En la calle quedaron los sueños de chelitas,
en la calle tocábamos los intentos de nuestras melodías,
en la calle se quedaron mis intentos de noviecita fiel,
en la calle jugaron con mis ideas,
en la calle mendingué la cooperación de una migaja de amor,
y me regalaron una insultante bofetada.
Gracias por recordarlo.
Aún recuerdo, cuando en un gorrito pedía dinero para el chelista.
Geisha
2 comentarios:
Nunca mendigues amor.
Comida, refugio, dinero. Aún en todas ellas puede haber dignidad al hacerlo.
Pero no cuando mendigas amor.
'Lo que sé de la vida lo aprendí la luna, lo que sé del pecado lo tuve que buscar'. Y siguiendo el consejo de tan benemérito cocainómano yo también lo busqué en la calle.
¿Y tú?
Saludos.
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