sábado, julio 21, 2007

Pérdida

¿Alguna vez les he comentado que soy maestra de prepa y secundaria? Creo que si, regularmente los lugares donde trabajo es curioso que siempre sea una de las más jóvenes, desde hace año y medio, mis nuevos amigas son de más de treinta años, y las reuniones, comidas, aniversarios etc., a las que regularmente asisto son con puritita gente grande, y para mi eso resulta un verdadero problema.
Desde el semestre pasado conseguí otro trabajo donde por cierto me la pasaba viaje y viaje; esperando que este nuevo semestre me den clases, se nos obligó ir a un curso de capacitación por las tardes toda esta semana, así que ahi ven a Liliana de 23 años, con puro Ñor y Ñoras, y aunque también había gente de mi edad no dejé de sentirme incomoda, vieran que concentrar en un sólo lugar a 50 maestros de universidad, cuyo sentimiento de ser los ‘pseudointelectuales’ de la ciudad, es algo bastante, bastante engorroso, pues en su afán de demostrar lo que saben hubo ocasiones en que estuvieron discute y discute sin mucho sentido.
El curso sirvió para hacerme de nuevos conocidos, y uno que otro que me observase con extraño interés, del que no puedo distinguir intenciones claras, fuera de eso, me ocurrió algo severamente trágico que me trajo dos días con irremediable insolación de ganas de llorar, si, la tragedia no pudo separarse de mi, no sé a que malnacido hijo de perra, puto, mierda, pendejo, imbecil, (y no estoy hablando de mi novio), y demás adjetivos de mi florido lenguaje, me robó mi cámara fotográfica.
En uno de los recesos dejé mi bolsa (digamos que mi bolsa es un morralito de esos típicos donde se ven las cosas que cargo) en mi lugar y supongo fue ahí donde me la volaron, lo peor del asunto es que aun no termino de pagarla, snif, snif, no saben lo jodidamente mal que me sentí, cuando me di cuenta que ya no tenía el mondrigo aparato digital, ya que es una de las cosas que más utilizo, para todo ando tomando fotos y miren que es con lo que alimento también a este blog, justo ahora que mi situación económica no es tan favorable.
Me dieron unas ganas terribles de chillar, pues es una de las cosas materiales que me ha dolido perder, creo que no me hubiera dolito tanto que mi actual ‘pseudonovio’ se fuera, a que perdiera 2800 pesos (254 dólares) por mi camarita que apenas estoy terminando de pagar, ¡buaaa!. Bueno, con respecto al novio, eso digo ahora, nomás dejen que cortemos y ya veremos como me pongo.
No dejo de sentirme severamente enojada por haberla perdido, digo mi trabajo me cuesta andar soportando groserías, malos trabajos, apatías y demás peripecias de mis alumnos. Después de haber comprado compu nueva ando hundida en deudas y por colmo, con la cámara que perdí también, ¡chingaos! De verdad que antes de esto he tenido la creencia que si algún día me encontrase algo de valor que no es mío y apareciera el dueño, yo se lo devolvería, pero ahora con esto, ni ganas me quedan de ser honesta, ¡no se vale que haya gente así! Lo peor es que mis sospechas estén encaminadas hacía el grupo de los 50 maestros de la escuela donde trabajo, ¡qué pinche persona la que me la robó!
Suficientes lamentos por hoy, ya veré que hacer para comprar una nueva, porque yo sin fotos no puedo vivir. ¿qué? No puedo evitarlo, soy vanidosa.

martes, julio 17, 2007

Identidad


Ja, ja, ja, no manches Shaparra ¿cómo me pusiste uñas? aqui estamos cheleando como Dios manda, yo, Raquelita y Homero.
Por primera vez desde la vida de este blog, Geisha revela su identidad al estilo Simpson.

¿Me parezco?


