los blogs: hablar de uno mismo, aunque debo admitir siempre es bastante divertido y liberadamente catártico.


1. Soy mala hija, me acuso de considerar que Carmen María, es la mamá más desordenada que conozco (jo, si alguna vez conocen mi casa, no se admiren que mi cama nunca esté tendida).

2. Por más que quisiera, no dejo de sentir miedo cada vez que entro sola a un bar (aunque realmente el miedo se genera por la preocupación de que nadie se me acerque, ¿qué? ¡Hago mi lucha!).

3. Si algo puede hacerme, muy, pero muy, feliz es tomar vino con frutas (con eso me quita el miedo a estar sola en un bar).

4. Después de mi casa, el lugar donde me siento más cómoda, es en la sala de narrativa de IAGO, y no porque lea mucho, sino el tiempo que paso ahí es simplemente para pensar (y claro, tener fantasías con el guapo bibliotecario de la sala de arquitectura, ja, ja, ja).

5. Hace un año, confesé que no me gustaba dar sexo oral, eso me valió para que cierta amiga bloguera, se pasara recordándomelo por toda la red (nah, por toda, no, es un decir para exagerar un poco, tampoco soy tan importante)…¿si he cambiado de idea? Pues, pues, con un poco de vino (tinto, por favor) agarro valor.

6. De sólo recordar a Isak…(suspiro), mi lengua humedece los labios (¡Esta bien! Si me gusta el sexo oral, y qué, y qué, y qué! bueno, con Isak ¡sii!)

7. La verdad es que para disfrutar mejor un evento, prefiero estar sola… desde ir al cine, ver una peli, ir al teatro, o un concierto de música… (digo, en algo tengo que justificar todos esos eventos a los que he asistido últimamente, hace mucho que no voy a un motel, snif, snif, snif) el tener demasiado tiempo sin sexo me orilla al arte, ¡maldito ocio!

8. Hace algunos post, confesé que no me gustaba ir a los moteles, (je, je, je, ahora es un placer y más si tienen espejos en el techo, ¡qué Borges se vaya al demonio!).

9. Hace algún tiempo me dije, que si algún día hacía el amor con alguien en mi cama, ese sería el hombre de mi vida… (Cuando eso sucedió, se quedó a dormir en mi casa tres noches, descubrió muchas fotos, algunos libros arrumbados, le hice de comer, lo cuidé cuando se enfermó, lo mimé como a una mamá, dormí deliciosamente acaparada de sus largos brazos, y efectivamente me enamoré, cuando se fue, valoré las mieles de la soltería).

11. Antes me quejaba porque Carmelita no me prestaba su carro, también me jactaba de ser un cafre, ahora, soy la chofer oficial de mi mamá, voy a dejar a mis amigas a su casa (y eso no es molestia, lo malo es cuando mi auto alberga 10 personas), si tengo visitas tengo que darles el tour por toda la ciudad, si yo llevo carro y él lleva carro, me preocupo por dejarlo estacionado mucho tiempo; si voy al centro me estresa el mentado tráfico y donde madres estacionarlo, además de que cada viajecito me cuesta 20 veces más que andar en camioncito, hoy domingo, ni siquiera me dieron ganas de salir, ¡agh! Cuando realmente lo necesito no lo tengo, y cuando lo tengo no lo necesito, la verdad es que me siento mucho más tranquila no andar al volante.

12. Nunca dejan de alzarme la moral esos mensajitos por el celulófono.

La primera vez que grité como loca:

Hey china girl! Todo bien? Vas a salir por la tarde? Deseo verte otra vez. (Y con este mensaje me adjudiqué la canción de ‘China girl’ de David Bowie)

De esas palabras que uno necesita de la familia (aunque no sean ciertas):

No te preocupes, suerte carnalita! ( si wey, pero lo que necesito es dinero, no suerte)

Y él último mensaje del pretendiente que no conozco, pero que siempre es oportuno:

Si fuera tu hermano te celaría.
Si fuera tu padre te daría dos nalgadas.
Si fuera tu novio me dolería no haberte cogido.
Si fuera tu amante sentiría no haberte llenado.
Si fuera tu amigo me dolería no haberte robado un beso.

Después de todo no estoy tan sola…

miércoles, agosto 22, 2007

A tres diferentes

Muchas noches he soñado contigo, y me carcomen las ganas de saber algo acerca de ti.



Podría incluirte en la lista de los mejores recuerdos, aunque tú no me recuerdes, sigo intentando, sigo intentado, alimentarte hasta que por fin me necesites.



Que bueno que decidiste salvarte de mi, tendré un cargo menor de conciencia por tu mujer.