miércoles, julio 11, 2007

Luz

A Tulio fue al primero que abiertamente coleccionaste, con esos sueños tuyos de quedártelo por lo menos en papel. Ahora te da lo mismo que te haga bromas con ese sarcasmo estúpido que años atrás te rompía el corazón, también te da igual que su arma sea tan poco apetecible al darte cuenta que de una chupadita te cabe perfectamente en la boca.
Muchos años atrás fantaseaste una y otra vez como tu cuerpo virgen se entregaba con ese ‘amor limpio’ que irradiabas por él. Ahora le agradeces que te haya mandado vilmente a la chingada, eso es único bueno que pudo haberte hecho, no fijarse en ti porque en ese tiempo te sentías fea como una muñeca de trapo de crí crí.
A pesar de las muchas veces que le hiciste las tareas a Tulio, no sirvió para mantenerlo por más tiempo en la universidad contigo.
Tu primer exposición fotográfica en una galería determinaron lo que, ahora, diez años después, te han llevado a tener tu propio estudio y dinero suficiente para pagar por el que se te antoje.
En esa primera exposición recuerdas que fue precisamente a Tulio a quien le pediste que te ayudara, lo desnudaste para convertirlo en un cuadrito de papel, y fue el primero en formar parte de esos tantos machos captados por tu lente que deseas, amas, usas, convives y odias.
Desde ahí te nació la manía de fotografiar a los hombres con que mantenías un tipo de relación, desde sus habitual forma de comer, coger, cagar, caminar, calentarte y calarte el amor.
En diez años de obstinada violación por el pene de tu lente con los hombres, solo conservas 2876 fotografías que van desde pies con cayos, pelos de las piernas, cicatrices, penes largos, gordos, flacos, negros, claros, rasurados, de grandes testículos colgantes como imaginas fueron los jardines de babilonia, o de huevitos de pájaros pintos.
De algunos que fotografiaste ya ni recuerdas su nombre, pero si esos datos curiosos que te causaron gracia mientras te los montabas, su mandíbula, su ojos entreabiertos, las muchas veces que te nalguearon, el autorretrato que te hiciste mientras te veías en un espejo, cuando de espaladas te tomaban de los hombros y te hacían emitir gemidos que ni siquiera tú te conocías.
En cada encuadre, en cada fragmento de realidad, coleccionaste esas emociones que efímeras, constituyeron las leyes que nada tienen que ver con Tulio.
Y te preguntas una y mil veces ¿por qué después de diez años? Él regresa a ti, sin fortuna, ni empleo, sin arma ni placer; es ahora cuando te dice que eres hermosa y ya no lo consideras un cumplido sino una frase más, que sabes de sobra, porque ni viniendo de él te reconforta.
Él dejó de ser el primero, para pasar al ser el último, porque volviendo a tu vida, ya se te han cansado las ganas de seguir quemando los negativos con luz, gracias a la luz que llevas en el vientre a causa de Tulio.

La fotógrafa
Y con este post damos por terminada la primera temporada del 'Gobierno de la vagina', está última historia me costó más de quince minutos, así que espero la destrocen.

miércoles, julio 04, 2007

Adicción

Eres tan inútil, tan devaluada que necesitas saberte bonita, saberte deseada y mal querida, no por uno, sino por muchos tantos que vuelven a ti cuando no los esperas; que con esos besos y esas caricias, al igual que con ese maldito polvo y humo, te han hecho adicta.
Sólo para medio vivir de tu vagina proveedora de su placer.

La adicta

domingo, julio 01, 2007

Paréntesis


Hagamos un paréntesis a esta temporada del ‘Gobierno de la vagina’, para comprometerme con ustedes a escribir decentemente los últimos dos post que restan, ya que cada cuentito los he escrito en un promedio de 15 minutos.
Disculpen, me puse melancólica por escuchar el sountrack de Amelie y se me dio la gana decir algunas cosas, que supongo a quienes se les dirigen no las van a leer, pero me vale pito, es mi blog y pretendo decirlas ahora antes de que me arrepienta.


Al de las viejas camas breves.
Si, ya estoy en clases de teatro.
Como me dolió verte con esa preciosa pelirroja tomado de la mano, y más que la soltaras para saludarme.
Vieras cuantas veces he dejado de pensar en ti, para no respirar el mismo aire de catarsis.


Al de las presentes y grandes camas

¡Deja de llamarme! ¡Deja de insistir en que yo pague el motel! Y aunque doblegas a mi deseo, mi negativa se tornará más firme.
¡Deja de esperanzarme con algo que no me puedes ofrecer!
¿Pero cómo le hago para evitar pensar que eres un patán y que sin importarme eso te acepto cada vez que vuelves?


Al de las camas siempre deseadas.

Hubiera preferido que nunca escucharas ese mentiroso ‘mi amor’, cuando contesté al teléfono, para que me invitaras a volar con un pincel un rato por la noche, después de esa cerveza.

Tienes esa marca minada en los ojos,
esa expresión inútil, dominada de silencio,
inundada de color mezclado con agua ras,
y pinceladas de desgano, tufos de ausencia,
bastidor de figuras femeninas y redondez acentuada,
donde no estoy, pero trato de inventarme.



Al que si lo va a leer.

Para cualquier pregunta que intente no mostrarse celosa, ya sabes donde encontrarme.