Recordando a Benedetti

lunes, agosto 20, 2007

Fresas salvajes

Un lunes 30 de julio murió Ingmar Bergman. Ese día, en Oaxaca hubo una Guelaguetza de acarreados y dentro del público libre de compromisos, unos cuantos extranjeros.
Antes de enterarse que Bergman había muerto, Diane no había visto ninguna de sus películas, ese apellido era una referencia que había escuchado en el filme de ‘Annie Hall’ de Woody Allen, quien afirmaba la genialidad del Sueco.
Las letras de gente elocuente y seudointelectual de Oaxaca, se reunirían en la biblioteca pública, para realizar un ‘encuentro internacional de escritores’. Denis, Claudia y Diane, fueron parte del escaso público en el evento.
Escuchar poemas con figuras trilladas, lugares tan comunes como la coca cola en Cuba, o la cerveza quemada, inundaron la tortura de tres analfabestias féminas de la poesía. Mientras Diane anotaba en el ‘cuaderno para un ciudadano en apuros’, unas cuantas críticas de terror, atrás de su lugar alguien se sentaba, aún por la rabilla del ojo pudo impactarse por el hombre que tenía cerca.
Estar postrada en un silla por una hora, valió la pena cuando un escritor local, hizo una breve explicación del cuento minificción y muchos chascarrillos en torno a Augusto Monterroso… ‘Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí’.
Diane, no paró de reír por las aparentes estupideces que decía aquel escribidor. Cuando terminó el evento, una voz de tono grave y con un acento no muy americano le preguntó quien era el último ponente; la respiración casi se le va cuando miró sus ojos increíblemente azules, melena negra y casi dos metros de altura. Era el mismo tipo que se había sentado detrás suyo. En ese momento lamentó que su memoria del tamaño de una nuez, no pudiera responderle y que gracias a su mediocre timidez, no le hubiese coqueteado.
Fue obra de Denis a quien se le ocurrió hablarle e invitarlo a la feria del mezcal. A su vez, fue obra del alcohol que Diane e Isak, terminaran en un auto cuasicogiendo.
Al día siguiente Diane e Isak, ya iban tomados de la mano al encuentro internacional de escritores, por algún raro pretexto ambos buscaban besarse, aunque por muchos centímetros el sueco tuviera que agacharse a la oaxaqueña bajita, de cabello largo y negro.
Fue antes de la muerte de Ingmar Bergman, y después de la primer Guelaguetza en Oaxaca, cuando Diane e Isak se conocieron, para que unos días después ambos fueran a comprar ‘fresas salvajes’ al mercado 20 de noviembre.
Cuando Isak se fue, Diane no dejó de alimentarse, ‘Fanny y Alexander’, ‘Persona’, ‘El séptimo sello’, ‘Secretos de un matrimonio’, fueron algunas de sus asequibles golosinas para devorar a ese hombre que la había encantado, Bergman y el sueco.

Te querrom

martes, agosto 14, 2007

Amores perros

Me asusté severamente cuando me di cuenta que al decirle ‘no’ estaría sola, sola, como un perro vil, esta bien, hablemos del género correctamente, como una perra vil ladrando en las noches de tristeza.
Si andaba con él, después de los muchos, muchos regaños de mis amigas, era por una sola razón, el maldito me hacía gozar como una loca.
Es tan fácil enamorarse de patanes que nos hagan gritar en la cama, que ahora comprendo porque a muchas mujeres toleramos a los infelices.
Según yo dije que no me iba a enamorar, que todo iba a ser pasajero, pero nah, uno nunca entiende, suele sucederme cuando la maldita soledad corroe.
Ya había olvidado como alguien insiste, lo vi con su cara de perro madreado, con la cola entre las patas, pidiendo ‘vuelve, ¡perdóname!’, ¡chingaos! yo entre mis adentros le decía: ‘No fue orgullo, te digo NO porque lo mereces’. Ganas de abrazarlo y cogerlo en plena calle no me faltaron, pero a veces es mejor negarse a tiempo, antes de que sea demasiado tarde.
Ese día él llegó mucho tiempo antes de lo acordado, cosa que sólo respetó las primeras veces que salimos. Cuando lo ví, me pregunté si había preparado una sorpresa, si había de comprarme rosas, si tendría planeado agarrarme a besos aunque yo lo empujara y después terminara cediendo, o de manera muy segura en su mirada encontrara un verdadero ‘te quiero’ a diferencia de su habitual ‘te quiero coger’, nada de eso ocurrió, o no quise que ocurriera (¿qué quieren? Sigo siendo una mujer pendeja y cursi).
Aunque a veces tardara semanas y semanas de no verlo, sabía que en una esquina de mi, estaba arrinconadito pero muy presente.
Nuestra historia fue más barata y corriente que la de un libro vaquero o de telenovela de televisa, porque a las tres horas de conocernos, junto con las cervezas que ya habíamos consumido, él ya me estaba lavando las manos y me besaba el cuello en el baño de un bar. Fue en su vochito frente a la puerta de mi casa, donde dije que ese hombre era para mi y sólo para mi, y fue en su pointer donde dije que ese borracho ya no era para mi.
Emperradamente me encabroné porque prefiriera tragar alcohol que verme a mi, pero también me hice perra cuando me tragué a la paloma blanca que nunca fui, para remplazarlo por alguien más, en esos momentos en los que no estuvo conmigo.

No vida mía, no quería que me dijeras por teléfono: ‘te veías preciosa ese día con el vestido chino’, quería que lo dijeras en ese momento, porque ese día que me puse bonita para ti y justamente fue cuando preferiste ver a otra. Estabas borracho, pero ni aún así te justifico. Te encontré gracias al alcohol pero también te dejo por él. Vuelvo a mi perra soledad y tú vuelve a tu familia.

sábado, agosto 11, 2007

Me cansé querido mío.

Me harté de esperarte sin que llegaras. Me cansé de ver como tus besos ebrios me dijeron mentirosos, que te quedarías conmigo en las malas metáforas de amor que imagináramos.
Nunca repelé por ser tu amante, pero si me dolió que sólo para tu concubina me buscaras.
Por más que me dijeras que ibas a cambiar, que el poco tiempo que pudieses dedicarme me cuidarías como nunca lo hiciste, no accedí a mi rotundo no.
No sé de donde saqué fuerzas para no ir corriendo por ti cuando te diste la vuelta y te aburriste de insistir, fue en ese momento cuando descubrí algo, al decirte ‘no’, era como susurrarte el ‘te quiero’ que nunca escuchaste de mi boca.

lunes, agosto 06, 2007

Respiro

Me han pasado cosas lo suficientemente desagradables y lo suficientemente placenteras, como para no querer decirlas, aunque tenga ganas contenidas.